Capítulo 27 ✔️

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POV BASTIAN DAVIS

—¿¡Me puedes explicar qué mierda le hiciste a Kiara!?— demandó Nora saber entrando a mi oficina de repente.
—¿De qué hablas, Nora? — indagué sin dejar de hacer lo que hacía.
—Tu fiera está en mi oficina exigiéndome que la ubique en otra posición, me confesó lo que hiciste ayer, ¡y creo que estás cruzando la línea, Bastián!
—Escúchame bien Nora, Kiara seguirá siendo mi asistente hasta que yo diga lo contrario, no hay otro puesto para ella, y no lo habrá, la quiero en esta oficina, así que pídele al departamento de mantenimiento que habiliten un escritorio para ella, aquí— ordené firme.

Nora se acercó apoyando sus manos en mi escritorio.


—¿Qué pretendes? Pensé que no la querías cerca— expuso.
—Sí, pero eso fue antes de darme cuenta de que la fiera necesita ser sometida, alguien debe educar a la mocosa— declaré.
—Kiara, es tu esposa, no tu hija— sostuvo Nora, irritándome.
—Solo es mi esposa porque un papel lo dice, no porque realmente lo sea. Quizás no me satisfaga como esposa, pero lo hará como asistente— gruñí.
—No puedo creer lo que estás haciendo— respondió molesta.
—Ve a tu oficina e infórmale a mi asistente que otra vez está retrasada, y explícale que no doy terceras oportunidades— espeté.

Nora salió de mi oficina después de mirarme en silencio unos segundos.

Se supone que detesto a esa niñata, a su padre y todo el que tenga el apellido Walton, pero no sé por qué hablar de ella me irritaba en gran manera, lo de Kiara era algo diferente, y cuál sea que fuera el motivo quería que terminara.


POV KIARA WALTON

—Bastián te quiere en su oficina, ahora— indicó Nora en el mismo instante que abrió la puerta.
—¿No llegaste a un acuerdo con él? — pregunté.
—Lo siento, dice que no quiere a otra persona como asistente más que a ti— comentó ella.

No entiendo que pretende Bastián con todo esto, pero era claro que una de ellas era hacerme la vida imposible.

—¿Por qué él me odia, Nora? Quiero que me lo digas— pedí mirándola fijamente.
—Kiara— susurró.
—Lo sabes Nora, necesito que me lo digas, por favor— supliqué.
—No puedo— confesó.
—Entonces, cómo puedo intentar vencer a alguien que no sé por qué me detesta.
—Bastián no te odia precisamente, solo que...— se calló.
—¿Solo qué...? — indagué para que terminara la frase.
—Puedes lograr que él cambie, que no cometa el peor error de su vida— manifestó Nora.
—¡Dijiste venganza, no salvarlo!— le recordé, era lo único que realmente me importaba en este momento.
—Para ti será como una venganza, para Bastián será el motivo por el cual deberá parar con todo esto— indicó Nora con sus ojos cristalizados.

—¿Parar?
—¿Decidiste hacerlo? ¿Eso es...?

—¿Es muy evidente? Me vengaré de Bastián y de todas sus estupideces, Nora. Seduciré al Lobo de Minnesota y jugaré con él, me convertiré en su perdición— pronuncié sin dudarlo.

Una sonrisa se instaló en la cara de Nora, algo me decía que esto le daba mucha satisfacción.

—Solo dime qué debo hacer— expresé sin más.
—¿Estás segura de esto? Nena, vas a jugar con fuego— declaró ella.
—No me importaría quemarme, solo quiero ver al imbécil de Bastián a mis pies— sentencié.
—Entonces... pongámonos manos a la obra, necesitas saber muchas cosas, pero no podemos hablar aquí— manifestó con una gran sonrisa.
—Intentaré salir temprano, si mi jefe lo aprueba, claro.
—Sí... necesitamos ir a la peluquería, hay que darle vida a ese pelo castaño— sugirió Nora mirando mi cabello.

—¿Qué tienes en mente?

—Nena, eso déjamelo a mí.

Cuando la escuchaba hablar así me daba miedo...

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