GOTCHA!

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- Vas a acompañarme a esa gala benéfica aunque sea lo último que hagas en tu vida -le dijo con firmeza Enzo perfilándose como siempre con suma maestría y precisión su raya del ojo.

- ¿Y si no quiero? ¿Cómo vas a obligarme? -le desafió Tarek apoyándose de brazos cruzados contra el lavabo.

- Tengo recursos ilimitados, cielito. A estas alturas deberías conocerme un poco.

- Lo hago y cuanto más te conozco más me desagrada lo que veo.

- Prepárate, por favor -obvió sus palabras deliberadamente-. No quiero llegar tarde por tu culpa.

- ¿Y por que no vas con Pauline?

- Charlotte está malita.

- ¿Qué la pasa?

- Nada grave. Solo un constipado.

- Eso no es ningún problema. Yo se la puedo cuidar y que vaya a la gala por mí.

- No seas pesado. La niña necesita a su madre con ella.

- Oh, pues escoge entre el millón de amigos que tienes para que te acompañen.

- Pero quiero ir contigo. Eres mi marido, deja de montar escenitas.

- Sabes que odio esos saraos. Te aviso, me pondré a beber como un cosaco y procuraré dejarte en ridículo a la mínima oportunidad.

- Hazlo y prepárate para una buena tunda de azotes. Yo también te estoy avisando.

- Y yo me lo estoy imaginando -se rascó el trasero esbozando una mueca exagerada de dolor.

Enzo prendió sus ojos incendiarios en su marido y le fue a agarrar de ese mismo trasero sin poderlo remediar.

- No, no me toques -le apartó Tarek alejándose de él.

- Ven aquí -dio unos pasos hacia él mirándole con intención.

- No.

Tarek echó a correr cuando vió la cosa ponerse peor. Por toda la habitación, el vestidor y el baño mientras Enzo le perseguía evitando con agilidad todos los obstáculos que le ponía en el camino. Hasta que de un ágil salto logró engancharle de la cinturilla de sus pantalones hasta hacerle caer al suelo. Se puso encima de él apresando sus muñecas por encima de su cabeza, teniéndole por tanto completamente inmovilizado.

- No sabes como te follaría ahora mismo -le dijo mirando de arriba abajo su cuerpo ahí tirado bajo su peso.

- ¿Cómo?

- Como si mañana el mundo ya no existiera más. Así te follaría.

- Qué pena, tienes que ir a esa gala y ser puntual. Habrá que suspender la sesión de sexo salvaje.

- Oh, querido. No me vas a chantajear. Irás conmigo de la mano como mi maridito y solo si te portas bien te daré un anticipo cuando volvamos.

- ¿Un anticipo en casa? ¿Y no me puedes dar un entrante allí y luego el plato principal aquí?

- ¿Allí donde, en el Royal Albert Hall? Ay, mi vida. Qué monstruo he hecho de ti.

Tarek se miró las mejillas aún ruborizadas en el espejo mezcla de arrobo y vergüenza. ¿Cómo podía ser tan débil cuando estaba tan enfadado con él? Le volvía loco por completo. Y decidió con una sonrisa que aquella noche el que iba a mandar para variar, sería él.

Eran unas tres horas de gala benéfica para recaudar fondos en la lucha contra enfermedades raras en jóvenes de hasta 21 años. El evento era impulsado por el multimillonario y filántropo inglés Timothy Jones. Su propia hija sufría del síndrome de Moebius, una rara dolencia que provocaba la parálisis de los músculos faciales y oculares.

MR BAD GUYWhere stories live. Discover now