Capítulo 49 || La Estación de Tren

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Todos sintieron como el movimiento del tren se había detenido haciendo que todo el grupo intercambiaran mirada. Ninguno estaba seguro de lo que estaban por hacer, pero tenían que improvisar para evitar que Grindelwald subiera al poder. Joe guardo su libro de Quidditch en lo que Newt ponía la maleta en el piso para asegurarse que el Qilin se encontrara cómodo. Regina se había acercado para poder observar a la criatura más de cerca.

— Es muy lindo – comentó la Ravenclaw.

— Una lastima lo que le pasó a su mellizo y su madre – respondió su amigo un poco triste.

— Artemis, hiciste todo lo que pudiste – puso su mano el el hombro del magizoologo –. El hecho de que esta pequeña esté con nosotros a salvo con todos los cuidados que necesita. Es un gran paso.

Newt le sonrió a su amiga para entregarle el platillo donde se encontraba la comida de la qilin. La aurora sabía lo que significaba haciendo que lo tomara con cuidado para la criatura para que empezará a comer. Regina empezó a acariciar con delicadeza su pelaje provocando que una sonrisa se asomará en su rostro saliera.

— Estarás bien, bebé – dijo Newt una vez que terminó para enviarla de vuelta a la maleta.

— Que preciosa es la qilin – comentó la Ravenclaw haciendo que el magizoologo le devolviera la sonrisa.

— Berlín – anunció Lally a la llegada de la ciudad haciendo que obtuviera la atención de los presentes –. Maravilloso.

Ambos amigos intercambiaron mirada al darse cuenta que la hora de la verdad estaba por comenzar. Newt cerró su maleta para dejar a la qilin a salvo de todo daño que pudiera causarle del mundo exterior. Regina le acarició la cabeza antes de que el Hufflepuff lo cerrara por completo.

— Aún creo que mi hermana debió de quedarse con Newt – Lally y Rose alzaron su mirada al escuchar la voz de Joe.

— Sí, pero Regina escogió a Theseus. Newt es lo que ella quería. Pero Theseus es a quien necesita, creo. Es quien mejor comprende a tu hermana – respondió Rose en un intento de tranquilizar al jugador de Quiditich.

— Entonces, el drama es más grande de lo que creí – murmuro Lally pensativa.

El tren se detuvo por completo haciendo que todos intercambiaran miradas. Ninguno estaba seguro de lo que se tenía que hacer. Lo mejor sería improvisar porque nadie creía que hacer muchos planes fuera una buena idea. Kama fue el primero en acercarse a la salida.

— Kama, ten cuidado – le aconsejó Theseus.

El mencionado miró al auror para asentir con la cabeza. En el instante, la puerta se abrió y una corriente de aire frío recorrió el vagón. Kama bajó el tren, dejando a los demás en silencio. Joe hizo un movimiento con su varita para asegurarse de quedarse en la página que se había quedado. 

— Fue un gusto conocer a alguno de ustedes, y ver a otros – su mirada se detuvó en su cuñado –. Con algunas excepciones.

El hermano de Regina bajó del tren para tomar un rumbo diferente al de Kama antes de que se mezclaran entre la multitud. Bunty acomodó su abrigo en lo que los tres escarbatos bebés se escondían dentro de la prenda. La asistente se acercó a su jefe.

— Yo también debo de irme – anunció Broadcare. El magizoologo se dio cuenta que había agarrado el mango de su maleta – Nadie debe de saberlo, ni siquiera tú.

— Artemis, creo que tiene razón – el Hufflepuff volteó sorprendido en dirección en donde se encontraba su amiga –. Si queremos tener éxito, debemos de confiar en Dumbledore.

Newt regresó su atención hacia Bunty para soltar su maletín. Ella salió del tren haciendo que Theseus, Rose y Jacob observaba desde la ventana. Joe, Bunty y Kama intercambiaron miradas para tomar diferentes direcciones como si no se conocieran. El resto del grupo bajó minutos después sin decir ni una sola palabra porque solo sabían que tenían que improvisar el plan. No había nada que discutir.

El grupo camino por las calles de la ciudad. Theseus le agarró la mano a Regina para demostrarle que también se encontraba preocupada por ella y sus hijos, en caso de que Grindelwald supiera la verdad. Debían de mantener la mente despejada para que no sospechara que intentaban algo. Los seis se detuvieron a la mitad del calle para que ningún muggle lo estuvieran viendo.

— Muy bien – anunció Newt nervioso –. Aquí es.

Newt los condujo a un callejón para para detenerse en frente de una pared con ladrillos donde se encontraba una enorme ave posando, desplegando sus alas mientras que unas runas se encontraban grabadas, siendo indicio de que era la entrada del mundo mágico alemán. Regina, Newt, Theseus, Lally y Rose entraron sin decir ni una sola palabra.

Del otro lado del muro se encontraba un mar de gente con estandartes y emblemas que demostraban su apoyo a los dos candidatos y pancartas del Presidente del Ministerio de Mágico colgando de los edificios. No era secreto para nadie que ni un solo mago o bruja estaba satisfecho con su trabajo, aparte de que casi ningún ministerio estaba cómodo trabajando con Vogel debido a las medidas cuestionables que había tomado.

—¿El Ministerio Alemán de Magia? – preguntó el mayor de los Scamander sorprendido.

— Sí – se limitó a responder Newt,

— Supongo que estamos aquí por una razón.

— Sí, tenemos que asistir una ceremonia de té, y si nos damos prisa, llegamos.

Newt continuó caminando entre los magos haciendo que el resto del grupo lo siguieran. Debían de confiar en en el plan de Dumbledore para lograrlo. Regina trataba de no sentirse preocupada por lo que pudiera pasar. Su mirada se posó en Theseus para percatarse que tenía la misma preocupación. Jacob solo observaba a su alrededor sorprendido.

— Jacob, no te quedes atrás – lo llamó Lally haciendo que la siguiera.

Se detuvo en frente de los carteles de Grindelwald, abajo de la fotografía se encontraba la recompensa que que se daría en caso de encontrarlo. El panadero se sintió algo intimidado que decidió seguir a sus amigos. Vio a Rose, que no se encontraba muy lejos de él.

Llegaron a las escalinatas que daba acceso al Ministerio de Magia Alemán. Rose pasaba por ser asistente de un miembro del Wizengamot mientras que Regina y Theseus por ser aurores junto con Newt al ser hermano del jefe del Departamento de Aurores. Jacob y Lally fueron detenidos, provocando que la Ravenclaw le jalará la manga a su esposo para llamar su atención.

— Buenas noches, Helmut – lo llamó el auror.

— Theseus – respondió el alemán.

— Oye, vienen conmigo.

El mago que los detuvo, pudo observar a la pareja haciendo que los reconociera en el instante por la mirada de la británica. Después, su atención fue hacia su jefe, quien asintió con la cabeza desde su lugar para dejarlos pasar.

(Nota de la autora:

Gente, llegamos a los 50 k de lecturas. Muchas gracias por esperar año y medio para poder publicarlo. Les estoy agradecida por ello. Si lo hubiera planeado, no me hubiera salido. Pero esto no hubiera sido posible sin ustedes, así que les estoy agradecido por eso.

Ahora, oficialmente, empezamos con todo el desmadre de improvisar. En mi opinión, creo que funcionaba mejor el plan de improvisar que tener muchos planes, porque se iban a dar cuenta de su objetivo.

¿Les digo algo? Soy fan de los escarbatos bebés y si un día tienen la oportunidad de comprarlos en su edición peluche, le recomiendo que lo hagan. Solo les debo de advertir que si están algo caros, así que empiecen ahorrar y no se queden con las ganas como a su servilleta.

El próximo capítulo empezará toda la acción y caos como tal. Espero que hayan disfrutado de este capítulo y nos estamos leyendo en el siguiente.

April Hdzz Capaldi, fuera.)


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