Por Mi Diosa

Capítulo 2

Título: Hola

POV Christian

Me levanto a las cinco de la mañana, cuando aún el sol no sale, como cada día, para prepararme e ir a trotar, aunque mis malditas pesadillas no me dejan dormir algunas noches y esta no ha sido a excepción. Siempre lo hago para despejar mi mente, aunque en las últimas semanas lo he hecho, más que todo, para ver unos hermosos ojos azules.

Y hoy será diferente.

Hoy hablaré con esa hermosa diosa de ojos azules que se ha colado en mis pensamientos y en mis sueños.

Verla cada mañana moviendo ese redondo culo, que se marca a la perfección sobre esas mayas de deporte, junto a esas largas y bien torneadas piernas, me está volviendo loco. Con tan solo verla, un maldito cosquilleo en mi entrepierna se hace presente y tengo que calmarme con largos baños de agua fría, aunque, a veces, eso no es suficiente. Parece que lo hiciera a propósito, sólo para tentarme.

Me coloco mi pantalón de chándal gris y una remera también gris, zapatos para trotar, audífonos para escuchar un poco de música y agua para hidratarme. Como siempre, Taylor me espera en el ascensor para salir a trotar conmigo, nunca le he puesto problema a que me acompañe, ya que siempre va a mi ritmo y nunca me retrasa.

Hago algo de estiramiento al salir y empiezo a trotar tomando camino hacia Pike Place Market, por el camino por donde siempre la veo. Luego de una hora trotando y dando vueltas por las mismas calles, no la veo. Se supone que ya debería estar por acá. Parece que hoy no vendrá. Quizás sea una señal y no deba presentarme ante ella. ¿O si tal vez le ha sucedido algo? Nunca, en éste largo mes, había faltado a su rutina de trote. Ni siquiera en los fines de semana o días de lluvia, lo que es constante en esta ciudad.

Es imposible no preocuparme.

Que absurdo me siento.

Decido tomar aire en un pequeño parque y veo a Taylor sonriendo. Espero que no sea burla. Tal parece, ha notado mi desesperación por verla, aunque no me he tomado el trabajo de ocultarlo. Tomo un poco de agua ignorándolo y cierro los ojos para tratar de calmar mis pensamientos. Me estoy comportando como un maldito adolescente acosador.

Esto definitivamente fue una estupidez.

—Oh, mierda —escucho una suave voz quejarse detrás de mí.

Veo a Taylor correr y cuando volteo, ahí está ella en el suelo. Taylor la levanta y voy hacia él rápidamente frunciendo mi ceño. No me gusta esta sensación en mi pecho al verlo tocarla.

Desde aquí me encargo yo, amigo.

Me deja a la señorita Steele y se aleja reprimiendo una estúpida sonrisa mal disimulada.

Soy un idiota, lo sé.

Siento una corriente ya familiar al tocar la piel de su cintura que está un poco descubierta y no puedo evitar acariciarla un poco con mi pulgar y confirmar lo suave que se siente. Siento como se estremece también, pero no me regala una mirada, sólo se tensa.

¿De dónde te conozco, Anastasia?

Su piel es tan suave y su cabello huele delicioso.

Cálmate ya, Grey.

No está sudada, eso quiere decir que salió hace poco. Veo que hace un gesto de dolor y no levanta la mirada de su pie.

—¿Se encuentra bien, señorita?

La llevo a un banco sujetando su cintura y pegándola a mí, para que no apoye el pie. Aunque también podría alzarla. Parece que se ha torcido el tobillo.