Capítulo 69 || Visita a Dumbledore

59 7 0
                                    

Hogwarts, Escocia. Una semana después

El bebé se encontraba aplaudiendo en lo que pequeñas chispas de color rojo salían de la varitas de Albus. Regina sonreía ante la reacción de su hijo menor, que se encontraba emocionado por la magia sencilla que le presentaba su padrino. En cuanto terminó, observó a su mamá como si le estuviera pidiendo una explicación de porque había desaparecido.

— Gracias por venir – comentó Dumbledore –. Quería saber como estaban desde las elecciones.

— Theseus y yo nos encontramos más tranquilos – respondió Regina en lo que le agarraba la mano a su hijo –. En el tiempo que estuvimos en Berlín y Bután, nuestros hijos estuvieron escondidos. Theseus encontró con una casa de seguridad en donde estuvieron resguardados con mis papás. Pero ahora que están a salvo porque Grindelwald vuelve hacer un fugitivo y ellos se encuentran de regreso en casa con nosotros. Aunque lo de Grindelwald siendo un fugitivo no es algo que me consuele mucho,

— ¿Y tus papás? – preguntó interesado Albus.

Regina se levantó de su asiento en lo que Kay se removía en los brazos de su madre. La aurora se acercó a la ventana para poder observar aquella vista que había sido privilegiada de presenciar por siete años. Sabía que sus hijos estarían a salvo por tiempo indefinido, aunque sabía que esa calma no podía durar para siempre mientras Grindelwald tuviera en su poder la Varita del Saúco.

— Ni Joe ni yo les hemos dicho. Ninguno tiene el corazón para decirles que Kate está siendo manipulada por Grindelwald y que no está dispuesta a regresar. Tampoco sabemos como hacerlo sin la necesidad de romper sus esperanzas – su atención regresó hacia Dumbledore –. Antes de que naciera Gareth, posiblemente, hubiera sido más fácil para mí. Pero ahora que tengo a mis hijos, es diferente. Yo me destrozaría si alguno ellos tres llega con una noticia como esta.

Regina soltó un suspiro en lo que se acercaba de nuevo al escritorio de Albus mientras Kay extendía sus pequeñas manos hacia un objeto que se encontraba encima de la mesa. Dumbledore acercó el objeto a su ahijado provocando una risotada por parte del bebé. La aurora le beso la frente a su hijo para luego pasar su mano para acomodar el poco cabello que se le había desacomodado.

— ¿Siempre tienen que ser tres hijos? – preguntó el Gryffindor interesado.

— No lo sé – respondió la Ravenclaw viendo a su profesor –. Es como una regla no escrita para los primogénitos. Supongo que es por la Fábula de los tres hermanos. Supongo que es lo mínimo que podemos hacer los hermanos mayores. Lo mínimo que Gareth podrá tener es a Johanne y Kay como compañía, aunque sus hermanos jamás lo sabrán. Es una maldición más que un don. Es un dolor que nunca es fácil cargar. Es por eso que el secreto solo de saberlo quien será el padre o madre de nuestros hijos. No es fácil ser de la descendencia de Antioch.

Kay alzó su mirada para soltar gorgojos y luego meter su mano en su boca en lo que se acomodaba en el pecho de su madre dispuesto a dormirse. A Regina le consolaba ver que sus hijos no tuvieran una pizca de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Una pregunto vino a su mente en lo que observaba a su hijo en silencio.

— Albus, ¿a dónde fue Kate después de que intentaran deshacerse de la qilin? – preguntó la Ravenclaw interesada.

— No lo sé – se levantó de su escritorio para acercarse a la ventana –. Pero sospecho que Grindelwald la envió una misión especial.

— ¿Por qué haría eso? – preguntó confundida.

— Necesita respuesta sobre tu familia. Las quiere lo más pronto posible para encontrar una alternativa para empezar esa batalla que estamos intentando evitar que comience. La pregunta es si podrá conseguir algún tipo de información.

La noticia la había impactado. Regina aún se encontraba abrumada por lo sucedido en Bután. Su vida había sido un sube y baja de emociones en los últimos años desde que Dumbledore los había enviado a Nueva York. Sin embargo, se encontraba ahí, preocupada por el futuro de su familia. Albus se percató del disgusto que la Ravenclaw demostraba en su rostro.

— Se que no me has pedido un consejo, pero te sugiero que te enfoques en el presente por el bien de tus hijos. En cuanto sepa de algún movimiento de Grindelwald, se los haré saber de inmediato.

— Gracias, Albus – respondió la aurora con cierto alivio.

— Por cierto, procura traer a Kay más seguido. Me encanta presumirle a Minie que tengo un ahijado – Regina sonrió ante el comentario mientras observaban como el bebé se había quedado dormido en los brazos de su mamá.

(Nota de la autora:

Feliz día de San Valentín. 

Como se habrán dado cuenta, ya estamos pronto a terminar este viaje de la tercera película por lo que queda solo dos capítulos. Como les mencioné antes, el destino del fanfic dependerá mucho de lo que decidan hacer con la saga. Aun tengo esperanzas de que continúen, aunque lo dudo debido a la serie que realizaran los de HBO.

Relacionado con el fanfic de Harry Potter, no creo poder hacerlo debido a que no me ha llegado la inspiración para hacerlo y la verdad, odio obligarme hacer algo que no me inspira porque lo siento forzado. En serio, les pido una disculpa porque si estaba emocionada por escribirlo, pero no lo logré.

Espero que les haya gustado este capítulo y nos estamos leyendo el próximo lunes con uno nuevo.

April Hdzz Capaldi, fuera.)

Animales FantásticosWhere stories live. Discover now