Capítulo 54 || Erkstag

84 8 0
                                    

Los dos amigos llegaron al lugar que Dumbledore los había enviado. Ambos intercambiaron miradas porque se encontraban inseguros de que era lo que podría pasar. Newt se acercó a la reja oxidada que debía de ser la entrada principal. Regina se acercó para abrir la puerta, escuchando el chirrido en lo que se movía. La Ravenclaw entró siendo seguida por el Hufflepuff ya que los dos estaban dispuestos a rescatar a Theseus.

Después de algunos minutos, bajaron las escaleras para encontrarse con una recepción que apenas se encontraba iluminado. Atrás de la recepción, se encontraba un hombre con aspecto desliñado y su silla estaba recargada contra un muro lleno de casilleros con diferentes objetos en su interior. Regina se aclaró la garganta para obtener la atención del recepcionista.

— Venimos a ver a mi hermano – habló Newt tratando de esconder su nerviosismo –. Su nombre es Theseus Scamander.

El magizoologo sacó los papeles que el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras les había entregado. Regina frunció el ceño al ver que una fotografía de Tina se había colado ente toda la documentación que llevaba su amigo. No es que le sorprendiese que tuviera una, sino como es que había terminado en medio del papeleo. Newt lo agarró de inmediato.

— Lo siento, es un...

Newt le dio un ligero codazo haciendo que le hiciera una señal para que viera la corbata que llevaba puesto el celador. Regina volteó para ver el objeto y afirmando la teoría que su esposo se encontraba encerrado en ese lugar. Los dos se encontraban absortos en el objeto que se olvidaron la razón por la que estaban ahí.

— Denme sus varitas – ordenó el recepcionista.

— ¿Qué? – preguntó Regina confundida.

— Que me den sus varitas –repitió el hombre malhumorado haciendo que los dos intercambiaron miradas.

Los dos sacaron sus varitas de mala gana. El celador se levantó de su lugar para agarrar las varitas de los dos amigos. Regina se encontraba insegura de dejar aquel objeto que la había acompañada toda su vida. El hombre se acercó a los dos amigos con el ceño fruncido. Primero pasó su varita sobre la Ravenclaw y luego en el Hufflepuff para escuchar un chillido.

— Es... – Newt intentó explicar el ruido –. Soy magizoologo.

El celador intentaba sacar de manera brusca del bolsillo del rubio a Pickett. A Regina le dolió la manera en que era tratado debido al poco tacto que tenía con la criatura. Newt y Regina intercambiaron mirada al saber que iba a ser más complicado de lo que esperaban.

— Es inofensivo – explicó el Hufflepuff –. Es solo una mascota, de verdad.

— Sí. Es solo... una mascota – lo secundó su amiga.

Regina pudo ver como es que el bowtruckle se asomaba curioso y, a la vez, a la defensiva ante la presencia del celador. La Ravenclaw esperaba que las cosas no se complicara más de lo que ya estaban. De otra de las bolsas, se asomaba la cabeza peluda del escarbato.

— Él es Teddy – comentó Newt haciendo que su amiga negará con la cabeza – . Se porta muy mal, la verdad.

— ¿Los podemos llevar? – preguntó Regina interesada.

— No. Ellos se quedan aquí – respondió el celador.

La Ravenclaw volteó en dirección donde se encontraba su amigo. No era normal que Newt se separase de sus criaturas. El magizoologo agarró a Pickett y a Teddy para entregárselo al hombre para dejarlo entre las varitas de los dos ex-estudiantes de Hogwarts. Los dos se resistían ante aquel acto, pero el celador fue demasiado brusco.

— Oiga. Con más cuidado – lo regaño Regina –. Los está lastimando.

— No te preocupes, preciosa, aquí se encuentran a salvo.

El celador los aventó en dos casilleros diferentes al igual que las varitas. La Ravenclaw apretó sus puños al ver como estaba tratando a las criaturas de su amigo. Se tenía que aguantar ante el trato que les estaba dando ese hombre cruel e inhumano.

Después vieron como el hombre se dirigía a cierta dirección para agarrar dos larvas de un bote para agitarlas y transformarlas en luciérnagas. Los depositó en una linterna de lata provocando que los insectos revoletearan en su interior con una luz tenue. Regina y Newt se acercaron para agarrarlos.

— ¿Cómo sabremos en dónde encontrarlo? – preguntó Newt inseguro.

— ¿Es tu hermano? – cuestionó el celador.

— Sí.

— Pues será quien se parezca a tu hermano.

— Que divertido – soltó Regina con desagrado, al mismo tiempo, con sarcasmo –. Tú debes de ser el alma de la fiesta – luego se dirigió a su amigo –. Vamos. No tenemos mucho tiempo.

Los dos empezaron a andar hacia los pasillos oscuros del Erkstag. Después de un par de pasos, Newt regresó su mirada para encontrarse con la mirada del bowtrucke que le seguía con la mirada asustada. El magizoologo se detuvo unos instantes haciendo que su amiga también lo hiciera.

— No se porten mal – les recomendó Regina antes de perderlos de vista.

— Volveremos, Pick – continuó Newt preocupado –. Te lo prometemos.

— Volveremos Pick, te lo prometemos – imitó el celador con un tono burlón –. Y yo algún día seré Ministro de Magia. 

— Si no nos hubieran confiscado las varitas, lo hubiera hecho caer de su estúpida silla – murmuro la Ravenclaw malhumorada.

El bowtruckle y el escarbato solo observaban como el mago y la bruja se alejaban haciendo que la aurora solo los observará antes de que doblará esquina, antes de adentrarse al laberinto de columnas que los llevaría hacia el lugar donde se encontraba Theseus Scamander.

(Nota de la autora:

Pobre Newt, siempre está sufriendo cada vez que lo separan de sus criatura, y yo junto a él. En serio que siempre se me parte el alma cada vez que este hombre es separado de sus criaturas. Sobre todo en una manera tan brusca como lo hacen.

Diría que el siguiente capítulo es el rescate de Theseus, pero no. Decidí que será la cena en donde culpan Jacob de asesinato. Le prometo que les va a gustar. Me divertí mucho escribiéndolo. 

Creo que sería todo de mi parte y nos estamos leyendo el próximo viernes con un capítulo nuevo.

April Hdzz Capaldi, fuera.)

Animales FantásticosWhere stories live. Discover now