ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
A pesar de que Pauline, como siempre, le acompañaba en calidad de "amiga", para que no se sintiera solo, se retiró a su habitación agotada a pesar de sus mil súplicas de que no le dejara solo. Esta vez Enzo no ganó. Pauline de vez en cuando le daba una de cal y otra de arena porque si le dejaba, supeditaba toda su vida a él.
Por suerte, Enzo se adecuaba a aquellos ambientes como un camaleón a una rama. Casi se conseguía mimetizar. Aquella noche en concreto estallaba de aburrimiento e intranquilidad. Hasta que a escasos metros de él, le vió a través del cristal elegante de su copa de champán. Dio un trago cortito de los suyos y observó su perfil. Sonreía ligeramente ante el comentario animado de un acompañante chistoso. Sin embargo él solo esbozo una sonrisita condescendiente. Y fue en ese preciso instante cuando se prendió en Enzo nuevamente la llama del amor. Le pareció irresistible.
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Vestía un impecable esmoquin con chaqueta de terciopelo gris con destellos en plata. Pajarita negra, camisa blanca con botones negros y unos zapatos slipper. Tenía la preciosa chaqueta desabrochada, una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo una copa de vino. Su cuello era blanco y sonrosado. Tenía buen trasero, mejor cintura y unas manos espléndidas. Sopesó un rato acercarse a él. Lo típico: "Hola, ¿qué tal la noche? Me llamo Enzo. ¿Quieres otra copa?" Pero lo descartó por pereza y por previsible.
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Cuando iba a mudar a pastos más verdes y retirarse discretamente, vió cómo Ekaterina se acercaba a él con suma confianza señalando algo en su dirección. Entonces le vió de frente y le clavó la mirada. Ekaterina, al verle allí extrañamente solo, le dijo unas palabras al oído al chico y se acercaron ambos hacia Enzo. Este tragó saliva y miró en derredor por si en realidad iban hacia otras personas.
- Enzo, tú estas muy solo esta noche –dijo Teri, con su avanzada ya pronunciación búlgara del inglés-. Es muy raro.
- Ya. Me iba a ir al hotel. Despídeme de Chris, por favor.
- Oh, no te vayas. Mira, te presento a Taron. Taron, este es Enzo.
- Encantado, Enzo. Estás espléndido en la película. Me gustó muchísimo.
- Gracias –acertó solo a decir, de momento.
De momento sus manos estrechándose eran perfectas una para la otra. Las imaginaba frívolamente unidas para siempre a las suyas. Confió en que no se le notara a leguas lo encaprichado que estaba de él.
