Prólogo

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-Hogwarts. Septiembre, 1926-

El aula de la escuela se encontraba en completo silencio. Una joven se encontraba sentada en frente del hombre que un día fue su profesor en Defensa Contra las Artes Oscuras. La chica aún se sentía intrigada de la carta que había recibido días anteriores, ya que se había cuestionado sobre sí tenía que acudir o no.

- Me alegra que te vaya bien, Regina- comento aquel hombre de cabellos castaños que se encontraba sentado del otro lado del escritorio.

- Ya sabe, profesor. Si no hubiera sido por usted, no hubiera logrado entrar a mi entrenamiento como auror.

El mencionado sonrió al escuchar el cumplido. Sabía desde el momento que la vio. que aquella niña de 11 años tenía un gran potencial para ser alguien muy grande su carrera profesional. Él no se había equivocado, pero la vida le había hecho una mala jugada que termino todo su potencial desperdiciado en el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas y era algo que se lamentaba tanto él como Minerva McGonagall.

- Necesito de tu ayuda con tus servicios de auror- Regina alzo una ceja al escuchar sus palabras-. Aunque el termino correcto sería uno que usan los muggles, creo que sería algo como detective privado.

- Le recuerdo que no estoy como auror en el Ministerio de Magia. Dele gracias a Theseus Scamander por arruinar mi carrera- respondió molesta.

- Como bien lo recuerdas, hace varios años que tu amigo Newt fue expulsado de la escuela.

- Si quiere que sea testigo para que Artemis regrese a clase, me temo que es muy tarde. Además, tengo entendido que mi amigo está felizmente viajando por el mundo en búsqueda de criaturas para cuidarlas, protegerlas y liberarlas.

- ¿Cuándo fue la última vez que viste a Newt?

Regina se mordió el labio. La última vez que lo había visto, habría sido semanas atrás en Medio Oriente. Así como se lo había dicho Dumbledore, estaban vendiendo un Thunderbird de manera ilegal. Se lo había informado a su amigo para que los dos fueran a rescatarlo de las manos de los traficantes de criaturas. Y es que el inicio de su amistad cuando los dos eran estudiantes en Hogwarts había sido el interés que ambos compartían por el Calamar del Lago.

- Hace un par de semanas en el Cairo. Solo le confirmo, profesor, que pudimos rescatar el Thunderbird y ahora está bajo los cuidados de Artemis. 

- ¿Sabes de donde son originarios los Thunderbirds?- preguntó Dumbledore, haciendo que la chica alzará su vista.

- De América.

Hubo un silencio largo entre profesor y alumna. Dumbledore se levantó y empezó a caminar de un lado otro mientras que Regina solo se limitaba a seguirlo con la mirada y empezó a golpear sus dedos contra la mesa, señal de su evidente nerviosismo.

- Supongo que sabrá las noticias que ha salido en El Profeta.

- ¿Sobre Grindelwald?- el castaño asintió ante la pregunta de la pelinegra-. Bueno, es imposible no saber de él. Su nombre aparece todos los días en primera plana.

Dumbledore se detuvo en la ventana cercana mirando al exterior, Regina quería saber cual era el verdadero motivo motivo por la que le había enviado la carta.

- Señorita Pullman, tengo entendido que muy pronto habrá una reunión del Wizegamot en Nueva York para discutir sobre los últimos ataque por parte de Grindelwald.

- Sí. MACUSA será la cede, o eso creo.

- Bien. Tú irás como unos de los representantes del Ministerio de Magia, hay rumores que hay una especie de criatura atacando a los muggles. Le recomiendo que tenga cuidado.

- Profesor Dumbledore, siendo sinceros, es poco probable que me escojan, ya que los veo poco dispuestos en cambiarme de Departamento. Eso sin contar que fue el hermano mayor de mi amigo quien hizo esa recomendación.

- Es una lástima porque iba hablar con el profesor Dipper para que escribiera una carta de recomendación al Ministerio de Magia para que la cambiaran al Departamento de Asuntos Mágicos Internacionales en calidad de auror. Si algo tengo en claro es que no se puede apoyar a una persona que no la acepta- Dumbledore dio un par de zancada hasta la puerta y lo abrió-. Espero que siga disfrutando desmemorizando muggles en el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas. 

La chica se quedó en su asiento mientras que Dumbledore esperaba respuesta alguna de parte de ella. Se quedo pensativa en su asiento, considerando que era la única posible salida para trabajar para lo que realmente había estudiado y deseado desde que había aprobado sus TIMOS.

- Sabe profesor, a veces lo odio. Lo odio porque puede convencer a las personas sin la necesidad de obligarlos- Dumbledore se sentó nuevamente en su silla mientras le regalaba una sonrisa a Regina.

- Sabía que nos podíamos entender- respondió Dumbledore mientras que Regina ponía toda su atención para escuchar la misión que le tenía preparada para su viaje a Nueva York.

(Nota de la autora:

Bienvenidos a mi nuevo fanfic. Estoy muy emocionada por publicar el prólogo de este fanfic que lo he empezando a cocinar desde que salió la primera película pero que se consolido como tal cuando vi los Crímenes de Grindelwald.

Espero que les guste mi fanfic que lo he hecho con mucho amor y a mi hija Regina Pullman que en los siguientes capítulos la empezarán a conocer un poco mejor. Y no se preocupen que también habrá un spin-off de su bisnieta durante los años de Hogwarts de Harry Potter, solo que ese no se cuando lo empezaré a escribir.

Tenía intenciones de publicar el prólogo cuando hubiera un trailler oficial de la tercera entre pero Coronavirus hizo un cambio de planes y decidí publicar en cuanto terminará la última parte de los Crímenes de Grindelwald.

Estaré publicando los capítulos los viernes. 

Sería todo de mi parte y nos leemos la próxima semana por aquí.

April Hdzz Capaldi, fuera.)


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