NEED YOUR LOVING TONIGHT

44 0 0
                                    

Pasaron seis meses desde esa entrevista y la siguiente que volvería a unirlos cuando regresó a Reino Unido a promocionar su última película. Sean ya se había convertido casi en un groupie, ya era fan absoluto de él.

Cuando entró al estudio seguido siempre de su fiel Duncan le empezaron a temblar las piernas. Enzo había cambiado. Se había dejado bigote y tenía el pelo más corto. Vestía unos vaqueros desgastados, cazadora de entretiempo y una camiseta de Mickey Mouse debajo muy cuqui. Sean curiosamente tambien se había dejado bigote y Enzo lo comentó divertido. Se acordaba perfectamente de él.

- Al final echaste a Deborah.

- Por lo que tengo entendido tuvo una pequeña crisis. Ahora esta en algún país de Africa como voluntaria.

- ¿De verdad? Vaya...

Enzo volvió a mirarle con intensidad ahora. Lo cierto es que ese periodista parecía recién salido de uno de sus sueños eróticos. Tenía un cuerpo armonioso y trabajado en el gimnasio lo justo y necesario. Y sin embargo nada era tan importante como su voz, su sonrisa dulce, sus modales caballerosos de político en plena campaña electoral y ese halo precioso de inocencia.

- Si eso la da satisfacciones, genial. Me alegro mucho por ella. ¿Y tú qué tal estas?

Sean miró por el rabillo del ojo la hora, les quedaba poco tiempo para aquella mini charla, como una pequeña joya en un cofre de terciopelo.

- Estoy muy contento de tenerte aquí de nuevo.

- Gracias. Yo también estoy encantado de venir aquí, cielo. Es un estudio precioso.

- Pues habrás visitado unos cuantos.

- Las promociones son así.

Le pidió que se pusiera los cascos porque entraban en antena y adoptó su tono de locutor aunque la emoción de tenerle cerca se notaba, todo el mundo lo notaba. Incluso Enzo lo notaba.

- Aquí tenemos de nuevo a Enzo Efseryan ¿lo he pronunciado bien?

- Impecablemente bien.

- Cuanto tiempo...

- Hola. ¿Qué tal? Es un placer venir. Saludos...

- A todos los oyentes y fans de Enzo que sabemos están escuchando...

- Perdona, saludos a ti, yo me refería a ti.

Sean casi se ruborizó cuando le dijo eso mirándole con fijeza y secreta sonrisa.

- Muchas gracias. Sabes que aquí se te quiere mucho. Nos gustan mucho todas las películas de tu filmografía.

- Cuando supe que tú me harías la entrevista...

- Dirías: Socorro.

- Me encantó saber que tú me entrevistarías, cariño.

De nuevo volvía a la carga. Volvía a coquetear con él como si no hubiera pasado el tiempo. Fue una entrevista un poco más profesional que la anterior pero igualmente audaz en su flirteo mutuo. Flirteo al que él respondía con risas nerviosas, pero encantado como lo estaría cualquiera ante aquel hombre tan sexy. La química radiofónica era tanta que a veces Sean terminaba sus frases y él asentía satisfecho. Una vez quitados los cascos venía el drama y Sean no quería que se acabara la magia. Se le había pasado todo volando.

- Me pasa una cosa muy especial con nuestras charlas –comenzó Sean recogiendo sus papeles.

- Dime...

MR BAD GUYWhere stories live. Discover now