Capítulo 19

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Título: ¿La Quiero?

POV Christian

Ella no tiene por qué enterarse de que Sawyer siempre ha estado allí, a su lado, pendiente de todo a su alrededor. Fue muy graciosa la cara que puso. Sólo me hacía falta ganarle en el tema de la seguridad y ella misma me ha dado una excelente excusa para hacerlo. No es que me alegre lo que ese imbécil de mierda le ha hecho a mi chica. Va a pagar muy caro el haberla maltratado, lo que le hice hace un rato, no será nada comparado con lo que le viene al imbécil de mierda, esos golpes parecerán caricias a comparación. Nadie toca lo mío y sale como si nada, nadie tiene derecho de maltratar a mi mujer y mucho menos de llamarla zorra. No se pudo salvar el imbécil abogado, que ahora no conseguirá trabajo ni en un restaurante de comidas rápidas, mucho menos se salvará éste.

De solo recordar las malditas marcar que le dejó en su suave piel, me dan ganas de volver y reventar su cara una vez más.

Trato de tomar aire para calmarme. Lamenté mucho haber llegado tarde. Por más que corrí hacia donde estaban una vez recibí el mensaje de Taylor. A pesar de estar en la universidad cerca de ella, justo alcancé a llegar cuando Sawyer arrancaba el auto. Y el idiota se atreve a insultarme cuando me ve llegar a donde se encontraba discutiendo con mi novia hacía un momento. Joder... Que, si no es por Taylor, lo dejo irreconocible.

Tuve que ponerme vendas en las manos e inventar una excusa para que no me hiciera preguntas que no quiero contestar. Aunque al principio no lo notó, se puso algo histérica al darse cuenta.

Prometí protegerla, y eso haré.

—Estoy lista.

Sale con sus usuales jeans, remera y converse, y sonrío.

—Vamos entonces. —Tomo nuestros bolsos y bajamos tomados de la mano. Acariciando su delicada mano, sintiéndome completo—. Una vez en Seattle, interpondremos la denuncia en contra de Kavanagh.

—¿Denuncia? ¿Por qué?

—Por agresión. Miles, también cree que es lo más conveniente por si llegásemos a ganar. Para que haya antecedentes y poder evitar que se acerque a ustedes.

—Bien, pero de eso ya hacen semanas.

—Tenemos un vídeo de la agresión.

Enarca ambas cejas y sonrío. ¿Todavía no me conoce?

—¿De eso hablaba la abogada ayer?

—Así es.

El resto del camino hacia el Charlie Tango, la pasamos en silencio y no puedo evitar pensar en la mañana y en lo mal que la está pasando mi mujer con todo esto de ser mi novia.

¿Por qué todo tiene que volverse tan complicado?

Yo sólo quería que se relajara un poco.

Todo por culpa del maldito fotógrafo.

Al llegar al ascensor del helipuerto, veo un atisbo de sonrisa cuando el ambiente se empieza a calentar entre nosotros. Me pregunto si eso será normal. Nunca me había pasado con cualquier otra mujer. La tensión sexual entre nosotros es innegable.

Y me encanta.

—¿Te divierten los ascensores? —le pregunto y suelta una carcajada a la que me uno.

Amo verla así de feliz.

—No te imaginas cuanto —me guiña el ojo y yo niego mientras aprieto su mano.

Por Mi DiosaWhere stories live. Discover now