Capítulo 91 ✔️

48.6K 2.5K 16
                                    

POV BASTIAN DAVIS

Salí de la sala de juntas luego que se diera por concluida la asamblea. Me dirigí hasta el lobby del hotel, hoy mismo regresaría a Minnesota.

—¡Bastián! — gritó Will, llamando mi atención, caminaba de prisa hacia mí con su hermana Kate.

—¿¡Me pueden explicar qué diablos fue lo que ambos hicieron!?, ¿¡Por qué votaron por Rob!? — demandó Will.
—Will, tu padre no ganó la presidencia, es lo que realmente importa— expliqué.
—Yo quería que tú fueras el presidente— sostuvo él.
—Yo no soy un Walton— dije.
—Y yo tampoco lo soy— contrarrestó él.
—Tú te regresarás a Vancouver, dejarás a tu hermana sola aquí a enfrentar la furia de tu padre, es Kate quien trabaja con él, no podía permitir que ella no votara por él, hacerlo solo sería ponerla entre la espada y la pared mientras tú solo cogerás un avión y te regresarás a Canadá; ¿Cómo puedo permitir que tu hermana pagué lo que los cuatros planeamos? Kate debía darle su voto, por su bien— manifesté.

Will pasó su mano por su cara con frustración, no me importaba lo que él pensara, solo hice lo correcto, es Kate quien tendría que ver a su padre cada día en la empresa donde ella trabaja para él, además, ella no puede simplemente declararle la guerra a su padre sin antes ni siquiera saber qué hará con su vida; Will estaba en el puerto, Kiara me tiene a mí en todos los sentidos, y Kate solo era una empresaria bajo las órdenes de su padre.

—Me iré a Vancouver hoy mismo— informó Will, mirando a Kate.
—¿Qué? — inquirió Kate, —no puedes hacerlo ¿No piensas despedirte de mamá y Kiara? — preguntó ella.
—Las llamaré una vez que llegue a Vancouver— explicó Will.
—En cuatro días es la cena benéfica de mamá— le recordó Kate.
—He asistido mi vida entera a esa cosa, no puedo soportar asistir un año más— indicó él acercándose a ella para dejar un beso en su frente.
—Discúlpame con mamá, iré a mi suite por mis cosas— pronunció Will, —Bastián, fue un placer, espero que puedas solucionar las cosas con Kiara— dijo dándome la mano.
—Gracias— respondí.
—En caso de que mi hermana te mande al demonio definitivamente, puedes decirle que en Canadá hay un montón de canadienses dispuestos a hacerle olvidar tu verga— bromeó Will.
—No te he golpeado nunca, ¿cierto?, no querrás que empiece ahora— declaré, su broma no me resultaba para nada graciosa.

Will sonrió, se dio vuelta marchándose, dejándome con Kate.

—¿Regresaremos a Minnesota hoy? — interrogó ella.
—No tenemos nada que hacer aquí.

—Señor Davis—llamó Erick, detrás de mí.

Me giré encontrándolo con su hermana Taylor, la cual me miró un momento.

—Kate, puedo hablar contigo, por favor— pidió Taylor, ignorándome.

<<Amargada>>

Kate asintió caminando, cruzó por su lado esperando que Taylor la siguiera.

—Hiciste lo correcto— enunció Erick de la nada.

Suspiré.

—Sé que lo hiciste por ella, y debo admitir que me has sorprendido— confesó.
—Espero que sea suficiente para demostrarle que nada de esto me importa, no más que ella— sostuve.
—Conozco a Kiara, es muy terca para aceptar que se ha equivocado— comentó Erick.
—Yo me equivoqué, ella solo se encerró en sí misma por mis mentiras.
—Yo también mentí, creo que todo lo hacemos, pero yo solo lo hice para protegerla de ella misma— reveló.
—¿Qué harás ahora? — indagué.
—Arreglar todo en Walton & Walton, en algunos meses me iré a vivir definitivamente a Oregón, trabajaré en la constructora que acabo de adquirir, necesito dejar a Minnesota y todo lo que me relaciona con Allison— indicó Erick.
—Es lo mejor, pero irte a Oregón no te ayudará a sacarla de tu cabeza, Erick— aseguré.
—Lo sé, de igual forma, debo de intentarlo— planteó.

Abracé a Erick despidiéndome de él.

—Espero verte pronto, hermano— agregó él mirando a Taylor a los lejos, —gracias por lo que hiciste por mi hermana— concluyó Erick rompiendo el abrazo.

Rob perdió y yo gané, no solo la guerra en contra de él, sino en contra de mí mismo.


Por primera vez en mi vida me sentía bien conmigo mismo, podía volver a respirar, podía volver a sentirme libre, estaba preparado para continuar amando a Kiara incondicionalmente, estaba preparado para ir por ella, para entregarme por completo y sin reservas.

Hoy más que nunca estaba convencido de lo que sentía por mi mocosa, la amaba y no existía una verdad más grande en mi vida como esa, la enana era mi realidad, pero más que mi realidad, ella es mi presente y mi futuro.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora