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A finales de septiembre emprendieron sus primeras vacaciones juntos. Enzo la denominó su maravillosa luna de miel. Taron le hizo las maletas, como siempre. Enzo era muy exagerado con su equipaje. Como la temporada en la que viajaban era intermedia, una maleta era para ropa primaveral y otra para ropa de invierno. En contraste, Tarek que era mucho más práctico llevó en una de mano, todo.

La agente de Enzo, Joanna Cowell, poseía una maravillosa villa en la localidad suiza de Montreux. Siempre le hablaba bondades de la tranquilidad y libertad que iba a poder respirar allí. Nunca había encontrado la persona con la que deseara vivir unas vacaciones de ese tipo. Ahora por fin lo había conseguido y no dudó en seguir el consejo de su agente.

Joanna tenía razón en todo y a Enzo le llevó enamorarse de Montreux unos minutos. Fue asomarse a la terraza y ver las espectaculares vistas del lago Leman y las impactantes montañas de los Alpes emergiendo de entre las aguas, para quedar prendado.

Les acompañaron en el viaje Taron y Carl, que en calidad de chofer les llevaría a hacer excursiones por todo el maravilloso país helvético. Por suerte les hizo un tiempo aún benévolo para disfrutar mucho del aire libre. Su primer día Tarek se levantó tempranísimo, alquiló una bicicleta y se anduvo casi 100 kilómetros. Cuando regresó Enzo estaba de los nervios sosteniendo su taza de té humeante y fumando con fiereza.

-         Buenos días –se acercó alegremente dándole un beso

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- Buenos días –se acercó alegremente dándole un beso.

- Serán para ti buenos días. No vuelvas a hacer eso de largarte sin avisarme ¿vale? He estado a punto de llamar a la policía.

- Menos mal que tenemos a Taron que es el sentido común de esta casa y te habrá parado los pies.

- ¿Cómo lo has adivinado?

- Oh, Enzo. ¿Cuándo dejarás de infravalorarme?

- Te lo digo en serio. No quiero que te separes de mí en toda nuestra luna de miel.

- Deja de llamarla eso. Solo son unas vacaciones –abrió la nevera y se puso a beber directamente de la botella fría de agua. Estuvo sin respirar unos minutos hasta que la acabó. Luego se limpió la boca con la mano mientras Enzo le observaba desaprobador.

- ¿Por qué bebes así? Tenemos vasos.

- Me gusta beber de la botella. Oye, estás muy quisquilloso hoy. ¿Qué te pasa?

- No son solo unas vacaciones, es nuestra luna de miel.

- Una luna de miel sin estar casados, vale.

- ¿Y si nos casáramos al volver a Londres? ¿Qué te parece la idea?

- No frivolices, Enzo. Cuando te lo pedí lo hice en serio. No pensaba en jugar a las casitas, era para lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad...

MR BAD GUYWhere stories live. Discover now