Engatozada: Rosael

-MALAS VIBRAS-

— ¿Y qué harás? Es decir... no puedes llegar y decirle..."Hey hola amor, soy la gatita con la que pasaste la noche"...

—No lo sé aun, estoy muy tentada en mudarme a Secret Valley, es un lugar hermoso...

—A mí no me engañas Rosael, solo te importa el desconocido...

— ¡SI! Pero es que me serviría un cambio de aires como me dijo Cameron , ¿te das cuenta? Empezar de nuevo en un lugar así.

—Si te hace feliz, hazlo linda, extrañaba verte tan feliz. —Winiffer sonrió tranquila y la acompañó unos minutos más, Rosael guardó con mucho amor la ropa de su amor desconocido y volvió a usar un hermoso vestido rojo, como todos los que tenía, ¡se sentía viva! Era increíble como una noche antes quería arrojarse por un puente, y hoy en lo único que pensaba era en estar entre los brazos de "su dueño".

Al llegar a su oficina saludó a la mayoría de sus empleados con una actitud más positiva, Winiffer le llevó a varios prospectos para que una de ellas fuera su nueva secretaria, al final escogió a una que estuviera felizmente casada, así sería mejor. Cuando al final todas salieron de su oficina Winiffer entró con su nuevo celular.

— ¡Listo Rose!  Te tengo dos noticias, una buena y una mala!

— ¡Dime la buena primero!

—Nuevo teléfono con tu mismo número, el anterior ya fue bloqueado.

—Win...  eres un ángel, te agradezco muchísimo esto, ¿y la mala?

—No sé cómo decirte para que no te enojes...

Y sin que Winiffer terminará de hablar una mujer con un vestido blanco ceñido a su cuerpo y un increíble abrigo blanco entró agitando perfecta cabellera negra. Rosael de inmediato se crispó al verla, su sangre hervía, simplemente no la soportaba.

—Mi día era demasiado perfecto hasta que te vi cruzar mi puerta Roselyn. —dijo sin pena y Roselyn Leblanc se sentó frente a ella cruzando sus piernas. — ¿Que he hecho de malo en mi vida para ver en mi oficina  tu maldita, asquerosa y pestilente cara de piruja?

—Rosael tú siempre tan... dulce— respondió gesticulando y sonrió con afán de hacerla molestar más.

—No sé a lo que hayas venido, pero tienes un minuto, si no quieres que patee tu trasero lleno de cirugías y tu "perfecta" lipo.

—Esta vez me escucharás, el tiempo que yo quiera; porque te conviene el futuro de tu revista.

—Por décima quinta vez, no te venderé las acciones, es mía, ¿será que puedes hacer algo con tu esfuerzo? ¿O solo quieres vivir del talento de los demás? Digo... por que dudo que hayas nacido con alguno.

—Puedes ignorar el problema todo el tiempo que quieras, sabes perfectamente que en algún momento quedaras en banca rota, y cuando eso pase no te quedará más que vendérmela, y entonces... ¿de quién vivirás perra?

—Es gracioso, eres la segunda persona que me llama perra en menos de tres días, no me ofende, de hecho es halagador. —Rosael se puso de pie y caminó haciendo ruido con sus tacones hasta bajar la mirada y acercar su cara a la de Roselyn. —Escúchame con mucha atención maldita, aunque mi revista estuviera en banca rota no te la vendería jamás,  no te quiero ofender más bruja, pero... nunca serás Rosael Krentz, ni siquiera tus padres soportaron el que no fueras como yo, por eso te pusieron un nombre tan parecido, ni aun que te tiñas el cabello de negro podrás ser como yo, así que saca tus asquerosos pechos operados de aquí, antes de que exploten... por que no sé tú, pero yo sí tengo una oficina, y no me gustaría que se infectara. 

—Haré que te tragues tus palabras Rosael, te juro que vendrás a mí de rodillas ¡implorándome que compre tu revista! —Roselyn se puso de pie y  se fue tirando su veneno.

— ¿Cómo no encariñarse con ella?— Dijo Rose irónica sentándose de nuevo—Detesto que venga, ahora pondré a trabajar doble a las personas de intendencia, no quiero que su perfume barato se impregne.

—Lo sé, su perfume hace que mis ojos lagrimeen. —La voz de Winiffer se interrumpió por el celular sonando de Rosael, ella sonriente por el comentario de Win le indicó que esperara.

—Aquí Rosael...—contestó  poniendo en fila algunos folders y de repente se pasmó.

— ¿Rosael Krentz?  Verá a noche encontré a su gatita... Rose. —Al oír la voz de "Su dueño" miró a Winiffer y puso la llamada en altavoz.

— ¿Usted encontró a Rose? —logró responder nerviosa y esperó.

—Si bueno, ayer la encontré y pasó la noche en mi casa, pero extrañamente esta mañana había desaparecido, quiero disculparme en verdad quería entregársela...

—Por favor háblame de tu, y no te preocupes...— dejó el espacio de su nombre para obligar a que él lo dijera.

—Catriel Lovelace... puede llamarme Catriel solamente señorita, en verdad lo siento...—Rosael cerró los ojos extasiada por el raro nombre.

—Rose es algo inquieta, tal vez esté por los alrededores,  ¿usted podría ayudarme a encontrarla? Digo... debe conocer mejor el lugar, se lo agradecería muchísimo.

—Encantado... Rosael.