Capítulo 60 || El Secreto de Regina

86 9 2
                                    

Regina se encontraba caminando de un lado a otro en lo que Theseus escuchaba sentado en la cama. Había prestado atención en silencio la conversación que su esposa había tenido minutos atrás con Dumbledore. Se encontraba pensativo ante las palabras que le había dicho el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

— ¿Qué es lo que piensas? – preguntó la Ravenclaw preocupada e insegura.

— Creo que estoy de acuerdo con Albus, Regina. Se que tus papás podrían cuidar con nuestros hijos en caso de que los dos faltáramos. Pero conociendo a Grindelwald, no tendrá escrúpulos en encontrar la forma de hacer que Kate obtenga tu don que te pertenece por derecho.

Ella soltó un suspiro en lo que volvía a sentarse en la cama en lo que Theseus pasaba su mano en la espalda de su esposa. Regina tenía sentimientos encontrados a todo lo que estaba ocurriendo.

Los dos escucharon como tocaban la puerta haciendo que ambos se levantaran. Regina abrió la puerta para encontrarse con Newt. Él alzó su mirada en lo que sostenía el pedazo de papel que le había dejado en su habitación. La Ravenclaw se sintió un poco más aliviada.

— ¿Está todo bien? – preguntó preocupado.

— Tu hermano y yo queremos hablar contigo, Artemis – Regina se hizo a lado para dejarlo pasar.

Una vez que cerró la puerto, Theseus invocó un hechizo silenciador para que nadie pudiera escucharlos haciendo que la incógnita y la preocupación del magizoologo solo aumentara. El auror acercó la única silla de la habitación provocando que hiciera un gesto con la mano para que Newt tomara asiento.

— Hay algo importante que queremos hablar contigo porque Regina cree que es necesario que debes de saberlo – comentó el mayor de  los Scamander.

La castaña vio como Theseus hizo que asintiera con la cabeza. Regina soltó un suspiro antes de que empezara hablar. Tenía que encontrar alguna manera de tomar la fuerza para poder decírselo.

— Artemis, lo que tengo que decirte es muy importante porque no muchas personas lo saben. Te estamos diciendo esto porque eres mi mi mejor amigo. Te digo esto porque eres el padrino de Gareth. Y porque los dos podemos confiar contigo para esto. Y te lo digo porque eres la única persona que cuidaría a nuestros hijos si nos pasa algo a nosotros y a mis papás.

— Regina, ¿de qué estás hablando? – la preocupación del magizoologo crecía.

— Artemis, hay algo que tengo que decirte. Es algo que te lo he querido decir desde que lo supe, pero no es tan fácil porque es algo complejo de decírtelo.

— Regina, tomate tu tiempo. Mi hermano lo va a comprender – la voz de Theseus hizo que se sintiera más tranquila.

Ella se mordió la lengua en lo que detenía su andar. La Raveclaw bajo su mirada en lo que pensaba para poder acomodar sus ideas haciendo que tomara aire para poder continuar hablando. Tenía que hacerlo, pensando por el bien de sus hijos.

— Artemis, ¿te acuerdas ese día en cuarto año que entre al Gran Comedor llorando porque había regresado del funeral de mi abuela? 

— Sí. ¿Qué tiene que ver? – preguntó confundido.

Regina se sentó en la cama en lo que meditaba sus palabras. Theseus no le dejaba de agarrar la mano para darle la fuerza para que pudiera continuar. Ella soltó todo el aire que se encontraba retenido sin que se diera cuenta en lo que alzaba su rostro.

— Resulta que días antes me había enterado que tengo un... don – empezó a explicar –. Un don que no sabía que tenía hasta ese día. Yo... puedo ver las muertes de algunas personas, sobre todo, las cercanas a mí. De vez en cuando, de alguien importante.

>> Yo... tengo... tengo algo que ver con Antioch Peverell, el mismo que inspiró el Cuento de los Tres Hermanos. Soy su descendiente – ella soltó un suspiro como si pensara cual sería su siguiente movimiento.

>> Es que esto va más allá del cuento que aparece en los Cuentos del Beddle el Bardo – bajo su mirada con la esperanza de que sus palabras se entendieran porque siempre era complicado para ella hablar sobre el tema con las únicas dos personas que podía confiar plenamente, aunque no lo había hecho con su mejor amigo –. Después de que Antioch muriera, la Muerte buscó a sus hijos hasta encontrar a Everard Peverell, quien fue el único hijo que se quedó en Inglaterra e hizo un trato con la muerte, por así decirlo, en donde a partir él y con cada primer hijo o hija que su descendencia tuviera, con la condición de recibir ese don cuando una persona cercana muriera. También le dijo que sabrían quien sería el dueño o dueña de la Varita del Saúco, pero al mismo tiempo, no podríamos a tenerlo bajo nuestro poder por varios siglos.

>> No te había dicho nada de esto porque hay un encantamiento Fidelio de por medio. En circunstancias normales, solo sería Theseus quien debería de saberlo por mí y Gareth también lo sabrá cuando crezca. Pero dadas las circunstancias que estamos, Dumbledore y, ahora, tú lo saben.

— ¿Por qué me estás diciendo eso? – preguntó Newt preocupado.

— Newt, todavía no va a pasar nada malo a ninguno de nosotros – explicó Theseus –. Pero sospechamos que Grindelwald puede ir detrás de Regina y de nuestros hijos. Los dos sabemos que los cuidarías en caso de que faltemos nosotros.

— A lo que Theseus se refiere es que si Grindelwald se entera de esto, probablemente, él ira atrás de mí, después por mis hijos y Joe para que Kate obtenga mi don.

Newt se quedó estupefacto al escuchar aquella confesión haciendo que varias cosas empezaron a cobrar la lógica. Él vio lo disgustada que se encontraba su amiga ante tal hecho haciendo que se acercara para abrazarla de manera incómoda porque raramente él daba un abrazo. Conocía tan bien a su amiga que sabía que en la primera oportunidad, Regina se lo hubiera dicho.

— Si hace falta – empezó hablar para consolar a su amiga y Theseus –. Cuidaré a Gareth, Johanne y Kay. Pero también te cuidare para que nada malo les pase. 

— Gracias, Artemis – Regina se había soltado a llorar.

— No dejaremos que nada malo te pase, Regina, ¿verdad, Newt? – comentó Theseus viendo a su hermano en lo que se unía al abrazo.

— Haremos todo para que estén a salvo – respondió Newt.

— Gracias – fue lo único que dijo.

(Nota de la autora:

Solo para por aquí para desearles felices fiestas a todos ustedes. Espero que les haya gustado el capítulo de hoy. Se que no es un capítulo que sea tan alegra, pero me emociona escribir que así como Regina está en las buenas y malas para Newt, él haga lo mismo por ella. Es de las cosas que más me gustan escribir de Negina.

Sería todo de mi parte hoy y nos estamos leyendo el próximo viernes con un capítulo nuevo.

April Hdzz Capaldi, fuera.)


Animales FantásticosWhere stories live. Discover now