BACK CHAT

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Un par de periodistas se acercaron a ellos micrófono en mano. Carl en su calidad de chófer y guardaespaldas intentó mantenerlos a una distancia prudencial.

- Enzo, ¿es verdad que has dado negativo en las pruebas del SIDA?

Durante unos segundos que a Enzo le parecieron siglos, retuvo en su mente aquel misil hecho pregunta. ¿Sida? ¿De qué estaban hablando aquellos dos? Tras la indecisión se recuperó enseguida simulando aquel impacto tremendo que le habían causado. Tarek, unos pasos como siempre detrás de él, se agarró inconscientemente a la cintura de Taron para no caerse. ¿De qué iba todo eso?

No era ningún misterio que la prensa británica siempre le había atacado. Mientras el resto del mundo le adoraba y le consideraba uno de los actores mejores de su generación, en su propio país los tabloides siempre le habían descalificado. Ni siquiera en pleno siglo XXI se podía ser ambiguo sin pagar un precio por ello.

- No sé de qué estais hablando. Dejadme pasar, joder.

Su publicista se iba a poner como una fiera por no haberse mantenido mudo. Pero en cuanto la echara la vista encima él también tenía una o dos cosas que decirla. ¿Cómo demonios nadie le había informado de que circulaban esas informaciones por la prensa? ¿Es que la pagaba fortunas solo para que se pavoneara entre la élite sin hacer su puto trabajo?

Enzo organizó un gabinete de crisis en su casa en cuanto llegó. A él acudirían su agente, su mánager, su publicista, sus abogados. Les iba a despedir a todos, fulminantemente.  Se dispuso a llamar a Pauline la primera para echarle la bronca del siglo como su mánager que era. Pero con esa telepatía misteriosa que compartían siempre, ella le mandó un whatsapp escueto y terminante que no admitía respuesta. "Enzo, pásate por casa lo antes posible".

Enzo, intrigado, así lo hizo. Se metió en el coche y Carl le llevó hasta allí los 200 metros que separaban su casa de la de ella. Hacía años que Enzo había abandonado la idea de ir a pie a ningún sitio por Londres. Así fuera doblar la esquina como en este caso.

Al entrar en el acogedor apartamento de Pauline, la notó bastante seria. Le invitó a sentarse en el sofá del salón y le ofreció un té. Le alargó un gran sobre con el rostro grave.

- ¿Qué es esto?

- Los resultados de las pruebas que te hiciste para donar tu semen.

- ¿Qué ocurre?

- No las he abierto. Yo solo sé que es imposible que puedas ser el donante para mi hijo.

- Pero ¿qué cojones...?

Enzo abrió enérgicamente el sobre. Sacó los papeles y empezó a reseguir con sus grandes ojos línea a línea las explicaciones pertinentes de ese informe médico.

- ¿Qué pone, Enzo? Por favor, dímelo.

Pocas veces Pauline había visto el rostro de Enzo tan trasfigurado. Lo que intentaba era asimilar ese pronóstico médico.

- Háblame, Enzo. Por lo que más quieras.

Enzo agarró con tanta fuerza el taco de papeles, que ya eran un gurruño entre sus largos dedos.

- Efectivamente, no es posible que sea tu donante.

- ¿Qué tienes?

- He dado positivo en VIH y tengo hepatitis C.

Durante unos segundos Pauline no pudo cerrar la boca del aterrorizado asombro que sintió.

- Déjame leerlo –musitó con un temblor evidente en la voz. 

MR BAD GUYOnde histórias criam vida. Descubra agora