Pov Alice
Abrí la puerta y entré sin permiso, ya con la katana en mano y desenfundada.
Observé el lugar, oscuro y silencioso. Era el mismo sitio donde antiguamente había estado con Madara y Obito, pero ahora parecía ser que no había nadie.
Fruncí el ceño.
— ¡Ali, espera!— Gritó una voz femenina detrás de mí, me giré para mirarla— Piensa un poco antes, Alice...
— Ya lo he pensado— Dije, alzando mi arma— . Y tengo más que en mente que esa planta tiene que morirse ya.
Mi amiga suspiró, colocándose a mi lado. Sabía que no había manera de contradecirme porque estaba totalmente convencida y, una vez así, no había quien me cambiase de opinión.
Y así salvaría a varias personas, y una de ellas era Madara.
Mai iluminó el lugar encendiendo una vela y me acerqué al centro, asegurándome de si había alguien o no.
Pero no veía a nadie.
— ¿Qué ocurre ahora?
Alcé la mirada y la posé en la puerta de mi derecha, ojeando cómo Obito aparecía por allí colocándose mientras caminaba, la capa de la base. Mas estaba sin máscara, y por lo tanto ambas podíamos ver su rostro.
Ladeé la cabeza y entorné mis ojos, relajándome un poco más en cuanto lo vi a él.
— ¿Dónde está Zetsu?— Me limité a decir.
Alzó una ceja y, acercándose hasta mi posición, no dejó de mirarme hasta que lo apremié con la mirada para que hablase.
Se cruzó de brazos y suspiró, cerrando los ojos como si estuviera pensando en algo.
— No está aquí— Contestó, bastante serio.
— ¿Qué?— Preguntó mi amiga confundida— ¿Y dónde está?
— No lo sé, ya no estaba cuando yo llegué— Dijo. Gruñí a lo bajo y enfundé mi espada, muy a regañadientes. El Uchiha me contempló— . Madara también lo estaba buscando.
— ¿Madara?— Inquirí, algo sorprendida.
— He de decir que no estaba de buen humor, al contrario...— Murmuró, desinteresado por ello— Estaba bastante enfadado, no sé qué le podría hacer cuando se lo encuentre.
Entendía que no estuviera de mal humor porque pocas veces no lo estaba, aun así...Me pregunto qué le llevaría a estar así, de esa manera.
— ¿Por qué estaba tan enfadado?— Dije al fin.
Se quedó callado unos breves instantes, hasta que finalmente volvió a hablar. Aunque ahora parecía más irritado que antes.
— Por varias razones, en realidad— Expresó, frunciendo el ceño. Su voz sonaba impasible, algo acostumbrada estaba ya— . Se fue detrás de él en cuanto vio que aquí no estaba.
Joder...Sí que debía de estar enfadado.
Y yo que quería hablar con él, maldita sea.
— Apuesto lo que quieras a que una de esas razones por las que estaba furioso era porque Zetsu intentó matarte— Me susurró la salmón. Tenía cierta mirada de decisión, pero su sonrisa pícara no dejaba de mostrarse.
Pero no creía que hubiese sido por eso...Más bien por otras razones, como ha dicho mi sombra.
Chasqueé la lengua, algo molesta.
— Luego me vas a tener que responder a unas cosas, mi amor— Me volvió a decir Mai. La miré interrogativa— . Sé que lo sabes pero no lo quieres admitir, aun así...Me tienes que decir algo sobre Madara.
Me extrañé.
— ¿Cómo? ¿Decirte el qué?
— Algo que te concierte a ti y a ese gélido corazón que tienes— Contestó, besándome la mejilla— . Acabo de ver tu expresión, Ali...Y te ataré a una silla si es necesario. Con clavos y cuerdas.
— Te drogas— Bufé, mirando hacia otro lado— . Deja ya las pastillas, Mai.
Ella me pegó un codazo amistoso, pero claramente esta lapa no me la quitaría.
— ¿Venías a matarle?— Preguntó él, haciendo que ambas volviésemos a prestarle atención. Se sentó en el sofá donde una vez me dejó dormida y asentí— ¿A Zetsu o a Madara?— Sonrió de medio lado, cínico y frío.
Sonreí también.
— Oh, venía a por ti— Asentí, haciéndome la dramática— . Tú mismo me lo pediste, querida sombra mía.
— Cierto...— Ahora se levantó, pero me desconcerté un poco ya que Maica, me había dicho que se iba de nuevo con los demás, para ver que hacían. Me fijé como mi amiga salía por la cueva y me sobresalté cuando justamente, tenía al enmascarado a escasa distancia— Tú también me pediste lo mismo.
Dejé salir el aire, crujiéndome los nudillos.
— ¿Alguna otra petición que quieras de mí?— Hablé, desperezándome un poco del sueño que tenía— ¡Ah!— Dije— Claro que sí, me dijiste que te debía una por llevarme a Konoha, ¿No es así?
— ...Sí que eres inteligente.
Lo miré mal; a veces me daban ganas de tirarle un cojín a la cara.
— Sí, lo sé— Admití— . Pero todavía no me has dicho qué es...
Me quedé quieta al bostezar y cerrar los ojos por ello, simplemente escuchando sus pasos acercándose hacia donde ahora me encontraba. Abrí un párpado para observar qué era lo que realmente estaba haciendo y me quedé pensativa de cómo se acercaba.
Ante mi sorpresa, agarró mi brazo súbitamente y me llevó a su beneficio hasta la pared que teníamos detrás. Provocó que mi espalda chocase contra ésta por culpa del Uchiha y él se quedase frente a mí, cogiéndome. Pero ninguno de los dos dijo nada.
Entorné los ojos algo suspicaz, y subí el mentón.
Me miró desde arriba, y no dejó de contemplarme con seriedad ni un solo momento, pero sabía que su mirada no la podría descifrar del todo.
— ¿Quieres saber realmente qué es lo que quiero que hagas?
No sabía por qué, mas la forma en la que había dicho eso me había puesto la piel de gallina.
— Pues ahora no estoy muy segura...— Dije, con mi interior poniéndose algo inquieto. Apreté su brazo, ya que me seguía agarrando— Apártate un poco, Obito...
— ¿Por qué?— Inquirió, sin dejar de moverse. Su voz no paraba de sonar ronca y profunda.
— Porque me estás poniendo nerviosa, joder— Refunfuñé, intentando zafarme de su agarre.
Malditos Uchihas y su maldita manía de acorralar a la gente en las malditas y estúpidas esquinas.
Malditos y estúpidos todos.
Al contrario de mi petición; Se acercó más.
Al ver esto, me pegué a la pared lo más que pude, intentando mantener la distancia de cada uno de los dos.
¿Qué mosca le había picado ahora?
— Obito, no tiene gracia— Gruñí.
— Ahí te equivocas, pequeña...— Murmuró, acercándose a mí. Lo último que vi al aproximarse tanto, fue su sonrisa taimada— Para mí tiene mucha.
De nuevo gruñí, pero algo más intranquila. Lo empujé meramente, pero olvidé al completo que él también tenía una fuerza sobrehumana gracias a diversas células y que mi fuerza, no se comparaba en nada a la de él.
Por lo que evitó que me fuera.
Me contuve al notar su respiración en mi nuca, acercándose poco a poco, y cerré los ojos por puro impulso. Mas cuando ya la sentía más cerca, y pude jurar que su aliento era más frío que cálido, se apartó de mí con gran parsimonia. Abrí los ojos a lo grande, y vi cómo me contemplaba con una mirada entre seria, penetrante y algo maligna.
Me soltó.
— He comprobado lo que quería— Sonrió arrogante— . Ya has respondido mi petición...A medias.
— ¿De qué hablas?— Expresé, sin enterarme de nada.
Se dio media vuelta y agarró la máscara que tenía en la mesa, colocándosela. Me miró de reojo.
— Te toca seguirme...
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...
— Pensaba que me ibas a hacer un striptease — Admití, mirando a la nada mientras caminábamos. Su máscara se enfocó en mí, y me encogí de hombros— . He visto muchas cosas en internet...
— Hazlo tú por mí, si tantas ganas tienes.
Negué.
— Corro el riesgo de caerme y quedar mal, prefiero que no— Dije. Rodé los ojos al recordar una cosa— Además, cierta persona energética se encargó de que...
— Hemos llegado— Habló.
Lo miré de soslayo, con mal humor y de brazos cruzados.
— Gracias por ignorarme— Bufé.
— De nada— Murmuró, con cinismo.
Ganas de tirarle algo a la cara; Aumentando.
Le seguí algo desconfiada y pasamos por un templo algo destruido. Estaba lloviendo un poco y la niebla se aproximaba cada vez más, pero yo simplemente seguía los pasos de mi guía.
— ¿Sabes?— Dije. Él se giró a mirarme, mas no respondió. Me lo tomé como una señal para que siguiera hablando— A veces creo que los de vuestro clan tienen como un...Don, para que desee pegarles o tirarles algo justo entre ceja y ceja. Y me quedaría tan a gusto que ni te lo puedes imaginar.
— ¿Ah, de verdad? Lo noto de vez en cuando en tu cara— Expresó, cruzándose de brazos— . Puede que tengas razón...O sea tu ira resentida.
— Ambas— Admití, muy segura de mí misma. Apostaría lo que fuera a que eran así de odiosos— . Aunque en eso se lleva el premio Madara...
He tenido tantas ganas de tirarle un sillazo a la cara tantas veces que ya he perdido la cuenta.
— Eso es lo que dices, pero aun así sigues a su lado— Musitó, impasible— . Cosa que todavía no comprendo.
Entrecerré los ojos y me coloqué mi capucha, más tensa que antes por sus palabras.
— Yo lo comprendo menos que tú...— Suspiré.
Se paró en seco, posando su vista frente a la nada que estaba el templo rojo. Subí un escalón un tanto peligroso y al fin estuve arriba. Me acerqué a él algo severa y observadora por saber dónde me había traído.
Cuando puse mi vista al frente, no supe ni qué pensar.
— Hay muchas cosas que quiero averiguar de ti, Alice...— Murmuró, todavía mirando frente a nosotros. Lo ojeé algo melancólica— Pero hay otras que tú también tienes que concebir; Así que mira al frente, porque esto lo hicieron personas. El mundo que tú quieres salvar.
Apreté el puño.
Era todo un espacio abierto, donde probablemente antes habían matojos de árboles y dispersa hierba fresca. Por no decir que, probablemente si había un templo antiguo, hasta hubiesen casas aquí.
Pero ya no había nada, sólo escombros.
Sabía lo que estaba tratando de hacer, pero aun así no dejaba de tener razón.
— Obito— Dije, bastante calmada. Sin responder me miró, pero yo alcé la vista para contemplar el cielo— . Te aseguro que desde la primera vez que supe de vuestro plan, una parte de mí estaba de acuerdo con vosotros— Afirmé, recordando todo lo que vi con Maica— . Los humanos somos destructivos, suicidas y siempre la tomamos antes con el débil.
Sabía todo eso, pero aun así...Nadie me podía decir que no había esperanza, porque con nuestros actos la habíamos hecho.
Salvamos a mi pelirrojo, a Dei-chan, a la mitad de Konoha, al otro Uzumaki...
— Hay muchísima maldad en el mundo, no te lo discuto— Suspiré. Ahora, bajé la mirada para centrarme en las gotas de lluvia. Sonreí débilmente— . Es cruel, y sí, está lleno de oscuridad. Yo misma lo he visto, como me dijiste una vez...Pero en cierta parte de él, también está lo que es la bondad y compasión. El amor, el querer luchar por los que quieres...
Entendía muy bien los pensamientos de Obito y Madara. El querer cambiar el mundo mediante de un sueño para dejar las guerras, porque éramos así de incompetentes.
Y creía firmemente que lo éramos, pero no podía quedarme quieta y ver eso. No todo el mundo tenía la culpa.
— Siempre hay una segunda oportunidad para todo— Articulé, ahora posando mis ojos en él— . No me cansaré cuántas veces trates de demostrarme que no hay vuelta atrás, de demostrarte que sí. Yo podría mostrarte otras cosas que enseñasen que no todo es esto— Sonreí, ahora algo cínica— . Si no, fíjate en mi Maica y en mí.
Durante unos minutos que se mantuvo callado y lo único que se escuchó fue la lluvia caer más fuerte, cambió su atención de mi persona, a los escombros.
— ...No creo en algo tan bonito como eso.
Me acerqué a él y le pegué un pequeño empujón, sólo para hacerle mover del sitio.
— Yo creo que sí, aunque no lo quieras admitir— Dije, alzando las cejas con algo de reproche— . Por algo siempre estás tratando de hacerme ver que no hay esperanza para nada...
Sólo te estás engañando, al igual que cierto cabezota que conozco.
Además de que...Aunque ellos quieran la verdadera utopía, están siendo engañados por Zetsu. Ya que eso que vio Madara en la tabla no era más que una treta para hacer revivir a su madre, Kaguya.
— Además, estaré aquí para demostrártelo— Dije, con una pizca de malicia. Se giró a observarme— . Recuerda lo que hablamos y en qué llegamos, Obito.
Escuché su leve risa tosca ( y arrogante) saliendo de él, así que me senté en una roca que había al lado.
— Pero oye, si te soy tan molesta y no hago más que entrometerme en tus planes, ya sabes...— Musité, mirándolo con picardía— Mátame tú— Bromeé, recordando las palabras de aquella vez.
Pude notar que sonrió, a lo típico Uchiha.
— Será mejor que nos vayamos, está oscureciendo— Habló cambiando de tema. Asentí mirando el cielo y me levanté, acercándome a él— . Ven, acércate.
Cuando di unos cuantos pasos más para que la mano de él me agarrase como siempre, mi estómago rugió.
Me quedé petrificada.
— Eh...— Subí la mirada. Sí, me moría de hambre y él también lo sabía— Creo que he visto algún puesto aquí cerca...Si no te es mucha molestia, pues...
Por favor, que cuele. Qué cuele...Quiero comer algo, lo que sea.
— ...Está bien— Suspiró— . Vamos.
Bingo.
Y sin más, emprendimos de nuevo la caminata hacia el bar donde antiguamente habíamos pasado para ir al templo.
Había poca gente en las calles, lo que nos daba más oportunidad de ir tranquilos y sin tener que posar nuestra mirada en todos los que la posaban en nosotros. Miré de reojo a Obito, quien seguía caminando a mi lado.
Sin dudarlo quería que él también tuviera un mejor momento.
Abrimos la puerta corredera y entramos, sentándonos en los pupitres cerca del mostrador.
— ¿Tú vas a querer algo de comer?— Le pregunté.
— No, sólo beberé un poco— Asentí, pedí y bebí el agua que había pedido. Cuando me paré al recordar una escena.
Dei-chan intentando ver el rostro de Tobi mientras se comía un dango.
Me tapé el rostro, intentando ocultar la gracia que me hacía memorizar aquel momento.
Pero el enmascarado se dio cuenta. Se acercó más a mí, destapándome las manos.
— ¿Qué haces?— Inquirió, mirándome desde abajo porque estaba intentando obstaculizarlo— ¿Por qué te tapas?— murmuró, frunciendo el ceño cuando le quité las manos para que no lo hiciera— Estate quieta y déjame verte la cara, Alice.
Negué varias veces con la cabeza.
— Me acabo de acordar de una cosa, simplemente— Dije, recobrando mis sentidos. Lo miré de repente con seriedad y se apartó un poco, destapando la máscara hasta dejar ver simplemente sus labios para beber— . No me hagas caso...
— Ajá...— Musitó, reacio.
Miré hacia otro lado, pensativa.
En cuanto vuelva, iré con Maica, Sasuke e Itachi a por Danzō. No voy a esperar más para enterrar a esa basura.
Después sin duda tendré que ir a hablar con Nagato y los demás, pero antes estaba la venganza contra ese hombre y asegurarme de varias cosas.
Tendré que hablar con mi hermano y con Kakashi.
— Te veo cansada, Alice...— Dijo. Perfectamente podría tener un rostro serio debajo de esa careta, pero juraría que se burlaba— ¿No apagarás el interruptor y te dormirás como otras veces, verdad?— Me habló Obito, haciéndome volver al mundo real.
Bueno, eso del mundo real no estaba del todo segura.
Sonreí con sarcasmo.
— Bueno, si me acabo durmiendo que, aclaro, estoy muerta de sueño— Expuse— . Me tendrás que llevar a caballito o en brazos— Me encogí de hombros— . Lo siento de antemano.
— No sería la primera vez que lo hago...— Murmuró.
— Sí, pero esta vez no estaré borracha, ¿eh?— Fruncí el ceño. Me miró por el resquicio que tenía, a saber qué pensaría— No volveré a cometer ese error.
— Lo recuerdo perfectamente— Comentó, sereno— . Me fijé bastante de que eres muy mala tolerando el alcohol.
No sé por qué, pero me ofendí.
— No soy mala, es sólo que me lo bebí todo de un trago— Me defendí, cruzándome de brazos.
De nuevo, murmuró un "mmm" bastante egocéntrico. Se notaba a leguas que no creía mis palabras y totalmente lo único que veía en ese momento, era yo en aquella situación cuando me equivoqué y no tomé medicina, si no sake...
Y me puse borracha, en otras palabras. Y después me desperté con él a su lado, pero...Mejor dejar esa parte.
Le puse mala cara y bufé.
Seguí pensando en lo anterior, mientras comía y observaba fijamente y sin razón aparente al enmascarado.
No estoy segura de si seguirá siendo así, pero algo me dice que sí, por lo tanto...Debo de estar segura y preparada si resulta que Maica y yo vamos al plan inicial.
Vi cómo Obito apoyaba su mano en el mentón y me observaba, sin saber realmente en qué estaba yo pensando o intentando descifrarlo.
Si todos habían quedado en que Sasuke era una amenaza y querían hacerlo desaparecer de la faz de la tierra, eso significaba que...
— Si quieres te demuestro en un minuto mi tolerancia—Manifesté, retadora— . Pero antes dime una cosa...¿Sabes dónde se reúnen los Kages, no es así?
— Es posible— Contestó, suspicaz— ¿Por qué?
Me apoyé en el soporte y entrecerré los ojos, astuta.
Sí, significaba que iban a tener la asamblea tarde o temprano para acordarlo, como estaba previsto. Para que cada kage de su propia aldea, propusiera sus ideas y pensamientos...Problemáticos.
— Porque...¿No podremos faltar, no?— Articulé— Habrá que hacerles una inesperada y encantadora visita a todos.
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Aquí está el siguiente, espero que os guste como siempre y lo disfrutéis.
Oh, sí. A parte de que Zetsu no estaba y Madara había ido en su búsqueda...(cabe recalcar que sí, estaba bastante cabreado y va detrás de él para devanarle el pescuezo xdd), Alice tiene pensado ir con Sasuke y Maica a la reunión, tal y como estaba previsto desde un principio.
¿Por qué? Porque en parte, ella también sabe que muchas cosas no deben de ser cambiadas por el bien de los demás. Y porque así, sería más fácil agarrar a Danzo...Ya lo veréis en el siguiente.
Y bien, ¿Qué pensáis? ¿Qué ocurrirá si se presentan allí? ¿Qué estará ocurriendo en la hoja en esos instantes? Bueno, todos los pensamientos (sean randoms o no :v) son bienvenidos. Ya sabéis que me gusta leer todo lo que se os pasa por la cabeza y vuestras teorías xddd
Hasta la próxima.