MR BAD GUY

DRAGON ATTACK

Tarek se refrescó y se cambió de ropa. Para estar en sintonía con el ambiente festivo se puso su cazadora azul de lentejuelas que le sentaba como casi todo espectacular. El minimalismo cuando lo llevaba él nunca era aburrido.

- Eh, Tarek. Cuánto tiempo.

Se dio la vuelta con una copa en la mano tropezándose con Slaven, una de las "hijas croatas" de Enzo. También estaban por allí Nemanja y Darko. Habían acudido los tres con sus parejas y empezaron a ponerse al día de sus cosas.

Enzo fue apresuradamente hacia la puerta para abrirla pero Will le detuvo arrastrándole al interior de la habitación. De un certero empujón le arrojó a una silla. Enzo clavó sus ojos en él con una mirada mezcla de incredulidad y temor.

- Quietecito. No nos pongamos nerviosos –le advirtió Will con un movimiento de la mano.

- ¿Qué cojones quieres de mi? Ya cobraste tu parte por contarlo todo. No te voy a dar un puto penique, sabandija.

- ¿Desde cuándo ese rencor? El Enzo que yo conocí era dulce como la miel.

- Exacto. Y ello propició que moscas asquerosas como tú se posaran.

- Con lo que hemos sido uno para el otro. Conocía a los mejores dealers, la mejor coca que entró por tu preciosa nariz te la conseguí yo. Los mejores antros de perdición con los mejores chaperos te los proporcioné yo.

- ¿Qué quieres?

- Yo te adoraba y tú lo sabías. Sabías que mientras varios se turnaban tu trasero yo me masturbaba mirándote.

- Me das asco.

- El escandalizarte no te pega nada. ¿De verdad no sabías lo pillado que estaba por ti?

De pronto recordó lo que Tarek le había dicho siempre sobre él. Pero nunca le dio credibilidad. Will jamás se declaró, era demasiado zorro para ponerse en evidencia.

- ¿Cómo pude considerarte durante tantos años mi amigo? ¿Cómo me engañaste así?

- Tú fuiste quien me engañaste a mí con ese gilipollas que te echaste de novio. Siempre me estaba taladrando con esos ojos de batracio y malmetiéndome contra ti. El te apartó de mí. Te dejaste influir por el primero que pasó y echaste por la borda una amistad de años.

- ¿Cómo puedes tener esa desvergüenza?

- No te vendí al Daily Star. Solo fue despecho de alguien enamorado y no correspondido.

- ¿Enamorado tú, Will? Concedo que te la pusiera dura pero tú no sabes lo que es el amor, querido.

- Tú fuiste mi primer y único amor.

- Oh, por favor. Eres repulsivo.

Will esta vez, encajó el desprecio recurrente de Enzo con los dientes y los puños apretados. Era delgado pero muy nervudo. Si se le cruzaba el cable podía hacerle una avería. Una personalidad como la de él puesta al límite podía tener un desencadenante nada agradable.

- No vuelvas a insultarme o con todo el dolor de mi corazón te destrozaré tu bonita cara de dandi persa.

Enzo elevó sus ojos oscuros a él y empezó a temer por su vida.