Capítulo 22

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Título: Preparativos

POV Anastasia

Christian juega conmigo y me encanta totalmente todo lo que hace. Su lengua es mágica y complaciente. Como un actoreflejo, mi cuerpo se encorva cuando esa ya conocida corriente me envuelve y enredo mis manos en las sábanas mientras gimo gritando su nombre cuando llego a mi éxtasis, dejándome sin aliento y con mis extremidades lánguidas.

—Buenos días, nena —dice levantando su perverso rostro desde mi entrepierna con una sonrisa que provoca que mi interior se contraiga.

No me deja contestar, poseyendo mi boca y yo le correspondo enredando mis temblorosos dedos en su suave cabello. Siento el extraño sabor ácido de mis fluidos y me pregunto ¿A que sabrá él?

Dice que le gusta mi sabor, y a mí me gustaría probar el suyo.

Entra en mí con un sólo movimiento que me quita el aliento y me retuerzo tratando de encontrar algo de control. Sus embestidas empiezan lentas y mi deseo se acrecienta haciéndome perder el poco control que creí tener. Le digo que, por favor, se mueva más rápido y él sonríe encantado de jugar conmigo y a veces puedo sentir que lo odio por ello. Cuando mi cuerpo entero se estremece con cada lenta embestida, beso y caricia, siento que ya no puedo más, en ese justo momento empieza a moverse más rápido aumentando la frecuencia de su respiración y escucho sus jadeos susurrados que me excita. Jala mi cabello con algo de fuerza y me retuerzo necesitando todo de él, antes de dejarme llevar por el inmenso placer que me causa.

Nos quedamos acostados uno al lado del otro recuperando nuestras respiraciones y sonrío como una tonta satisfecha, lo que es completamente cierto, gracias a mi perfecto novio. Christian me toma de la cintura y me sube sobre su cuerpo, luego de quitar su preservativo, coloco mis codos a los lados de su cabeza y sonrío antes de besar esos adictivos labios.

—Buenos días —le digo y sonríe.

—Son los mejores desde que estás aquí.

Levanta la cabeza y me da un suave beso. Siento como si hubieran pasado meses desde que estoy aquí y no tres simples días.

—¿Qué ha pasado con los papparazzi?

—¿Por qué preguntas?

Suspiro cuando empieza a recorrer mi cuerpo desnudo con sus grandes manos y cierro mis cansados ojos antes de apoyar mi cabeza a su hombro sintiéndome segura y confortada. Besa mi frente soltando un suspiro que me complace enormemente y sonrío. No hay nada como ser correspondido en los sentimientos y sentir el corazón en paz.

—Porque ya no andan hostigando como el primer día.

—Sencillamente, no tienen permiso para estar en el frente del escala o Grey House. Pero créeme que todavía siguen molestando.

Asiento y beso su picuda mejilla.

—¿Christian?

Meto mi rostro en su cuello y mis manos a su cabello tomando la decisión de hacer la pregunta que he querido hacer desde el primer día en que he estado en su apartamento.

—¿Qué sucede, preciosa?

Aprieta mi culo y chillo por la impresión. Me parece increíble cómo puedo desearlo de esta manera, que con una simple caricia suya, ya desee que me haga suya una y otra vez. No debo dejarme distraer por sus expertas manos, hay algo que me muero por hacer y no me deja.

—Quiero tocarte —digo en un murmullo inseguro.

Sus manos se detienen y su cuerpo se tensa debajo del mío, preocupándome más de lo que ya estaba. Me abraza con fuerza mientras aspira enterrando su nariz en mi cabello y muerdo mi labio al sentir que no debí decir nada de eso. Él ha hecho bastante por mí y debo respetar su espacio.

Por Mi DiosaWhere stories live. Discover now