Por Mi Diosa

Capítulo 31

Título: Lo Quiero Contigo

POV Christian

—¿Te gusta? —pregunto esperando que una respuesta afirmativa.

—¿La vista? —Asiento y suspira—. Es hermosa.

—¿Y la casa?

—Christian, no estarás pensando en...

—Es exactamente eso.

Chica lista.

—Es demasiado. En el Escala estamos muy bien.

—Ese apartamento de soltero no es apto para una bebé. —Acaricio la cabeza de la pequeña que duerme en brazos de mi esposa. Me encanta como suena eso, Mi Esposa—. Además, siempre he querido vivir en un lugar como éste. Ahora tengo la excusa perfecta para hacerlo.

Se me queda viendo un largo rato a los ojos. Veo duda en su mirada.

—Debe costar mucho.

¿Por qué le preocupa el dinero?

—Nos lo podemos permitir —replico y rueda los ojos.

Realmente me molesta que haga eso, aunque a ella parecen divertirle los pequeños azotes que le doy. Ahora, ese delicioso culo, se salva porque lleva a nuestra hija en brazos.

Se adentra más hacia el gran jardín y se sienta en el césped mirando hacia el Sound.

—Es muy hermoso —dice cuando llego a su lado.

—Me gustaría que nuestros hijos crecieran en este lugar.

—¿Nuestros?

¿Realmente dije eso? Parece que hablé sin medir mis palabras, yo nunca he pensado en tener hijos. Aunque no ha sido malo pasar el día con Ava y cuidarla. ¿Me pregunto, como sería un hijo mío con mi dulce Ana? Espero que se parezca a ella si llegamos a hacerlo algún día, tan inocente y dulce como ella.

—No digo que ya. Pero sí en un futuro, planearlo juntos.

—Me encantaría tener un bebé con tus ojos —dice con una gran sonrisa que ilumina su rostro.

—Yo lo prefiero con los tuyos —murmuro y beso sus labios con tranquilidad sin apartar nuestras miradas—. ¿Qué dices?

—¿Tengo que decidir ya?

—No quiero que otro nos la gane. —Muerde su delicioso labio y voltea a ver la casa. La casa está muy bien, pero podríamos construir una mejor—. Así empezarán la demolición cuanto antes.

En su entrecejo se forma esa tierna V que tanto me gusta y que ahora mismo quiero besar.

—Me gusta la casa —dice casi en un susurro.

—Si la quieres, se queda.

Realmente eso no es relevante.

—Si digo que no, ¿qué pasaría? —pregunta arqueando sus cejas y sonrío.

—Seguiré buscando hasta encontrar la que te guste.

—Esta me gusta.

—Entonces esta será. —Niega resignada y suspiro—. Solamente quiero un lugar cómodo para los tres.

Se queda un rato mirando hacia el Sound, luego mira la casa, mira a Ava, me mira a mí y repite el proceso dos veces más.

—Está bien. Tú ganas —dice algo seria.