Capítulo 48

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Título: Miércoles

POV Anastasia

Llegamos a un restaurante no muy lejos de la oficina, por lo que hemos venido caminando. Es muy relajante andar por las frías calles de la ciudad de la mano de mi esposo, escuchándolo hablar de sus proyectos. Me encanta disfrutar momentos como este a su lado.

—Señor Grey, buenas tardes. —Una pelirroja le sonríe como tonta y me ignora.

Ya debería estar acostumbrada a que las mujeres miren a mi marido. Christian levanta una ceja luciendo molesto.

—¿Puede dejar de mirarme y darme una mesa para almorzar con Mi Esposa?

La tonta mujer se disculpa y nos lleva a una mesa, esto es muy incómodo. Nos sentamos uno al lado del otro y pedimos nuestra comida. Seguimos platicando y le agradezco que no suelte mi mano. Me siento más tranquila sintiéndolo así.

—¿Cómo supiste que te necesitaba?

Me sonrojo cuando deposita un beso en el dorso de mi mano.

—Cuando estabas en la reunión, Clark vio que no te encontrabas muy bien y me envió un mensaje. Y cuando venía en camino, me llamó diciendo que habías salido apurada y estabas llorando. No tienes que tratar de ser fuerte.

Acaricia mi rostro y cierro mis ojos mientras se me escapa un tembloroso suspiro.

—Todo esto me supera, Christian.

—Por eso me tienes. —Besa mi mano una vez más—. Te prometí hacer lo que sea para hacerte feliz.

—¿Incluso matar?

—Incluso matar —dice muy serio.

—¡Estoy bromeando! —susurro desesperada.

—Yo no —Sonríe.

Ve que me asusto y ríe. Personas a nuestro alrededor nos miran extrañados. Claro, todos ellos conocen a Christian como una persona fría y dura, pero ese no es el hombre que yo conozco. Tratamos de dejar los problemas a un lado y hablamos relajados, comemos con calma mientras me habla de sus proyectos para GP. Cuando estamos saliendo del restaurante nos topamos con la persona que menos quisiera ver en este momento.

—Christian, querido —saluda ella con demasiado cariño y da un paso para acercarse, pero él retrocede. Ella sonríe incómoda y me mira de pies a cabeza con asco—. Anastasia. Hermosa como siempre.

—Lo que hace la juventud. —Me encojo de hombros restándole importancia.

Su sonrisa se borra inmediatamente y Christian ríe a carcajadas.

—Adiós, Elena —se despide mi esposo abrazándome y todavía riendo—. Amo esa lengua rápida —susurra a mi oído y besa mi cuello.

Ambos caminamos de vuelta a GP entre risas dejando el desagradable encuentro con la señora Lincoln atrás.

—Nos vemos en casa —dice él.

Una vez llegamos a GP nos despedimos con un prometedor beso, pero antes de irse muerde mi labio y me susurra que no lo vuelva a morder, revolucionando todo dentro de mí. El día transcurre tranquilo y con mucho trabajo. Mia y Grace me llaman para saber cómo estoy y como nos fue en la toma de la muestra para la prueba de ADN. Grace me dice que igual está feliz porque Ava seguirá siendo su nieta y hubiera sido duro para ella que su padre fuera otro que se la llevara lejos. En eso tiene mucha razón, hay que verle el lado positivo. Pero entiende que todo este tiempo nosotros hemos sido sus padres y que ha visto muy feliz a Christian con Ava. Le preocupa su hijo y no lo quiere ver triste. Me ha dicho que Elliot quiere que abramos los resultados en familia, hacer una cena el miércoles y abrirlo con todos presentes. No le veo ningún problema a eso así que le confirmo que iremos, a pesar de mis miedos.

Por Mi DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora