Capítulo 21

7.4K 527 8
                                    

Título: ¡Hermano!

POV Christian

Estando sumido en mis pensamientos, es decir, en mi hermosa Ana, Taylor me llama sacándome de esas ideas calientes que estaba teniendo hacia ella. De verdad espero que no demore. Apenas son las ocho de la noche y ya la extraño, pero conociendo a mi madre y a mi hermana, la van a querer acaparar, y más con la noticia que fue a darles.

—El señor Grey está subiendo.

—Bien —le contesto sin darle mucha importancia.

Seguro mi madre le ha avisado a mi padre de la noticia y ha venido lo más pronto posible para empezar a coordinar toda la mierda legal en la siempre está pensando. Escucho la llegada del ascensor y Taylor lo anuncia, pero no es la voz que esperaba.

—¡Hermano! —grita él.

Realmente me ha sorprendido el verlo aquí. Me levanto para darle la mano y la recibe con su típica e imborrable sonrisa. Todos en mi familia saben que no me gusta que me toquen, con excepción de Mia.

—¿Qué haces aquí? —pregunto aún confundido.

Se supone que duraría un año en Turquía y aún le faltan unos cuatro meses de trabajo.

—¿Tú qué crees? —espeta con molestia muy mal disimulada—. Me he enterado de que tienes novia y he tomado el primer vuelo de regreso. ¿Por qué mierda me tengo que enterar de una noticia tan monumental por los medios? Me has ofendido, hermano.

Ruedo los ojos ante su exagerado dolor.

—¿Acabas de llegar? —Asiente enérgicamente como un crío—. ¿No has llegado a tu casa?

—Creo que necesito un baño —murmura olfateando sus axilas y ruedo los ojos—. Joder, fueron diecisiete malditas horas de viaje, con todo y escalas. —Va al sofá y se lanza cansado—. Ahora sí. Háblame de mi linda cuñada.

Bufo molesto, pero por alguna razón ya conocida, no puedo dejar de sonreír. Su sola mención me hace sonreír como un idiota, y sé que mi hermano se ha dado cuenta porque se ha echado a reír.

—Suficiente, Elliot.

—Lo siento, hermano —dice secándose unas lágrimas imaginarias y conteniendo su estúpida risa—. Es que nunca te había visto así. Ya amo a esa mujer. Se nota que te hace feliz y eso es más que suficiente para mí.

Ahora sonríe con cariño y eso sí que es incómodo.

—Lo hace —contesto sentándome a su lado y su sonrisa se ensancha.

—Me alegro mucho, hermano —murmura y me da un ligero golpe en el hombro.

—¿Tomas algo? —digo tratando de romper ese extraño e incómodo momento de cariño que se ha formado entre nosotros.

—Algo fuerte, no esa porquería de vino que estas tomando. —Voy al estudio por dos vasos de whiskey y le tiendo uno—. Gracias hermano. Ahora cuéntame de tu chica.

—Su nombre es Anastasia Steele, tiene una hija que se llama Ava.

—En las fotos se ve tan joven. ¿Enserio tiene una hija? No vaya a ser una embaucadora.

—No lo es. No es su hija biológica, es de su mejor amiga, que murió, y ella la está criando.

—Oh, ahora me gusta más esa chica —dice levantando las cejas frenéticamente

—Cuidado.

Lo miro amenazante, pero divertido a la vez.

—Tranquilo tigre. Me gusta, pero como cuñada. De verdad me alegro por ti hermano. ¡Sabía que no eras gay!

Por Mi DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora