I JUST KEEP LOSING MY BEAT

60 0 0
                                    

Tocaba revisión tras las cuatro primeras semanas de tratamiento. John tenía que comprobar la carga viral para determinar qué tal iba todo. Echó un vistazo rápido a Enzo y supo que estaba allí pero al mismo tiempo no estaba. Tenía cruzadas sus delgadas piernas enfundadas en unos jeans y otra vez se había dejado crecer el bigote que tanto le gustaba a Tarek. Lucía mala cara, como de no haber pegado ojo en días. John le observaba muy atentamente signos físicos de enfermedad pero lo cierto es que Enzo siempre estaba guapísimo. Con esa piel de color y suavidad envidiables. Nadie podría decir que tenía dos enfermedades tan peligrosas en su organismo.

- ¿Qué tal te encuentras? –comenzó tras examinarle atentamente.

Enzo clavó sus ojos de fuego en él y John vió las marcas violáceas de cansancio y la tristeza innegable. Su brillo particular estaba muy mitigado.

- No muy bien –aceptó con cansancio.

John se imaginaba por qué estaba así. Taron había sido también su paciente y sintió mucho su muerte.

- Su muerte ha sido tan fulgurantemente rápida que todavía no me lo creo –le confesó John-. Pensaba que duraría al menos uno o dos meses más.

- ¿Cómo podía estar tan mal y yo no enterarme? Vivíamos juntos.

- Taron estaba en una fase bastante grave de su enfermedad. Pero él no quería que nadie supiera hasta qué punto era esa gravedad. Físicamente había adelgazado bastante pero a cualquiera le hubiera pasado desapercibido, Enzo. No te fustigues con eso.

- Debió volar ya muy enfermo. No sé como pudo aguantar el vuelo transoceánico.

- Comprobando su historial médico desde que empecé a tratarle, me doy cuenta que vivió muchos más años de los que a priori yo diagnosticaba. Su cuerpo era de un vigor envidiable, era un gran deportista, se alimentaba muy sano. Todo eso alargó su vida muchísimo.

- Ayer me pasé el día tumbado en su cama. Creo que nunca en mi vida he estado un día entero sin hacer absolutamente nada.

- Es normal que estés así. Tú le adorabas y él te adoraba a ti.

- Solo espero haberle demostrado lo suficiente todo lo que le quería.

- Por ahí puedes estar tranquilo. Nos lo demuestras a todos con creces. A ver, ¿qué me puedes contar sobre el tratamiento? ¿Has notado algo en tu organismo?

- No, nada. Quizás algo menos de hambre. Algún mareo.

- ¿Te has llegado a desmayar?

- No, solo algo de cansancio.

- Nada, todo dentro de lo habitual. Con tu anemia lo normal es que no te pudieras levantar de la cama, querido. ¿Qué tal te has arreglado con las inyecciones semanales?

- Me las pone Duncan. A mi me da mucha grima pincharme. ¿Qué ha salido en los resultados?

- Poca cosa. La buena noticia es que no hay noticias que darte. Todo sigue igual. Tu recuento de cd4 sigue inalterado, lo cual es magnífico.

- Pero entonces es que el tratamiento no está surtiendo efecto. Algo debería notarse.

- Enzo, no seas tan impaciente. Esto no va así. Es demasiado pronto para predecir como va a resultar el tratamiento. De momento no hay una respuesta viral rápida, el virus no es indetectable todavía.

- ¿Entonces? ¿Qué es lo siguiente?

- Continuar igual con el tratamiento. Volveremos a hacerte una revisión a la semana 12. Eso es... -cogió su calendario y se ajustó las gafas de imán que usaba para ver de cerca-. Principios de marzo.

MR BAD GUYWhere stories live. Discover now