Capítulo 74 ✔️

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POV KIARA WALTON

Toqué la puerta del departamento de Kate varias veces, no sé si estaba dormida por la hora.

—Si quieres puedes prestarme tu móvil, la llamaré— pidió Hugo.
—No, volveré a tocar— dije golpeando la puerta con fuerza otra vez.

Después de dos minutos vi el pomo de la puerta moviéndose, mi hermana abrió la puerta.

—¿Kiara? ¿Qué haces aquí? — preguntó mi hermana extrañada cubriéndose mucho más con su bata.

En ese momento la miré, no hacía falta decirle con palabras lo que mis ojos gritaban.

—Kiara— musitó con voz quebrada, —¿Qué sucedió? — inquirió Kate rodeándome con sus brazos, negué con mi cabeza, llorando.

En ese momento el asistente de papá apareció en calzón en medio de la sala.

—¿Sucede algo, cariño? — indagó el asistente de mi padre.
—Recoge tus cosas Javier, necesito estar a solas con mi hermana— comentó Kate, llevándome a dentro.

Hugo entró dejando mi maleta en la puerta, dándose vuelta para marcharse.

—Hugo— lo llamé, deteniéndolo.

Caminé hasta él.

—Señora Kiara— respondió.

—Gracias— dije, tratando de esbozar una sonrisa.

El asintió. Salió del departamento cerrando la puerta.

—Kiara...— habló Kate.

—¿Te acuesta con el asistente de papá? — pregunté, sorprendida.

—No en ese sentido.

—¿Y en cual sentido acostarse no es acostarse? — indagué sin comprender su puto.
—Te explicó luego, es una larga historia— vaciló — ¿Qué ha pasado?
—No funcionó, todo era una mentira, Kate— manifesté volviendo a sentir mis ojos inundarse.

Javier volvió a la sala, vestido.

—Hablamos luego, hermosa— expuso despidiéndose de mi hermana, dejando un casto beso en sus labios, —Señora Davis— dijo dedicándome una mirada rápida.

Kate y yo esperamos a que él saliera para seguir hablando.

Solo fue suficiente con escuchar la puerta cerrarse para yo soltar todo lo que tenía, me refugié en los brazos de mi hermana sacando todo lo que llevaba por dentro, y era mucho.

Lloré, no solo por las mentiras, lloré porque yo lo amaba...

—Kiara— emitió mi hermana, desesperada tratando de calmarme.

—Lo odio— sollocé, — es un maldito mentiroso.

—No puedo verte así...— lloriqueó ella.

Rompí el abrazo.

—Vamos a la habitación, dormiremos juntas como cuando éramos niña.

Asentí.

<<Nora>>, ella también lo sabía, y era mi mejor amiga.

Mi hermana me llevó a una de las habitaciones, me recosté en la cama abrazada a ella mientras la luchaba contra mi corazón.

Quería dormir y que al todo esto solo fuera un mal sueño, Kate no me ha pedido una explicación y agradecía que no lo hiciera, aunque mañana me preguntaría.

Podía estar calmada mientras no pensara en Bastián, inmediatamente por mi mente se cruzaba su imagen no podía evitar llorar.

<<¿Qué fue lo que sucedió?>> todo parecía tan perfecto...

Sollocé.

Kate me abrazó más fuerte.

—No sé qué paso Kate, esto es un desastre— susurré ahogándome por dentro.
—Todo puede solucionarse, estoy seguro de ello— dijo mi hermana acariciando mi cabello.
—No, hay cosas que simplemente no tienen una solución— aseguré.

—En la condición en la cual estas, es imposible que puedas ver una salida.

—No hay salida— contrarresté.

—Duerme, Kia, mañana todo va a estar mejor— pidió Kate.

***

Cerré mis ojos, pero me era imposible dormir, mi cabeza me torturaba recordando las veces que Bastián me hizo suya, las veces que sus labios recorrieron mi espalda, las veces que besó cada parte de mi cuerpo diciéndome te amo.

<<¿Quién hacia algo así por nada?>> Bastián estaba demente, o más bien yo lo estaba, sin embargo, disfrutaba estar entre sus brazos, disfrutaba cada caricia, la habilidad que tenía de poder hacerme el amor con solo su mirada, esto era una locura, pero no sé cómo diablos, Bastián es capaz de acariciarme hasta el alma.

Cubrí mi boca con mi mano ahogando mis lágrimas, no quería despertar a Kate, se quedó dormida.

Miré el reloj sobre la cómoda, las horas transcurrían rápidamente, casi amanecería.

Me zafé de los brazos de Kate levantándome de la cama, tomé unas de las mantas del closet, saliendo a la sala, tirándome al sofá, no podía dormir. Me abracé fuerte a la manta como si mi vida dependiera de ella, era lo único que me hacía sentir mejor.

<<¿Quién en pleno siglo veintiuno enamoraba a una mujer por acciones? ¿Por dinero?>>

Pensé que era un juego y creí que estaba ganando, pero solo era parte de la gran olimpiada de Bastián. Ahora me arrepentía de haberle hecho caso a Nora en todo, o quizás todo fue un plan desde el inicio, un plan de ellos, un plan de él; quizás su única intención fue que me enamorará de él, de ese maldito imbécil.

Abusé del privilegio de ser estúpida.

"—Te amo, Bastián— dije, tomándolo por sorpresa.

—¿Qué dijiste?

—Que te amo, que te amo y... — me detuve con mis ojos cristalizados, era la primera vez que se lo decía.

—¿Y?

—Y me gusta sentir esto que siento por ti— confesé mordiendo su labio inferior"

Mi mente no me dejaba en paz, con sus malditos recuerdos.

—Volveré a sonreír, y me asegurare de que no sea por ti— masculle.

Espero que pronto muera lo que siento por él, que se espume su imagen de mi mente, que deje de sentir sus besos en todo mi cuerpo...

"—Te protegeré con mi vida si es necesario, de quien sea, de mí mismo, pero lo haré, puedes tenerlo por seguro."

Fueron las palabras de Bastián luego de que mi padre intentara golpearme en el McNamara Alumni Center, y yo las creí, la creí tanto que ahora recordarlas me dejan un hueco en el pecho.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora