MR BAD GUY

LIVE LIFE ON THE RAZORS EDGE

Enzo recibio la bonita caja de madera con sonrisa resplandeciente. Aún tenía las mejillas encendidas y las manos temblorosas mientras recorría con ellas toda la superficie de la caja de madera pulida.

- Oh, qué caja más bonita. Me encanta.

Como Enzo no hacía ningún amago de abrirla, Tarek le dijo entre risas:

- ¿No la vas a abrir? ¿No pensarías que te iba a regalar una caja de madera?

- Oh... -se llevó una mano a la boca divertido-. Que bobo, es tan preciosa... La utilizaré para mis cartas.

Enzo descubrió en el interior tapizado de terciopelo azul el precioso jarrón de conchas y nácar. Le entusiasmó mirándolo desde todos los ángulos, maravillado.

- ¿Te gusta? -le preguntó Tarek sentado a lo indio sobre la cama, complacido con cada uno de sus bonitos gestos.

- Claro que si. Sé exactamente donde lo pondré.

- Me alegro. Cada día se me hace más difícil encontrar algo que regalarte.

- Oh, no seas ridículo. Los 27 besos fueron algo insuperable.

Y era cierto. A pesar de estar acostumbrado a recibir infinidad de regalos opulentos, cualquier pequeña cosa le hacía una enorme ilusión.

- Oh, cariño. Esta caja es preciosa. Te ha debido llevar mucho tiempo -comentó acariciando el forro de terciopelo.

- Un poco, si.

- Oh, interesante. Después de todos estos años descubro que mi marido sabe tratar la madera tan bien como mi propia polla -Enzo se tapó la boca guasón, escandalizado él mismo de su exabrupto.

- A mi madre se le ha dado bien siempre la madera.

- ¿Entonces lo de tener buenas manos para la carpintería se hereda como el oído o tus preciosos ojos?

- Creo que si.

- Oh, cariño mío. Creo que te voy a explotar inmisericordemente. Tengo un par de ideas en mente...

- Tranquilízate. Estamos en Tahití de relax y Marygold Alley nos queda un poco lejos. Te recuerdo que me debes un orgasmo.

- Te lo debo. Si, no lo he olvidado -le miró los grandes ojos azul grisáceo mientras recostaba su cabeza sobre la almohada-. ¿Me das un plazo razonable para cobrártelo?

- Está bien.

- Estuve hablando con Pauline esta mañana. Me ha dicho que están interesados en hacer una gira de La gata por algunos teatros de Reino Unido.

- ¿Vas a hacerlo?

- La dije que lo haría. ¿Tu que opinas?

- ¿Lo has pensado bien?

- No... bueno, si. ¿Que hay que pensar? Tú no ves bien mi decisión.

- Solo quiero saber si lo has pensado a conciencia. Solo eso.

- Insinuas que tomo mis decisiones a lo loco.

- A veces eres demasiado emocional al tomarlas. Y en este caso creo que deberías darle una oportunidad a tu capacitado cerebro.

- No me hagas la pelota.

- Solo digo que lo uses teniendo en cuenta que no lo tienes vacío.