Epílogo ✔️

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Cinco meses después...


POV BASTIAN DAVIS

Giré mi cabeza en el momento en el que escuché un murmullo detrás de mí, todo el mundo se puso en pie, dirigí mis ojos al final del pasillo para ver a Kiara acompañada por Will.

Respiré profundo mirando a la mujer que caminaba hacia mí, vestida de novia, esta mujer derrochaba belleza con cada paso que daba, fijé mis ojos en ella sintiendo como mi mundo comenzaba a eclipsarse.

El paseo por el pasillo se hacía eterno para mí, quería correr hacia ella.

Will se puso en frente de mi antes de entregarme a su hermana, sé que tenía algo que decir, típico de Will.

—Espero que esta vez sí sea para siempre, Davis— susurró tomando el brazo de Kiara, entregándomela.

Tomé el brazo de Kiara cruzándolo con el mío, miré sus ojos a través del velo, era lo único que me impendía no mirar con exactitud sus hermosos ojos verdes.

La mocosa esbozó una sonrisa la cual correspondí cómplice.

—Queridos amigos, estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a este hombre y a esta mujer...— anunció el oficiante.

Miré a Kiara por el rabillo de mis ojos mientras escuchaba al oficial hablar, ella sabía que la estaba mirando.

POV KIARA WALTON

—Bastián Davis, ¿recibe usted a esta mujer para ser su esposa, para vivir juntos en santo matrimonio, para amarla, honrarla, respetarla...? — preguntaba el oficiante a Bastián.

No podía creer que sería su esposa de verdad, sin contrato, sin mentiras, solo nosotros dos.

—Si, acepto— respondió Bastián firme.

—Kiara Walton, ¿recibe usted a este hombre para ser su esposo, para vivir juntos en santo matrimonio, para amarlo, honrarlo, respetarlo, consolarlo y cuidarlo, en la salud y en la enfermedad, preservando fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas? — me preguntó el oficial.

Respiré profundo, esta vez estaba segura de mi respuesta.

—Sí, acepto— dije de inmediato.

—Repita después de mi— le pidió el oficial a Bastián.

—Yo, Bastián Davis, te recibo a ti, Kiara Walton, para ser mi esposa, tenerte y protegerte desde hoy y para siempre, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separé— repitió Bastián detrás del oficial.

—Repita después de mi— me pidió el oficial.

—Yo, Kiara Walton, te recibo a ti, Bastián Davis, para ser mi esposo, tenerte y protegerte desde hoy y para siempre, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separé— repetí después del oficial.

—Ahora les pido que ambos se miren a los ojos y se tomen de las manos— ordenó el anciano, me giré pasándole el ramo a Kate, quien era una de mis damas de honor.

Bastián tomó mis manos delicadamente, haciendo que mi corazón empezara a latir frenéticamente, miré a los ojos de mi bestia dándome cuenta de que estos eran los ojos en los cuales deseaba perderme una y otra vez y siempre me volvería a encontrar.

—En virtud de la autoridad que me conceden las leyes del Estado de Minnesota, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia— concluyó el oficial.

Bastián soltó mis manos llevando las suyas a mi velo.

—El Lobo ha sido domado— susurré a medida que levantaba el velo lentamente.
—¿Domado? Yo diría más bien, enamorado —musitó él antes de unir nuestros labios.

Las personas en el lugar gritaron eufóricas.


—Domado, enamorado... no lo sé recuerdo haber escuchado que en su diccionario esas dos palabras no tienen diferencias— confesé.

—La amo, señora Davis— declaró mi bestia.

—Y yo también creo que lo amo, señor Davis— respondí volviendo a prenderme de su boca, olvidan a las personas que estaban presentes.

La MenorWhere stories live. Discover now