Capítulo 22 ✔️

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POV KIARA WALTON

—Por favor, informarle al señor Davis que quiero verlo— anunció Nora delante de la secretaria de Bastián.

—Señorita De Santis, el señor Davis no puede recibirla en este momento— se disculpó Fannie.

—¿Sabes con quién está reunido? — le preguntó Nora.

—El señor Thurman— respondió Fannie.

—¿Thurman? — indagué llevando mis ojos a la castaña.

—Anthony Thurman, es el abogado personal de Bastián, se encarga de la parte lega de sus negocios y asuntos personales fuera de la empresa— me explicó Nora.

Solo tuvimos que esperar tres minutos para que la puerta de la oficina de Bastián se abriera y un caballero saliera por ella.

—Anthony — expuso Nora.

—Señorita De Santis— dijo él.

—Que sorpresa verlo... "aquí"— expresó Nora mirándolo con determinación.

—Negocios... lo que mueve al mundo querida, tu entiendes... — respondió el tal Anthony con suficiencia —ha sido un placer verte. Señoritas... — concluyó el caballero despidiéndose.

Nora entró a la oficina de Bastián y yo detrás de ella; al parecer Nora tenía su forma de hacer las cosas aquí.

—Siéntate— me ordenó ella, señalando la silla en frente de Bastián.

Bastián se encontraba en su escritorio firmando algo, pero en el momento en el cual me senté delante de él soltó su pluma para dirigir su mirada a Nora, ignorándome, a veces actuaba como si yo no existiera y era algo que me cabreaba.

—Si tienes algo que decir, dilo y no me hagas perder el tiempo— verbalizó la bestia.

—Duclen ha concluido su pasantía, a partir de hoy pertenece al departamento jurídico— informó Nora.

—¿Y quién será mi nuevo asistente? — preguntó Bastián.

—Está en frente de ti— reveló Nora.

Bastián dirigió sus ojos a mí, tragué duro.

POV BASTIAN DAVIS

Escuchar a Nora decir que pretendía poner a Kiara como mi asistente era algo que jamás me lo hubiera imaginado ¿Qué demonios estaba pasando por su cabeza?

—Me puedes dejar un momento a solas con Nora, por favor— le pedí a Kiara, debía hablar con Nora y no quería que Kiara escuchará nada de esto, sé que no es su culpa, sino de la otra loca.

—Creo que ya es hora de que dejes de tener secretos con tu esposa, Kiara puede escuchar lo que desees decirme— me retó Nora, esbozando una sonrisa ladina, me sorprendía que hiciera esto, es como si no me conociera.

—¿Qué pretendes? — indagué.

—Kiara necesita una posición y esta es la única que hay disponible, Bastián— explicó ella, pero yo no le creía ni una sola palabra, conocía perfectamente a Nora y sé que algo se trae entre manos.

—¿Qué opina Kiara de esto? — cuestioné dirigiendo mis ojos a la mocosa, quien no ha dicho absolutamente nada desde que llegó, y es algo bastante extraño considerando su personalidad desafiante.

—Pregúntaselo tú mismo, ella está en frente de ti— manifestó Nora dando pasos innecesarios por la oficina.

Respiré un momento antes de dirigirme a Kiara, necesitaba paciencia para tratar precisamente con estas dos mujeres.

—¿Estás de acuerdo con ser mi asistente por un año? — indagué.

No tenía inconveniente con ello, podía mantener a la mocosa bastante ocupada y así evitar que se metiera en mis cosas, el único problema es que la tendría más tiempo cerca.

—Si es la última opción, no puedo hacer nada— opinó Kiara.

—De acuerdo, entonces comencemos desde hoy mismo— dije poniéndome en pie, caminé hacia mi archivero para sacar un expediente de un caso resuelto, aún no me olvidaba lo que hizo con mis ropas.

Me dirigí a la mesa en el fondo en mi oficina donde suelo tomar mi café, colocando el expediente sobre la mesa, era un expediente bastante extenso de un caso antiguo, el cual la firma ganó, Kiara me pagaría lo que me hizo.

—¿Qué es? — preguntó abriendo sus ojos como platos al ver la cantidad de páginas que continúa dicho expediente.

—Tu primera tarea, quiero que leas todo este expediente y me des una opinión de qué harías tú como abogada, debe ser en menos de tres días, es un caso urgente de uno de nuestros mejores clientes—mentí, quería ver a la fiera llorar, fue un caso complejo de resolver en su momento hasta para mí.

—No lo dices en serio— escupió Kiara.

—¿Quieres hacer esto sí o no? — interrogué mirándola fijo con una sonrisa en mi boca.

La mocosa bufó para venir a la mesa y tomar el primer documento que componía el expediente.

—Perfecto, ¡mi trabajo aquí está hecho! — exclamó Nora acercándose a la puerta para marcharse —Kiara, te veo esta noche en la cena, nena— se despidió ella.

<<Mierda la cena, no me acordaba en lo absoluto>>

—¿La cena? — interrogó Kiara, aún no le he dicho.

—Mis padres organizaron una cena esta noche, celebrarán su aniversario de bodas— expliqué volviendo a sentarme en mi silla.

—¿¡Y hasta ahora me lo dices!? — gritó desde el fondo de mi oficina.

—Saldremos temprano, tendrás tiempo suficiente de arreglarte— dije sin ganas —aunque si lo que quieres es verte bonita, tendrás que consultar con un cirujano plástico...

—¿Qué mierda dijiste?

—Nada, mejor habla menos y lees más— indiqué haciendo ademán de hojear páginas.

***

Después de que Kiara se sentó a leer el expediente no volvimos a hablar, a veces levantó mi mirada para verla concentrada leyendo, no puedo evitar recordar la vez que la llevé al baño del bar y la besé, fue la primera vez que la besé, la segunda vez fue el día que nos casamos, y no sé por qué diablos aún sigo recordando esas escenas dentro de mi cabeza, solo era una mocosa, pero una mocosa malditamente bella, tenía un cuerpo que podía volver loco a cualquiera y un carácter de los mil demonios el cual usaba para retarme cada vez que podía, pero solo era eso, la escuincla de los Walton.

La MenorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora