Offenbarung 3

Capítulo 9½

- No digas que no te advertí al respecto. Si hubieses tenido un buen comportamiento yo podría haber evitado que sucediera todo esto; pero como eres tan terca...

- Yo no hice nada. Es sólo que... -inmediatamente recordé qué fue lo que me obligó a perder la cabeza y guardé un momento de silencio para pensar un poco al respecto. ¿Él estará del lado del Príncipe Alberto o no? Estoy comenzando a sospechar que en este lugar existen dos mandos muy diferentes con ideas opuestas. Damien decía querer ayudarme y Alberto planea hundirme. Este chico según yo sé es hijo de Damien, pero... ¿De qué lado está?.- Ellos aparecieron de la nada y quisieron atacarme. Yo solamente me defendí.

Opté por no revelar lo sucedido con Alberto. Algo me dice que este imbécil podría estar hablando con la verdad y sí puede ayudarme...

Ayudarme a matar a Alberto.

- Te advertí al respecto, pero tú no quisiste escuchar...

- No confío en nadie, y mucho menos en ti. ¿Cómo podría saber que estabas diciendo la verdad?... A menos que en realidad esos tipos hayan sido enviados por ti para que pudieras hacerte el héroe y ponerme las manos encima. Lo oí perfectamente, tu padre es un miembro de El Cuerpo. Seguramente eres de esos que está acostumbrado a tener el poder sobre lo que quieras.

Voy a continuar con un poco de mí teatro. No puedo cambiar de opinión tan radicalmente o de lo contrario él sospechará.

- En primer lugar no soy "El hijo de un miembro de El Cuerpo", me llamo Edmund; en segundo lugar, tampoco soy un pervertido que intentó abusar de ti ni planee que te vinieran a hacerte daño para fingir ser un "Héroe". Trabajo en este lugar solamente porque no tengo a donde ir ¿Entiendes? No estoy a favor ni en contra de La Resistencia, así que supongo que tú y yo no somos tan diferentes; y tercero... quiero disculparme contigo por si llegué a propasarme de alguna manera que te haya disgustado.

"Quiri diskilpirmi kintigui".

- Sí claro imbécil, y yo nací ayer. Ya te dije que no podrás comprarme con tus mentiras. Si realmente quisieras, podrías haber huido de aquí hace mucho tiempo. Deja de depender de tu papi y madura de una ves por todas.

Ya que no puedo descargar mi ira físicamente, creo que quiero aprovechar un poco la situación y disfrutar de prenderlo verbalmente un poco.

- ¿Cual es tu problema si yo decido vivir aquí?. Tú no conoces mis razones...

- Hmmm... Ay no lo sé, creo que es porque ME DA IGUAL. ¿No tienes novia u otra chica encerrada a la cual acosar?.

- Lo mínimo que podrías hacer es ser menos grosera conmigo debido a que si no fuera por mí, tendrías mínimo 30 agujas en el poco trasero que posees. ¿Acaso fuiste criada por lobos?. Ser una demente anarquista no te obliga a ser grosera y maleducada. El haber matado a hombres inocentes no te convierte en alguien superior, sino todo lo contrario.

... Okey, creo que estúpidamente perdí está partida y él me ganó limpiamente con la verdadera realidad.

Eso me dolió, porque yo no soy así en realidad. A mí jamás me gustó causarle algún daño a los demás, es sólo que... En definitiva no sé cómo justificarme ante ello. Lo admito, y eso me duele más que la realidad.

- Tú... ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre? Tal vez... -me preguntó, cambiando inmediatamente su tono de voz rudo y tosco por uno más tierno e interesado.