Capítulo 2 A. (2ª Parte)

Zacznij od początku
                                    

Sacudí mi cabeza y volví mi atención al interior de la misteriosa habitación. Se me ocurrió quitar todas las sabanas blancas para dejar al descubierto los muebles. Habían hermosos sillones, cuadros originales, una pequeña mesa de té muy bonita y un baúl tallado de madera, pero aún me quedaba un último mueble muy grande por descubrir, y creo saber qué es... Un piano. Bajo la gran sabana blanca había un gigantesco piano de cola brillante de madera negra con un banco para sentarse frente a él.

Yo siempre quise aprender a tocar el piano, me apasionaba la música clásica ya que me inspiraba para dibujar, pero nunca se lo dije a mi madre porque sabía que ella querría inscribirse en un conservatorio repleto de personas y eso implicaba que tendría que salir de mi oscuro encierro en casa, por ello opté por reprimir mis deseos. Aprendí a comprender las partituras solamente para tener una idea de cómo hacerlo pero de todas formas creo que ya no lo recuerdo... ¿Cuantos años dijo Zack que tengo en la actualidad? Creo que 20, así que eso fue exactamente hace más de 8 años. ¿Zack sabrá tocar el piano? Si es así, me encantaría poder oírlo, y mucho más ahora.

Me senté sobre el banquillo de madera y luego de asegurarme que él no pudiera llegar inesperadamente, levanté la tapa que protegía las teclas y me mordí un tanto ansiosa por simplemente tocarlas a pesar de no saber cómo... Reconozco algunos sonidos y creo saber la ubicación de las notas... No, no tengo idea, pero aún así comencé a tocar sonidos al aire que me hacían recordar canciones, baladas, y operas. Fui una estúpida. ¿Cómo pude haber perdido el interés en esto? Cuando viví en Francia debí haber tomado valor y pedirle a mi madre que me permitiera estudiar.

Oigo la Marcha Turca de Mozart en mi cabeza y me encantaría poder tocarla ahora mismo, pero ni siquiera tengo la más mínima idea de donde se encuentra el Do central. Esa canción es hermosa y alegre (para mí), tanto que de solo recordarla me he olvidado de porqué me sentía tan mal...

— ¿Qué estás haciendo aquí? –oí y di un salto del susto, alejándome lo más rápido posible del piano pero por poco tropecé hacia atrás por culpa del maldito banquillo. Zack estaba de pie en la entrada de la habitación observando muy seriamente que yo había descubierto todos los muebles...

— Yo...

— ¿Porqué entraste aquí? –su voz sonó tan seria que por un momento creí que estaba muy molesto conmigo, que había cometido una falta terrible... Bueno, creo que sí lo hice, ahora mismo debería estar leyendo en lugar de husmear en lugares privados.

— Yo-yo n-no... Yo... –no tenía nada que decir así que bajé la tapa de madera del piano para volver a cubrir las teclas– Tú no mencionaste ésta habitación y creí que... Yo... Lo siento.

Él no dijo nada. Entró y observó a su alrededor una ves más antes de volver su fría mirada hacia mí. Su oscuro cabello medio lacio de veía un poco húmedo y llevaba puesto un abrigo de viaje. No sé de donde vendrá pero no debería haber vuelto tan rápido, a menos que haya estado aquí por más de 4 horas...

— ¿Sabes tocar? –me preguntó mientras levantaba una ves más la tapa de madera, dejándome un tanto perdida por un momento.

— ¿No estás molesto? –pregunté un tanto confusa pero él sonrió levemente con y mirada en las teclas.

Acomodó el banquillo y se sentó en un extremo, luego me indicó que tomara asiento a su lado y yo lo hice aún medio perdida...

— No he entrado a ésta habitación en más de 14 años, cuando mi madre me obligaba a estudiar –colocó sus dedos sobre unas cuantas teclas haciendo música frente a mí.

— ¿Un hunter puede tomarse el tiempo de aprender a dominar algún instrumento? –observé sus manos detenidamente intentando recordar sus movimientos y posiciones.

Offenbarung 3Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz