MY LOVE IS DANGEROUS

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Sabía que Tarek iba a estar una temporada junto a sus padres y su hermana melliza que venía desde Bruselas a pasar las vacaciones. No quería molestarle y ni siquiera le llamó durante ese tiempo. Pero se daba cuenta que le necesitaba, necesitaba contarle todo cuanto antes.

- Mi amor, ¿cuándo vuelves a casa?

Tarek conocía una y cada una de las inflexiones de su voz. Sin necesidad de ver su expresión, solo por el tono de su voz, sabía cuándo estaba malhumorado, triste, exaltado, romántico o tirano. Había muchas más dimensiones en Enzo pero esas eran alguna muestra.

- ¿Qué te pasa? ¿Te has vuelto a quedar atrapado en un ascensor?

Probó a lanzar la caña con una broma. Si Enzo estaba simplemente añorándole y se sentía juguetón, entraría en su juego.

- No.

Ese No indicaba que no estaba para bromas. Que algo le preocupaba y entonces Tarek empezó a inquietarse.

- ¿Pues qué ocurre?

- Nada. He ido al médico. Me han hecho una biopsia de un pequeño lunar en el hombro.

- Ah, si. El lunar...

Conocía cada rincón de su cuerpo. Por supuesto que sabía de qué lunar se trataba. Cómo no. Exhaló un suspiro de alivio. Ya estaba Enzo con sus hipocondrias.

- Nunca le dí importancia pero me cogieron un cachito para analizarlo.

- ¿Creen que puede tratarse de un melanoma?

- No se, amor. El caso es que tengo las pruebas y me gustaría que vinieras y lo habláramos.

- No me asustes.

- ¿Puedes venir?

Tarek cogió el primer tren para Londres sin pensarlo. Estaba inquieto por aquella voz preciosa teñida de melancolía. No estaba siendo mimoso, embaucador, deseoso de atenciones como un niño malcriado. Cosas que a veces solía ser para que Tarek le mimara a él y solo a él. Había algo distinto a sus habituales tretas.

Loco de inquietud subió hasta su habitación dejando su maleta en el vestidor. Enzo estaba tumbado en la cama en posición fetal. Tarek se desabrochó sus Converse y se acopló por detrás enlazándole por la estrecha cintura y hundiendo su nariz en su nuca. Pasando sus labios suavemente por el tierno vello en la base de la nuca.

- Hola, mi amor –le susurró Tarek-, ¿te acuerdas de mí?

- Cada minuto del día –dijo con su voz algo más ronca de lo habitual.

La mirada de Tarek se desvió por entre el hombro de Enzo hasta la mesita donde descansaban dos sobres marrones. Reparó enseguida en el diminuto lunar que tenía unos puntos.

- ¿Te hicieron daño? –le preguntó besándoselo con suavidad.

- No, nada.

- ¿Hablamos de esos sobres? ¿Son resultados médicos?

Enzo se volteó en la cama para mirarle a los ojos. Los enormes y expresivos ojos de su novio le infundían paz. Eran tan dulces y comprensivos. Eran como un tarro de miel caliente abriéndose paso por su garganta resentida. Afirmó mientras le agarraba fuerte contra él.

- ¿Quieres leerlos? –le preguntó Enzo.

- No, prefiero que tú me hagas un resumen. No se me da bien la jerga médica.

MR BAD GUYWhere stories live. Discover now