Capítulo 51

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— Voy a matarlo.

Decretó Yonghee con tanta seriedad y simpleza que sonaba cómo si realmente fuese a hacerlo. Tenía el ceño fruncido y el leve movimiento de su pecho delataba que le estaba costando un poco respirar con regularidad. Yongsun no recordaba haberla visto tan enfadada en el pasado. Era la primera vez que veía como su siempre tranquila hermana estaba teniendo problemas para mantener la compostura.

— Le dije lo mismo cuando me contó lo que le había hecho.

Afirmó Sodam al otro lado de la mesa y Yongsun prefirió simplemente mantenerse en silencio. No tenía mucho qué agregar después de haberle contado a su hermana todo lo que había ocurrido la noche anterior.

Las tres mujeres permanecían en el comedor de la casa de Sodam, y a pesar de lo improvisado que había sido todo, la anfitriona se había preocupado de atender bien sus visitantes; había preparado un delicioso café de grano y también les había ofrecido unas galletas caseras que había comprado recientemente a una de sus vecinas.

Durante la mañana de aquel día, lo primero que había hecho Yongsun después de haber despertado algo confundida en la casa de Sodam fue llamar a su hermana para pedirle que la fuera a buscar. Había intentado sonar tranquila al hablarle y no le había dado muchos detalles de lo que había ocurrido, pero Yonghee solía tener ese sexto sentido cuando se trataba de ella y había adivinado rápidamente que las cosas habían terminado mal—sólo que no sabía realmente qué tan mal—. Y la boxeadora pudo comprobar lo preocupada que estaba un par de horas más tarde, cuando escuchó el auto de la mayor llegar mucho antes de lo esperado y seguidamente el timbre de la casa de Sodam sonar cuatro veces seguidas.

La castaña había ido a abrirle, y a pesar de que Yongsun le había indicado que posiblemente era su hermana, cuando salió y se topó con una alta mujer de cabello negro con facciones similares a las de ella, sus rodillas temblaron levemente y su voz sonó débil.

— Hol-

— ¿Quién eres tú?—Preguntó la visitante, sonando demasiado fría—¿Dónde está Yongsun?

— Está... dentro.

Pudo responder Sodam con un hilo de voz, algo sorprendida por la agresiva energía de la mujer que pasó como un torbellino por su lado.

— ¡Oye! —Exclamó la rubia desde adentro, levantándose y caminando hacia la entrada—¡No seas maleducada con Sodam!

— ¡Oh, Yong!

Dijo su hermana al verla, con un visible alivio en su voz y en su cara. Se acercó corriendo hacia ella, la agarró por los hombros y la revisó con atención de pies a cabeza, asegurándose de que estuviese entera. Durante aquella silenciosa inspección, la rubia logró esconder con éxito las heridas que tenía en las palmas de sus manos y después de un par de segundos en silencio, Yonghee se separó para mirarla con una intensa preocupación casi maternal.

— ¿Estás bien?

— Estoy... —La menor tomó una pequeña pausa para distanciarse un poco de su hermana—bien, gracias a Sodam.

Yongsun apuntó a la castaña, quién se había quedado de piedra apoyada en la puerta, demasiado tímida y abrumada por la presencia de Yonghee como para intentar saludarla de nuevo, así que cuando la morena se separó de la rubia para acercarse a ella, la jardinera desvió la vista hacia el suelo, con una incomodidad que era contrastada por una leve sonrisa producto del nerviosismo.

— Un gusto, Sodam. —Habló la mayor de las Kim, tomando una de sus manos y haciendo una reverencia—Espero que puedas perdonar mi actitud de antes, estaba muy preocupada por Yong y actué algo impulsiva.

[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA |  MAMAMOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora