Por Mi Diosa

Capítulo 44

Título: Mi Pasado

POV Christian

—¿Qué se siente ser padre? —pregunta Flyn con una sonrisa burlona.

—Es extraño, pero no en un mal sentido. Es... No estoy acostumbrado a nada de eso, aun así.

Estando siempre sólo, viviendo para trabajar. Ahora sólo quiero trabajar para darle todo a mis mujeres, mi hija y mi hermosa esposa.

—¿Y ya lo estás? —Me encojo de hombros y sonrío.

—Eso creo —parece satisfecho con mi respuesta.

—¿No te arrepientes de esa decisión?

—¿Cuál decisión?

—De haber dejado a tus invitados el día de tu cumpleaños para ir tras ella.

—Nunca me arrepentiré de eso, Flyn.

El idiota ríe escandalosamente mientras niega y quita una lágrima imaginaria de sus ojos. Ruedo los ojos y bufo ante su exageración. Gran psiquiatra el que me gasto.

—Me alegro mucho por el avance que has tenido, amigo. Si hubiera sabido antes que lo único que necesitabas era una mujer, me hubiera puesto en el trabajo de buscártela. Te hubieras ahorrado una gran suma de dinero.

Como si no lo disfrutara.

—No una mujer Flyn, sabes que hubo muchas... la mujer —digo señalando a mi esposa que está hablando con la abuela biológica de mi hija—. Además, hubiera sido difícil, es ilegal estar con una menor de edad. Ella lo era cuando te conocí.

—Entonces no hay nadie más. Sólo Anastasia.

—Siempre ha sido ella, Flyn.

—¿Ya hablaron? —pregunta y lo miro frunciendo el ceño—. De lo que eras antes de que ella llegara a tu vida.— Niego—. ¿Por qué, Christian?

—No quiero que sienta asco de mí. Sólo mírala, tan buena y perfecta... ¿Para qué dañarla con toda mi mierda?

—¿Y si se entera e igual te odia? Podría ser peor y lo sabes. ¿No es mejor que se entere por ti?

Asiento, pero igual temo que me deje. Mi vida sería peor si ella se alejara de mí y me odiara. Tengo que buscar el momento apropiado para hablar con ella y contarle todo mi pasado. Ella merece saber todo de mí. Creo que, si realmente me ama, me perdonará y estará conmigo sin importar qué. Pero si no lo hace, todo esto vendría a ser sólo una puta ilusión.

—Lo haré, John.

Me da un apretón lastimero en el hombro y niego una vez más.

—Linda casa, por cierto —dice y se aleja en dirección hacia su esposa y sus hijos, dejándome con mis malditos pensamientos revueltos.

Mia, ha exagerado con ésta fiesta. Ava sólo tiene un año y no entiende lo que pasa a su alrededor. Castillos inflables donde no se podrá subir, payasos que la han hecho llorar, niños gritando por todos lados que la asustan. Debí escuchar a Ana y mejor hacerle algo con la familia. Pero quien detiene al torbellino de Mia Grey. Por lo menos pensó en poner esta carpa gigante y podemos resguardarnos del frío que nos apremia.

Voy por mi esposa y pasamos un buen rato saludando a mis socios y algunos amigos de la familia, mientras Ava esta entretenida con sus tres abuelas. Me sorprende la manera en cómo se desenvuelve Ana, sin dejarse intimidar por ningún millonario que se cree mejor que ella. Igual nunca permitiría que nadie se pasara de listo con mi mujer, quién, por cierto, está hermosa con ese vestido azul que se le ciñe perfectamente en su delicioso cuerpo.