Offenbarung 3

Capítulo 1 A.

Me quedé como una estúpida observándolo detenidamente durante unos segundos y sin pronunciar ni una palabra, o formular siquiera un sonido. Tengo miedo, no sé quien es él. No me importa que tan atractivo sea o que tan bonitos sean sus ojos color miel con esas pestañas largas, podría ser un lunático abusador o... No lo sé, no lo conozco.

El chico misterioso se sentó junto a mí sobre la cama e instintivamente me acurruqué en un extremo de la cama para alejarme de él, pero simplemente se había inclinado para tomar un vaso con agua que se encontraba sobre la pequeña mesa junto a la cama.

— Ten, necesitas beber mucha agua y esto te ayudará para aliviar tu cefalea –me extendió en vaso con agua y una pequeña píldora de color gris muy extraña. Dudé durante un par de segundos en tomarlo pero el dolor es tan insoportable que no me importa. Además, puede que no surta efecto en mí, normalmente mi cuerpo rechaza cualquier tipo de medicamentos...

Me tomé la pastilla y luego de unos segundos sentí como si hubiese sucedido un milagro, la cefalea desapareció por completo y me siento bien... Bueno, no del todo. Mi estómago comenzó a gruñir provocando un ruido bastante audible que me avergüenza, ahora siento nauseas por la misma razón.

— Te traeré algo se comer, necesitas alimentarte bien –dijo mi extraño "secuestrador" (o lo que sea) y se puso de pie para retirarse de la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas. Mientras tanto, yo aproveché para ponerme cómoda y admirar mejor la gran habitación que seguramente debe de pertenecerle. Extrañamente me siento muy tranquila para lo que debería estar en realidad. Debería estar aterrada por encontrarme en el hogar de un total desconocido que me trata como si me conociera de toda la vida y además es mucho mayor que yo... Eso me recuerda a algo.

Refregué mi rostro con ambas manos intentando despertar como si éste fuese un sueño extraño y fue allí cuando descubrí lo peor. Mis manos eran diferentes, delgadas y delicadas como si tuviera 20 años y además tenía algunos tatuajes en mis dedos. También tengo tatuajes en mis brazos, son palabras en alemán que comprendo perfectamente. Es una suerte que aún conserve mi capacidad para comprender idiomas. En mi antebrazo izquierdo tenía tatuada la palabra "Problemen" y en el derecho la palabra "Phänomen" subrayada y con un pequeño triángulo negro al lado. En mi muñeca tenía una serie de números extraños: 06-03-94... ¿Es mi fecha de nacimiento?. Luego de eso decidí observar el resto de mi cuerpo y cuando levanté mi camiseta me di con una sorpresa aún mayor. ¿Qué sucedió con mis pequeños pechos? Okey, no tengo 2 melones pero el que lleguen a ser naranjas, es sorprendente para mí. ¿Y desde cuando tengo forma? Yo no tenía cintura. Pasé una mano nerviosa por mi cabeza y al observar mi cabello estuve a punto de desmayarme ¿Qué sucedió con mi bonito tono castaño rojizo? Ahora era pálido, totalmente blanco sin color... Creo que voy a necesitaré más de esos comprimidos grises.

— Aquí te traje algo de comer.

El chico misterioso volvió a entrar a la habitación trayendo una gran bandeja de madera con mucha comida que lucía terriblemente tentadora, mi estomago aullaba de felicidad como respuesta, pero no puedo comer eso, no puedo comer algo que no sé de quién viene. Debo averiguar porqué estoy aquí, quién es él, y porqué es tan amable conmigo..,

— ¿Qué es esto? ¿Quien eres tú? –logré formular lenta y exitosamente de forma entendible, aún que me resulta muy extraño debido a que seguramente no he hecho en mucho tiempo...

— Ya te lo dije, mi nombre es Zachary Mayer pero tú puedes llamarme Zack, seguramente no me recuerdas porque esos malditos imbéciles de La Resistencia se encargaron de borrar muchos de tus recuerdos mientras te tenían encerrada pero tú y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, Coraline –sonrió amistosamente pero yo le sostuve la mirada muy seriamente. Se me hace agua la boca y deseo atragantarme con sus wafles con chocolate y frutas picadas, pero primero debo averiguar bien quién es y si no está mintiendo.