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Capítulo 12

Respecto a la historia de hace 7 años atrás (parte 2)

Hyejin, sin dejar de sonreír, estiró una de sus manos hacia Moonbyul y le acarició la cabeza con afecto, seguidamente se fue acercando hacia ella y abrió los brazos ampliamente para darle un abrazo de felicitaciones.

— Lo logramos, Byulyi. —Le dijo mientras se acercaba—¡Lo hicimos!

Antes de que pudiese abrazarla, su amiga dio un par de pasos hacia atrás y la miró con expresión confundida y extraña.

— ¿Lo hicimos? —Murmuró, calmada. —No, Hyejin, tú lo hiciste, tú lo lograste.

Y justo antes de que pudiese tocarla, se desvaneció al frente de ella y Hwasa despertó abruptamente en medio de la noche. Sus ojos, completamente abiertos no podían ver nada más que oscuridad. Sentía el pecho apretado, los músculos tensos y una melancolía que se colaba por todo su ser. Notó que sus brazos estaban medianamente extendidos y el espacio frente a ellos le pareció demasiado grande y vacío. Se incorporó en la cama y se tocó la cara para limpiarse la humedad alrededor de los ojos.

Tardó un momento en ajustarse a la realidad y darse cuenta de que había estado soñando con ese día en particular, como era costumbre. Había noches en las que no soñaba, pero cuando lo hacía era siempre con Moonbyul, con la audición y con su último año de escuela. Esas noches en particular despertaba siempre cubierta por una capa de sudor, con una angustia desbordante y era incapaz de volver a dormir.

Prendió la lampara a su lado y apoyó la cabeza en sus manos, tapando sus ojos con fuerza y dejó escapar un audible suspiro. El arrepentimiento, la culpa, la soledad; estaba constantemente llena de todas las cosas que más le asustaban. Su cuerpo tembló y se abrazó a si misma para intentar recuperar la calma.

Mientras, sus recuerdos volvían a ese día.

...

— No queda mucho tiempo, ¿Les puedo pedir que presenten juntas? Son amigas, ¿no? Deben tener preparado un dueto o algo por el estilo.

Preguntó una mujer de mediana edad con semblante serio apenas Hyejin y Moonbyul entraron a un salón amplio y bien iluminado. Al fondo se encontraban sentadas unas cinco personas y la muchacha que las había guiado les pedía los papeles de los perfiles que habían llenado en la fila y se los acercaba a los evaluadores.

Un dueto no era una de sus características más fuertes, pero ambas se miraron y se asintieron como si hubiesen estado preparadas desde que nacieron para ese momento. Durante los pocos minutos en los que se demoraron en buscar las canciones que habían propuesto, se pusieron de acuerdo para una apresurada improvisación que cubriera tanto como canto como baile.

Y a pesar de la advertencia de que quedaba poco tiempo, la audición fue un poco más larga de lo que ambas esperaron. Nunca parecía suficiente para los evaluadores, quienes insistían en cambiar la modalidad una y otra vez; que cantaran a dueto, que cantara una sola, que bailaran ambas, que bailara una sola, y así.

Cuando les avisaron que ya era suficiente. Hyejin discretamente miró uno por uno los evaluadores y supo por sus expresiones planas que era muy improbable que quedaran. Si bien la muchacha que las había escoltado hasta ahí les había avisado que se notificaría en un par de días si habían sido seleccionadas, tenía la respuesta ahí mismo. No pudo evitar que la amargura le revolviese el estómago, a pesar de que racionalmente agradecía la oportunidad.

Al salir al vestíbulo avisaron por alto-parlante que habría un breve receso, y el resto de la gente que seguía en la fila comenzaba a quejarse educadamente con el personal. Intentando alejarse del alboroto, Hyejin avanzó junto a Byul y se quedaron ambas en una esquina a recuperar el aliento antes de partir de regreso a casa.