Por Mi Diosa

Capítulo 26

Título: Cortando Lazos

POV Christian

-No puedo creer que te hayas casado. Eres un... -grita viéndose frustrada sin lograr terminar de hablar y siento que me hierve la sangre.

Ella no tiene derechos sobre mí y puedo hacer con mi vida lo que se me venga la jodida gana. Aun así, trato de mantenerme calmado.

-Elena. Sólo es por ayudarla con su bebé -miento.

Necesito calmarla y que se aleje para volver con mi esposa. Debería estar con ella y no aguantando las estupideces de esta mujer.

-Muy bien. Si ese es el caso, deberías empezar a entrenarla para hacerla tu sumisa. Te puedo ayudar, si quieres.

¿Y dejar que esta mujer maltrate a mi esposa como lo hizo conmigo? Eso jamás.

-No -digo tratando de sonar tranquilo, pero no puedo evitar gruñirle.

-¿No? Pero ¿Cómo vas a hacer con tus necesidades? ¿Acaso vas a tener una sumisa aparte? -dice esbozando una perversa sonrisa.

Parece una bruja.

-No. Sabes que soy monógamo.

-Christian por fav...

-Por favor una mierda, Elena. Ya me tienes cansado con toda esa porquería que me metiste en la cabeza cuando era un maldito adolescente manipulable -le espeto-. Quiero que me dejes en paz.

-¿Estas teniendo sexo con esa? -habla con desprecio hacia mi mujer y eso me enoja más.

-El mejor maldito sexo que he tenido en mi vida. Un puto sexo vainilla que me trae loco. -Va a hablar, pero la callo levantado un dedo. Ya estoy cansado de escucharla. Más de doce años de mi vida escuchándola, y estoy teniendo los mejores momentos lejos de ella, y con una mujer que no tiene nada que ver con su mundo-. Escúchame bien, Elena. Te quiero lejos de Anastasia y de mí. Como me entere de que has estado siquiera un kilómetro cerca de ella te vas a arrepentir. Quiero a mi mujer, y como llegues a hacer algo que perjudique mi matrimonio, no hay palabras que describan lo que haré contigo. Ahora, largo de mi fiesta. Es mi matrimonio y te quiero lejos de aquí y de nuestras vidas.

Su cara es digna de una foto, realmente no se esperaba que le dijera todo eso. Peor fue cuando le dije que quiero a Ana, para ella el amor es una estupidez y es algo para idiotas.

Dicho esto y sacado todo lo que he querido decirle desde el día que pasó lo de Zaida o, más bien, de lo que le hice a esa pobre chica, me voy a buscar a mi esposa. Quiero irme ya a tener mi noche de bodas, anoche la extrañe demasiado. Pero al abrir la puerta me encuentro con Flyn, y al ver su sonrisa, asumo que ha escuchado lo que le he dicho a Elena.

-Yo me encargo de que se vaya. Ahora ve con tu esposa que ha estado preguntando por ti. Por poco y viene ella misma aquí.

Asiento y voy de vuelta a mi fiesta. Sé que Flyn estará más que encantado en hacer este trabajo. Nada le dará más placer que ver a Elena Lincoln salir de mi vida.

Si Ana hubiera escuchado mi conversación con Elena, estaría en serios problemas. Pienso contarle, pero hay cosas de mi vida que no me gustaría que supiera, como mi relación con Elena. No sé por qué me siento tan avergonzado por eso. Nunca antes lo había sentido así. Sé que me ayudó con mis problemas y a fundar mi empresa, pero ya le pagué y con creces.

Necesito que Welch vigile a Elena, no creo que este satisfecha por la manera en que la traté. A pesar de haber sido una buena amiga y confidente, desde que estoy con Ana se ha vuelto muy sobre-protectora, o eso creo. Aunque he tratado de mantener distancia con ella, no dejaba de enviar mensajes reprochándome lo de Ana, no le he prestado atención a ello, pero el que haya venido a mi boda a insultarme y tratarme como un niño de quince años, sólo hace que mi fastidio hacia ella crezca aún más. Además, me ha insistido en que le muestre mi mundo a Ana, eso sería lo peor que podría hacerle a mi niña. Pero ella no quiere entender que ese ya no es mi mundo.