Capítulo 54 ✔️

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POV BASTIAN DAVIS

Kiara se marchó a Minnesota con su hermano y su madre; yo no pude viajar hoy debido a las reuniones que tenía pendiente, así que lo haría mañana a primera hora.

En mi mente se repetía una y otra vez el beso que le di antes de irse, me odiaba en este instante por sentir lo que sentía, y era miedo..., miedo por una mocosa, miedo por perderla, porque me abandone, porque se arrepienta de lo que hicimos anoche, nunca había sentido esto, y no sabía qué hacer.

Nunca pensé que una mujer me haría esto, y cuando hablaba de esto, no me refiero a rechazarme, sino todo lo contrario, esa maldita enana diabólica me sedujo, o más bien yo me dejé seducir por ella.

***

Tenía mi equipaje listo para partir mañana, este día fue un caos para mí, si no hubiera sido por Nora, quien estuvo presente en todas las asambleas yo hubiese sido un desastre, mi mente maquinaba cómo convencería a Kiara de qué el divorcio no era la mejor opción, ideaba mil formas de cómo enamorar a la mocosa...

Aunque ya me encontraba en la suite para descansar no podía hacerlo; caminé por la habitación mirando la cama, los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior me invadían, lo que empezaba a sentir por Kiara, más el verdadero motivo de mi matrimonio con ella me destrozaba por dentro; me acerqué a la cama tocándola mientras me llevaba mi trago a la boca.

—Aquí te hice mía— susurré para mí. Esto me consumía.

No sé porque sentía que nuestra despedida era para siempre.


POV KIARA WALTON

—Iré al hospital— anunció mi hermano.

Por fin habíamos llegado a casa de mis padres después de cuatro horas de vuelo.

—Will, sabes que no podrás verla, ni siquiera a Erick se lo han permitido, debemos esperar a mañana, iremos temprano— le informé tratando de hacerlo entrar en razón.
—Mataré a Erick— espetó enojado, caminado por su habitación.
—¿Qué te hace pensar que Erick no está peor? Allison era su novia, prácticamente su esposa— contradije por su falta de empatía. —Deberías de no buscarle más problemas del que ya está enfrentando.

Will pegó su frente de la pared.

—Fuiste a verlo, ¿cierto? — inquirió mi hermano girando su cabeza, clavando sus ojos en mí, —¡Fuiste a ver al único responsable de la muerte de Allison! — gritó como loco, golpeando la pared.

<<Dios mío, ayúdame>>

—¿¡De qué diablos hablas!?— vociferé —¡No he ido a ninguna parte!
—Allison tenía problemas de adicción, de depresión, no estaba cien por ciento recuperada— escupió, sin yo entender de qué hablaba.
—Allison murió porque la atropellaron Will; Erick estaba en Oregón ¿Cómo podía saberlo? — le recordé.

Will estaba perdiendo la razón.

—No, Kiara. Allison solo tenía dos meses que su hermana la intento matar, el imbécil de Erick lo sabía y aun así la dejó sola, ¡se fue a Oregón a comprar una maldita compañía como si Allison no fuera lo suficientemente importante para quedarse con ella! — bramó Will, ajustándome.

Mi hermano volvió a golpear la pared maldiciendo, maldiciendo.

—Los hombres como Erick, como tu padre, como Bastián Davis, como yo, no amamos, Kiara, no sabemos hacerlo, porque lo único que nos importa es ¡el maldito dinero! — alegó haciendo que mis ojos se cristalizaran.
—Debes de calmarte, Will—supliqué tratando de acercarme a él con pasos lentos.

Will se separó de la pared, me detuve.

—Las mujeres como Allison, como mamá, como tú, no son suficientemente fuerte para poder cambiar a un hombre, Kiara. Bastián no cambiará por ti, así como Erick no pudo cambiar por Allison, así como Rob nunca cambió por mi madre condenándome a esto, date cuenta antes de que sea tarde— ladró hiriéndome.

—No sabes lo que dices— refuté.
—Eres una tonta Kia, ¿Crees que Bastián Davis dejará a sus putas por ti?, ¿Crees que dejará de estar con mujeres de verdad para estar con una niñata? — recriminó mi hermano.

Mis ojos se cristalizaron.


—No lo conoces— lo defendí.
—¡No jodas Kiara! ¿¡Te enamoraste de él!? — gruñó Will, lleno de ira.
—¡No es tu asunto! — le grité.
—¡Es mi asunto, porque tú eres mi hermana!, no dejaré que ese imbécil se aproveche de ti como lo hizo Erick con Allison, ¡no permitiré que Bastián se burle de ti! — aseguró.
—¡Ya basta, Will!, ¡tu maldito problema no es conmigo! — le respondí colérica.

La puerta de la habitación se abrió.

—¿Acaso se están volviendo locos? — refunfuñó mi madre. —Sus gritos se escuchan por toda la casa— regañó mamá, pero en ese momento no podía despegar mis ojos de Will.

Cada una de sus palabras había perforado mi corazón, Will estaba perdiendo el control. Mi hermano caminó hasta la pared golpeándola una y otra vez con furia.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla.

—Sal, Kiara— me obligó mi madre sacándome de la habitación de Will, cerrando la puerta, dejándolo solo.

Esta situación me estaba matando.

—Debemos ayudarlo— sollocé.

—Kiara, cariño, no se puede ayudar a alguien que no quiere ser ayudado— explicó Hilda, para luego escuchar un estruendo proveniente de la habitación de Will.

Miré a mamá.

—Si él quiere desahogarse destruyendo su habitación, pues que lo haga, pero no permitiré que el dolor de Will lastime a otros— sostuvo ella.

***

Mi madre me acompañó a mi habitación; quería entender qué diablos ocurrían con Will, nadie tenía la culpa de lo que le sucedió a Allison, era injusto de su parte culpar a Erick; Erick estaba destrozado, ni yo misma fui capaz de hablar con él cuando llegué al hospital, sus gritos eran desgarradores, se escuchaban por todos los pasillos, obviamente no podía decirle a Will que estuve con Erick, la enemistad de ellos era algo que intentaba sobrellevar.

De verdad deseaba apoyar a Will, pero él lo hacía tan difícil, no comprendía cómo Taylor encontraba las fuerzas para apoyar a Erick en este momento.

Me senté en la cama abrazando mis rodillas, mamá se sentó en frente de mí.

—Perdona a tu hermano— me pidió.
—¿Cómo puedes soportarlo, mamá?, ¿Cómo puedes vivir con el desprecio de Will? — indagué con tristeza.
—Una madre hace todo por sus hijos, Kiara, hasta soportar sus desplantes, su menosprecio, sus palabras de odio, su... — se detuvo evitando llorar —les he fallado, a Will, a Kate, a ti, pero muchas de las cosas que he soportado, lo he hecho por ustedes
—Eres fuerte, sabes...— confesé ahora que podía entenderlo.
—No, tú eres fuerte, eres la más fuerte de esta casa, de esta familia, nadie ha hecho lo que tú has hecho y te admiró por eso— manifestó colocando mi cabello detrás de mi oreja.
—Perdóname, mamá.
—Perdóname tú, cariño— intervino ella, —sé que no he sido la mejor madre, ni para ti, ni para Kate y mucho menos para Will, pero ustedes lo son todo para mí, y los amo, no imaginas cuanto, estoy orgullo de que sean mis hijos, de que no se parezcan a sus padres, de que sean ustedes mismos por encima de todos, y mi único anhelo es que sean felices— sollozó mamá, llorando.
—Mamá, ¡no! — dije rápidamente abrazándola, no quería verla llorar.

—Perdóname Kiara, por no defenderte, por no evitar que te casaras con Bastián...

—Shhhhhh— emití callándola, —ya no importa.

La abracé más fuerte, esta situación nos tenía a todos melancólicos.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora