Capítulo 12 || El Bar de Gnarlack

960 92 30
                                    

Los cinco se encontraban en la azotea de un edificio en donde se podía observar la vista que tenían de Nueva York. Regina se asustó cunado escuchó el aleteo de las palomas y se tranquilizó al darse cuenta de que se trataba de aquel animal.

- Estúpidas palomas- susurró Regina mientras regresaba su vista a la ciudad.

Escuchó como Newt se acercaba a ella haciendo que le regalará una sonrisa, recordándose que a pesar de todo, todo estaría bien siempre y cuando estuviera al lado de su amigo. Pickett saltó del brazó de Newt al hombro de Regia, esta se volteo para observar al pequeño Bowtrcukle.

- Tal vez nunca te lo haya dicho, pero gracias por salvarme de todos los problemas en los que nos hemos metido desde que estábamos en Hogwarts- comentó con una sonrisa.

-Recuerdo que tú también hacías los mismo por mí-los dos rieron ante aquel comentario-. El director Dippet no sabía que hacer con los dos que terminábamos siendo castigados porque no sabía quien era el responsable.

Escucharon como los demás salían del palomero. Al menos tendrían unos instantes de tranquilidad en lo que MACUSA averiguaban en donde se encontraban escondidos. Al menos tendría tiempo de pensar en sus siguientes pasos.

- ¿Tu abuelo tenía palomas?-escucharon la voz cantarina de Queenie-. El mío criaba búhos. Me encantaba darles de comer.

Regina vio como Tina se acercaba a ellos. Ahora, los tres fugitivos de la justicia mágica tenían que se cuidadosos en todos los pasos que dieran en adelante. Por un minuto, Regina pensó en ese salón que encontraba en el séptimo piso de Hogwarts. Probablemente de podrían quedar ahí hasta que el mundo mágico se olvidará de ellos.

- Graves siempre ha insistido en que los disturbios eran obra de una bestia- empezó a explicar Tina-. Tenemos que a recuperar a todas sus criaturas para que no pueda seguir usándolos de chivo expiatorio.

- Todavía queda uno. Dougal, mi demiguise- respondió Newt apenado.

- ¿Dougal?- preguntó Tina curiosa.

- Solo que hay un pequeño problema-intervino Regina-. Es invisible.

- ¿Invisible?-preguntó Tina sorprendida por la respuesta.

- Sí, la mayor parte del tiempo se...

- ¿Como se atrapa algo que...?- lo interrumpió Tina.

- Con suma dificultad- respondió está vez Regina.

- ¡Oh!

Los tres sonrieron al sentirse cercanos. A Regina le hacia gracia que hacía una horas no soportaba a Tina por seguir muy estrictamente las reglas. Ahora, ella se encontraba dispuesta a ayudar a Newt para demostrar su inocencia.

- Gnarlack- soltó Tina.

- ¿Como dice?- preguntó Newt sorprendido.

- Gnarlack. Era un informador mío cuando yo era auror. Comerciaba con criaturas mágicas en su tiempo libre.

- No le interesarían las... huellas de animales, ¿no?

- Le interesa todo lo que pueda vender respondió Tina.

Queenie se acercó a ellos para que pudieran trazar un plan en caso de que las cosas no terminará del todo bien. Una vez que estuvieron de acuerdo, fueron llevados por las hermanas Goldstein al es escondite de Gnarlack.

Entraron a un callejón donde se encontraban unas escaleras que daban hacia una pared, en ella se encontraba un cartel de una joven viéndose al espejo. Regina, Tina y Queeine sacaron sus varitas para cambiar sus ropas por elegantes vestidos ya que era una de las condiciones para entrar el lugar. Newt alzó su varita para que su moño quedará perfectamente acomodado.

Animales FantásticosWhere stories live. Discover now