Pov Maica
Ya la echo de menos.
Sí, soy una dramática. Lo sé y tengo que convivir con ello al igual que todos los demás. Incluido...También me preocupa el hecho de que vaya en busca de Zetsu.
¿Y si le ocurre algo? ¿Y si se lastima?
Bueno, será mejor que no piense en eso. Confío en Madara en que si ocurre algo peligroso, no dejaría que a ella le pasara nada malo.
Más bien creo que le rompería el cuello a quien intentase dañarla....
Ay, Alice...¿Estarás haciendo escenitas mayores de dieciocho ahora mismo?
— ¿Por qué suspiras tanto, si se puede saber?
— Mi amor se ha ido, Deidara...— Bufé, con una mueca triste y dejando reposar mi cabeza en el sofá— Y la echo de menos...Pero mi amor puede con esto.
— ¿Hablas de Shiro, no?— Musitó, con una mueca graciosa.
Asentí, en pucheros.
— Tú también debes echarla de menos, yo lo sé— Formulé, incorporándome— . Y Sasori también. Sasori la necesita. Sasori la ama. Sasori se la quiere fol...
— Vale, ya lo hemos entendido todos— Expresó el rubio, deseando que bajase la voz y me callase— . Vendrá en unos días y podremos tenerla para nosotros otra vez.
— Sí, para los tres...
— No, me refería para Danna y para mí— Dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Sabía que era una broma, pero igualmente le pegué, haciendo que se quejase.
— Perdona, ¡No os la podéis quedar sólo para vosotros!— Exclamé— ¡Me da igual qué clase de relación de poligamia tengáis, esa niña repelente también es mi repelente! Y estoy segura de que yo estoy más avanzada que vosotros— Dije, toda digna y orgullosa.
Deidara posó sus brazos en la parte de arriba del sofá, alzando una ceja como diciendo "cuéntame más".
— Sé desde un principio que tengo que compartirla con vosotros, pero yo también la quiero, eh— Suspiré— . Porque si me la quedo sé que si no, su pelirrojo se la quedará y nunca saldrá de su habitación.
— ¿Ya has dejado de divagar, Misaki?— Pronunció como si nada, haciendo una cara de cansancio— ¿Has tomado demasiado café otra vez?
— Quizás un poco...
Posteriormente de aquello, al fin Itachi y Kisame se levantaron de su largo y profundo sueño. Los saludé a ambos con vehemencia, cuando vi que por detrás venía el hermano pequeño.
Y por el contrario, le sonreí con picardía.
— Pensaba que os habíais quedado en coma— Bromeé con el de azul.
— No, pero después de todo lo que nos hemos tenido que estar moviendo últimamente, nos hacía falta descansar— Contestó masajeándose el brazo, sonriente con aquellos dientes de tiburón— ¿Y Yuki-san?
— Se ha ido en una misión importante, hace unas horas— Expresó Itachi. Lo miré sorprendida— . Me informó antes de irse, por eso lo sé.
Oh, así que lo ha avisado. Seguramente lo ha hecho para que esté al tanto, se tienen confianza.
Observé cómo Sasuke se quedó en el pasillo, hablando con Jugo de algo que realmente no podía escuchar desde allí. Miró repentinamente hacia aquí, y para ocultar mi asombro por la rapidez, le lancé un guiño.
Pero giró la cara, tras quedarse viéndome sin ninguna expresión.
Sí, sí...Tú haz ver como si no lo has visto, amor. Sé que en el fondo te encanta.
O no, pero para mí sí.
Bostecé un poco y empecé a caminar hacia el pasillo, saludando a Suigetsu en el proceso que él venía. Después, hice lo mismo con el azabache.
— Buenos días, Sasukecito— Le sonreí— ¡A ti también, Jugo!
— Buenos días, Misaki— Me respondió el de cabello naranja.
— ¿Adónde vas ahora?— Preguntó el del clan, ladeando la cabeza— Te acabo de ver salir.
— Voy a ducharme— Hablé. Puse una mueca pervertida, señalando mi puerta a lo lejos— . ¿Por qué ese interés? ¿Quieres que nos duchemos juntos?
El de cabello corto suspiró, cruzándose de brazos mientras me repasaba con la mirada. Le guiñé un ojo y le pegué un pequeño codazo en el brazo, bajo su mirada de "qué haces, no me toques".
— Sabes que bromeo, cambia esa cara— Expresé, yéndome hacia mi habitación— . Me gusta cuando sonríes.
Entrecerrando los ojos, él apartó la mirada.
***** ***** ***** *****
...
Salí del baño secándome el cabello, acercándome al armario donde tenía mis camisetas. Abrí el primer cajón y rebusqué entre medio.
Tragué en seco, cambiando mi expresión casi al instante.
Había una camiseta de Hidan.
Lentamente, y como si estuviera paralizada, la fui sacando hasta tenerla estrujada en mi mano. Cerré los ojos con fuerza, intentando olvidarme de todos los recuerdos que me sacaban.
Cogí aire, y la tiré al suelo. Posteriormente, saqué una camiseta de color marrón de manga corta y me la puse, junto a unos pantalones largos estrechos blancos.
Suspiré. Me tiré en seco y de un golpe a la cama, boca abajo y con la almohada en mi cara.
— Misaki, mi hermano pregunta que dónde has puesto el...
Levanté la cabeza veloz, asombrada de haber escuchado su voz y con un mini paro cardíaco del susto.
Me miró, extrañado y serio.
— ¿Qué haces?
— ...¿Ahorrar energía?— Sonreí, nerviosa. Me reincorporé mientras abrazaba el cojín, sonriéndole— No importa, ¿Qué haces aquí, Sasuke?
— Mi hermano— Dijo, adentrándose al cuarto— . Has sido tú la última que ha bebido café, no sabe dónde lo has puesto.
Ah...Mierda.
— Pues...Verás— Expresé, intentando sonar lo más dulce, inocente y aniñada que pude— . Me lo he bebido todo.
Estuve segura, de que en ese momento suspiró internamente. Me encogí de hombros, y me volví a tirar en la cama, mirándole.
— Lo siento, iré a comprar más tarde...— Volví a decir, cerrando los ojos mientras bostezaba.
Él asintió, desinteresado. Contempló toda mi habitación con sus ojos, hasta que bajó la mirada y se percató de algo que había en el suelo. Confundido, la recogió y se acercó a mí, extendiéndome aquella camiseta que hace unos segundos había tirado.
— Toma, estaba en el suelo.
Negué vehemente, con una sonrisa taciturna.
— No, es para tirar— Sonreí. Señalé— . Déjala en la silla si quieres, no la utilizaré más.
— Es bastante grande...Para ser tuya— Murmuró, observándola mientras la dejaba donde había indicado.
Agaché la cabeza y miré mis manos, asintiendo. Desgraciadamente no recordaba que la tenía ahí guardada, si no la habría sacado hacía tiempo.
Era mejor deshacerme de sus recuerdos poco a poco, para ir pasando página...Por mucho que me costase.
Era lo mejor para mí y mi sistema de emociones dramáticos y dolorosos.
— Es que no es mía, es de...— Intenté decir algo coherente, alguna forma de decir que era de alguien que era simplemente "bueno", pero no podía— Un amigo que resultó acabar mal, pero dejémoslo. Hablemos de otra cosa.
— ¿Es de ese de pelo blanco que ha decidido irse por su cuenta?
Parpadeé varias veces, sorprendida y sin saber mucho qué responder a ello.
— ¿Cómo lo sabes?— Formulé una o con la boca.
Casi como si estuviera ofendido, rodó los ojos y se cruzó los brazos. Hice una sonrisa inocente, pareciendo más buena y que no se enfadase tanto.
A ver si lo lograba.
— He notado que ocurría algo extraño con él— Explicó, quedándose frente a mí. Apoyado en la pared mientras lo miraba hablar— . Sobretodo la tensión que había cuando apareció la primera vez que le vi. Tú habías callado de golpe, algo inusual ya que siempre estás gritando por ahí o haciendo la tonta— Dijo, provocando que lo mirase con mala cara— . Y Yuki parecía que quería matarlo en cuanto apareció. Noté cómo se aguantaba las ganas de arrancarle la garganta.
Reí, nerviosa.
— Ah, sí...Yuki tiene esa pequeña tendencia.
Al mantenerme él la mirada, supe que quería que dijera algo más sobre ello; Pero no estaba segura de contar toda la historia justo en este momento.
Aunque sus ojos imponían más de lo que pensaba.
— Bueno, se podría decir que notaste que Yuki quería asesinarlo porque él...Bueno, nos traicionó— Cogí aire— . Aunque a ella nunca le ha caído bien— Sonreí, algo avergonzada. Me tiré de golpe a la cama y dejé salir un resoplido— . Digamos que la relación era buena y confiaba en él, pero resultó ser otra cosa...Ser quien es en realidad.
Pasaron unos segundos, hasta que oí decirle algo.
— Comprendo...
— Por eso mi amiga lo soporta todavía menos, por lo que hizo— Comenté, con pocas ganas de hablar de Hidan — . Pero le hice prometer que no pelease contra él. Aun así sé que es algo fuerte lo que le he pedido...Mas no quiero que vaya a más.
No quería que Ali se metiera en problemas por mí. No deseaba que su preocupación hacia mi persona fuese a más, me hacía sentirme mal e impotente.
Adoraba que se mostrase así de protectora conmigo, no lo iba a negar. Pero odiaba hacerla preocuparse de esa manera, porque sabía que era capaz de muchas cosas.
Me estiré todavía más en el colchón, mirándolo de reojo; Seguía examinándome.
Sonreí y palpé la cama, varias veces.
— Pero dejemos de hablar de eso, ¿Quieres? Así que ven— Pedí, con una sonrisa— . Siéntate aquí conmigo, ¡No estés tan lejos!
Sasuke suspiró, sin hacerme mucho caso.
— ¡Oye, que te estoy hablando!— Exclamé, levantándome de golpe— ¡No me ignores y ven aquí, cuando hablo con alguien tengo que estar cerca de él!
Tras cerrar los ojos un momento, volvió a mirarme con un rostro impasible. Infle mis mofletes y me crucé de brazos, logrando que así alzase una ceja y me mirase con algo de superioridad.
— No— Dijo, arrogante.
— Ven, o te acosaré hasta que al fin lo hagas— Advertí. Más bien, era una amenaza en toda regla. Y pareció que a él le intrigó en vez de asustarle— . Acabarás sentándote y haciendo lo que yo quiero. Tarde o temprano— Expresé, sonriente— . Más vale que sea más pronto que tarde, ¿No crees? Piénsalo...No pararé hasta conseguirlo. Cada minuto, cada segundo. Cada milisegundo estaré...
— Está bien, está bien— Bufó. Dejé salir una sonrisa extrema cuando lo vi aproximarse— . Pero deja de hablar tanto, ¿No te quedas afónica?
Reí, volviendo a palparle la cama para que se sentase a mi lado.
— Nunca me he quedado afónica...— Murmuré— Bueno, miento. Un día grité mucho en un día el nombre de Yuki y al siguiente casi ni pude hablar.
El azabache asintió, como si no quisiera saber la historia que había detrás de eso.
Al fin, se sentó justo a mi costado. Me senté como los indios, en su dirección y mirándolo con una pequeña sonrisita. Él se giró a observarme con una expresión de interrogación, y yo sólo me dediqué a mecerme algo feliz.
— ¿Y ahora qué te pasa?— Habló, frunciendo el ceño.
— Me haces gracia, amor mío— Espeté riéndome por la mueca de indignación que dejó salir— . Te dije que ibas a caer por mí, no puedes resistirte.
Ladeó la cabeza, casi sin ninguna expresión mientras me analizaba de arriba a abajo. Me acerqué un poco más a él dando botes y le guiñé un ojo.
Extendí mis manos hacia el del clan, haciendo que él las mirase por igual.
— Voy a hacer una cosa, así que estate totalmente quieto.
Al instante, me miró a los ojos con desconfianza y recelo.
— ¡Tú confía en mí!— Di voces, medio ofendida por la mirada que me había echado— ¡No te voy a hacer nada malo! Prometido.
— ¿Qué quieres hacer? No.
— ¡No me digas que no antes de no saber qué voy a hacer!— Gruñí— Me voy a acercar, me ates a la cama o me aprisiones.
Probablemente al momento en el que él me iba a agarrar la muñeca para parar de acercarme, fui más rápida que él y llevé mis manos a su cabello. Lo acaricié con entusiasmo, disfrutando de sus puntas hacia arriba mientras lo tocaba.
Sonreí de oreja a oreja, ante su rostro perplejo.
— ¡Siempre he querido hacer esto!— Manifesté, riéndome un poco— Wa...— Murmuré, abstraída y alucinada— Tu pelo es más suave de lo que pensaba, Sasuke. Es agradable al tacto.
¿Cómo se le quedará tan arriba?
Hice una mueca satisfactoria, cuando él de repente fijó sus ojos en mí, haciendo que sintiera algo de nervios por sus ojos. Instantáneamente paré en seco. Pero después volví a seguir con su pelo, desordenándoselo.
Me agarró con sus dos manos mis muñecas y las bajó hasta ponérmelas en mi regazo, sin soltármelas.
— Misaki...Tú nunca tienes un límite, huh...
Sonreí, encogiéndome de hombros.
— No podía evitarlo, amor— Expresé, con un tono de voz gracioso adrede— . Acabo de cumplir un deseo y me encanta. ¡Es tan suave...!— Exclamé cerrando los ojos. Después, empecé a bromear entretanto seguía con sus manos encima de mis muñecas— Pero bueno, tuviste que hacerle caso a Yuki, querido...Ya te dijo que siempre consigo lo que quiero.
La pobre lo sabe de antemano.
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Y aquí el siguiente capítulo. Espero que os guste y sea de vuestro agrado, como siempre :) Muchas gracias por todo~
Bueno, sí...Hoy vemos cómo le va a Maica (?) Y ya lo véis hahahhaxdd No hay mucho que decir, tampoco...Está todo aquí, esta vez. Sasuke ha encontrado la camiseta que Maica había tirado al suelo y obviamente se percató de que ocurría algo con Hidan, él no es tonto xdd Y la salmón tocándole el pelo y poniéndoselo a lo loco HAHAHAHAxddd
Pero bueno, ¿Qué pensáis que ocurrirá? ¿Qué deseáis que ocurra, etc...? (Aunque me lo imagino:v) Aun así, espero vuestros comentarios <3 estoy deseando leerlos. Y si hay suficientes, mañana publicaré otro donde se verá algo diferente ;)
Hasta la próxima.