Capítulo 17

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No pude dormir. En definitivo, me resultó demasiado difícil conciliar el sueño a causa de cientos de emociones... confusas.

Al instante que mí cabeza cayó sobre la almohada, me esforcé por cerrar mis ojos para así poder perder la conciencia y no pensar; pero inmediatamente todas las imágenes de los sorprendentes sucesos que ocurrieron esta noche, y no pude evitar sentir un fuego ardiente y sofocador invadiendo cada centímetro de mí cuerpo. En parte no podía evitar sentirme un tanto avergonzada de mí misma por haber sido tan fácil y evidente para él, pues no quería que pudiese comenzar a pensar que yo realmente he comenzado a sentir cosas por él; y por otra parte, viendo el lado bueno, estoy muy feliz de que finalmente podré salir de esta maldita habitación y tendré la oportunidad de conocer a los amigos de Edmund.

Solamente logré conciliar el sueño por nada más que 2 horas, e inmediatamente me puse a dibujar. No quería perder de la mente ni el más mínimo detalle de aquella preciosa imagen, aquel hermoso cuadro que se encontraba frente a nosotros de la luz de la luna reflejada en el agua. Una ves más, como siempre, el hermoso rostro de Edmund apareció en mi cabeza para apoderarse completamente de mis pensamientos, y eso me otorgó una agradable idea para darle un leve toque original y muy especial al dibujo. Bajo la luz de la luna nos encontrábamos los dos, nadando juntos...

Directamente abandoné mi dibujo definitivamente por mi bien, y entré a darme una ducha más. Necesito despejar mi mente para poder recuperar mi orgullo y dignidad.

Mientras el agua fría caía sobre mi rostro pude oír que la puerta de mí habitación se abría lentamente. Luego pude oír un toque sobre la puerta del cuarto de baño, seguido por una voz conocida...

- ¿Coraline? -llamó Edmund, e inmediatamente sentí que podía lograr que el agua se evaporara a unos milímetros de tocarme. Sabía que él iba a venir, por algo dejé la puerta entreabierta para que pudiese entrar, pero de todas formas...

Dios.

- En un momento salgo. -respondí inmediatamente.

- Bien, te esperaré aquí afuera.

- Okey.

Salí inmediatamente de la ducha y comencé a prepararme para ir con él. No debo ser demasiado exagerada o llamativa. No deseo causar una mala primera impresión... ¿Qué estoy diciendo? T.J. lo dijo: Todos saben quién soy. Me pregunto si me temerán... Con más razón creo que no debo vestir de una forma tan dura como acostumbraba.

En fin; decidí arreglarme casi exactamente igual que anoche, solamente con la leve excepción de mi atuendo. He decidido utilizar una camiseta básica; algo abierta pero es cómoda, de color claro y suelta.

Al salir del cuarto de baño, me encontré con aquel idiota examinando detenidamente el pequeño plato de galletas que T.J. dejó junto a mí cama mientras dormía... Está ocultando algo.

- ¿Qué haces? -exigí saber. Lo he descubierto.

- Yo estaba... - dijo y se quedó callado, como un idiota hipnotizado que acaba de olvidar cómo demonios debía respirar.- Bonita.

... Okey, no sé cómo sentirme en este momento ¿Debería abofetearlo?

- Creo que necesitas algo de terapia, Hudson. Supongo que no estás muy acostumbrado a respirar oxígeno que no sea reciclado. Anoche instalaste demasiadas veces. -comenté para burlarme de él, pero él imbécil se me quedó viendo detenidamente durante un largo momento. Parecía perdido o maquinal...- ¡Hey, Hudson!

- ¿Qué? -logré sacarlo del trance.

- ¿En qué mundo estás?

- Eh... Yo... Nada. -dijo.- Pensaba en... ¿Qué será que vamos a comer el día de hoy? Estoy ansioso.

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