Capítulo 67 ✔️

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POV KIARA WALTON

Seguía en el mismo rincón en el cual estaba, cuando vi a Bastián salir detrás de Bárbara, quería de verdad ir tras a ellos, quería saber hacia dónde iban, quería saber que estaban haciendo justo ahora, pero tenía que controlar mis impulsos, debía confiar en Bastián, necesitaba hacerlo, éramos una pareja, la confianza y la comunicación se supone que es el pilar de toda relación.

Movía mi pierna ansiosa, sintiendo los minutos pasar, provocando que mis nervios aumentarán.

Volví a tomar otra copa de la bandeja que sostenía el camarero, no solía tomar de forma descontrolada, pero esta noche estaba segura de que era eso o cometer una locura.

<<Dios mío, ayúdame>> supliqué tratando de no llorar, pestañeé de forma incontrolable, alejando toda lágrima de mis ojos.

<<Contrólate>>

Bastián entró a la sala, llevé mis ojos a él inmediatamente, dando algunos pasos adelante, pero me detuve cuando vi a Bárbara entrar también, ella fijó sus ojos en mí, para luego limpiarse la comisura de su boca con sexualidad; no sé quién moriría primero esta noche, si Bastián o la perra de Bárbara, pero estaba casi segura de que sería Bárbara.

Me llevé la copa a la boca tomándome de un solo trago todo su contenido.

Caminaba hacia Bastián cuando la señora Charlotte llego hasta él pidiéndole que se tomará una foto con Mirta, él aceptó dirigiéndose con su madre al otro extremo de la sala, posando con Mirta para la foto; miré a Bárbara encontrándola con sus ojos puestos sobre Bastián, y este hacia lo mismo, la miraba mientras se tomaba la dichosa foto con Mirta.

Quería llorar, sentía mucha rabia. En este momento empezaba a dudar de Bastián.

Busqué un asiento libre en el cual sentarme, estaba cansada de seguir de pie viendo a mi esposo y a su puta mirarse delante de toda su familia.

Mirta vino a mí luego de unos minutos, pidiéndome que me tomara una foto con ella.

—Lo siento Mirta, pero en este momento no me siento muy bien— me excusé con la chica, no podía pararme frente a una cámara y tratar de sonreír cuando no podía.

—¿Estás enferma? — indagó la prima de Bastián, colocando su mano en mi frente con preocupación.

Moví mi cabeza a un lado viendo a Bárbara caminar entre los invitados saliendo de la sala.

—Discúlpame, regreso en seguida— le dije a Mirta poniéndome de pie, yendo hacia donde iba Bárbara.

—¡Kiara! — me llamó Mirta.

Caminé rápido saliendo de la sala, barrí el pasillo del corredor con mis ojos preguntándome a dónde fue la estúpida, hasta que vi la puerta del tocador, corrí tocando la puerta. Ella abrió, entré de inmediato sin darle oportunidad a volver a cerrar.

—¿¡Qué haces!? — chilló al verme ponerle el seguro a la puerta.

Miré a la zorra un segundo ante de sonreírle como Harley Quinn.

—Te crees muy lista intentando de meterte en la cama de un hombre casado, ¿cierto?, veamos cuan lista eres para librarte de mí, maldita zorra— escupí acercándome a ella, dándole una bofetada.

—¡Te has vuelto loca! — vociferó tocando su mejilla, levanté mi mano propinándole otra bofetada, tomándola del cabello con fuerza.

Escuché unos toques en la puerta y la voz de Mirta pidiéndome que abriera, pero no soltaría a Bárbara en este momento. La puta llevó sus manos a su cabello por donde la tenía sujetada mientras gritaba, podía ser más alta que yo, pero era una tremenda tonta.

La MenorWhere stories live. Discover now