Capítulo 47 || Convenciendo a Jacob

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Las dos mujeres se acercaron como si hubiera dado una señal para que pudieran revelar sus verdaderas identidades en frente de Jacob haciendo que cambiaran sus ropas por túnicas de bruja. El cabello de Rose se encontraba acomodado en una trenza de lado, su abrigo era largo y elegante para el clima que estaba teniendo la ciudad que nunca duerme.

— Lo siento, Frank – se disculpó la estadounidense –. A veces olvido la fuerza que tengo. Nosotras nos encargamos, ¿no es así, Rose?

— Téngalo por seguro – Rose dio un paso hacia adelante –. Gracias por la ayuda.

— De nada – respondió uno de los amigos del primo de Lally.

— Nos vemos, Lally – comentó el otro acompañante.

— Adiós, Stanley. Nos vemos pronto para jugar Befuddler Duddley – comentó Lally al segundo obrero.

— Muy bien – respondió el mencionado –. Un gusto conocerte – Rose bajo ligeramente la cabeza.

—El gusto es mío – comentó Rose con una sonrisa.

Jacob recogió el sartén mientras negaba con la cabeza en un intento de retroceder. Rose se encontraba confundida por su reacción, ya que Regina le había explicado que estaba algo acostumbrado a la magia. Aunque la explicación, también venía de Newt, quien le había explicado la historia entre el panadero y la legermente.

— No – fue la única palabra que salió de la boca de Jacob.

— ¡Por favor! – suplicó Lally –. Es temprano para rogarle.

— Dije que ya no lo haría – se alejó malhumorado el panadero.

— Señor Kowalski, lo necesitamos – rogó Rose.

El muggle entró de inmediato a la panadería para poner el letrero de CERRADO en la puerta. Él cerró los ojos haciendo que las dos aparecieran en el interior del establecimiento sin que el panadero se diera cuenta.

— Increíble que mi terapeuta diga que los magos no existen. ¡Que desperdicio de dinero!

— ¿Qué es terapeta? – preguntó Rose interesada.

Jacob ahogó un grito en cuanto vio a las dos brujas en el interior de su establecimiento. Lally comía un rollo de canela tranquila. Rose se limitó a acercarse a la estantería más cercana donde se encontraban las donas de chocolate porque no había tomado nada desde que despertó.

— Sabe que somos brujas, ¿verdad? – comentó Rose dándole otra mordida a su pan.

— Sí – respondió Jacob frustrado al saber que no se podía escapar tan fácil de la situación en la que se encontraba –. Miren, las dos parecen unas brujas muy agradables. Pero no saben lo que he sufrido por culpa de los suyos. ¿Podrían salir de mi vida, por favor? – el panadero abrió la puerta.

Rose y Lally intercambiaron miradas mientras el panadero salía con el sartén en mano. Ninguna de las dos que creía fuera una tarea difícil para poder reclutarlo. Las dos brujas siguieron a Jacob a lo lejos. Sabían que sí o sí tenían que llegar al tren a Berlín con él.

—Hace poco más de un año, con la esperanza de obtener un préstamos, acudió al Banco Nacional de Steven ubicada a seis cuadras de aquí – empezó a relatar Lally con la esperanza que fuera su última carta para convencerlo de que viajara con ellas –. Y conoció a Newt Scamander, él más famoso, aunque es el único, magizoologo del mundo. Un par de horas después, conoció a su mejor amiga y confidente Regina Pullman, ahora Scamander, en su departamento después de que fuera atacado por un murtlap. Y aprendió de un mundo del que antes no sabía mucho. Conoció y se enamoró de la bruja Queenie Goldstein, le borraron la memoria con un embrujo desmemorizador, pero no funcionó. Por eso se reencontró con la señorita Goldstein, quien tras su negativa, de casarse con ella, decidió aliarse con Gellert Grindelwald y su oscuro ejército de seguidores, quienes representan la mayor amenaza para nuestro mundo y el suyo en siglos.

Animales FantásticosWhere stories live. Discover now