Mundo deseado|Akatsuki & Naru...

By YukiKuroi15

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Dos chicas van a parar al universo de Naruto, donde juntas superarán los obstáculos que les lleguen e intenta... More

1.Deseos
2.Nuevo mundo
3. Llegada
4. El comienzo
5. Sorpresas y Secretos
6. Silencio
7. Revelaciones
8. Confusión
9. Misión
10. Konoha
11. Konoha de todos
12. Problemas y Promesas
Aviso urgente
13. Entre las sombras
14. Día problemático
15. Enigmas
16. Distintos juegos
17. Partida
18. A por la recompensa
19. Eita, la recompensa
20. Pergaminos y silencio
21. Complicaciones aparte
22. Situación dolorosa
23. Un amargo sentimiento
24. Verdades ocultas
25. Emotividad tóxica
26. La hora punta.
27. Enfrentamiento.
28. Confrontaciones y pensamientos opuestos.
29. Objetivo incomprendido
30. Extrañezas
31. No es una mentira, es no contar toda la verdad
32. Sabio encuentro
33. Información peligrosa
34. Realidad e ilusión
35. Detrás de la sombra...Nadie
36. Parte de verdad
37. El fuego que se acerca
38. Tope fraternal
39. Vínculo de sangre
40. Algo más allá
41. Objetivo; Grito de venganza azulada
42: Rumbo cambiante
43. La otra mitad de dos
44. Diferente vida, mismo yo
45. Serpiente blanca I
46. Serpiente blanca II
47. Diferencias reales.
48. Cosas inusuales
49. Destino aparente
50. Aldeano
51. Momentos diferentes
52. Utilidad
53. A flor de piel
54. Punto sin retorno
55. La frialdad inmortal
56: Contenido erróneo
57. La otra cara de la moneda
58. Visión o profecía
59. Opacidad
60. Sensación
61. Esfuerzo
62: Rojo y dorado
63: Virtuoso
64: Los verdaderos mercenarios
65. Descubrimiento
66. Acorde
67. Lágrimas y respiración débil
68. Incondicional
69. Revés
70. Pasado por recordar 1/2
71. Pasado por recordar 2/2
72: Zafiro en bruto
73. Dificultad
74: Su particular color carmesí
75. Indagación
76. Recorrido
77. Antigua profecía
78. Ataque
80. Sálvame
81. Cambios y mentalidades
82. Miel
83. Antes de la tormenta
84. Familia
85. Plácido sueño
86. Kage
87. Sentencia
88. Dulce venganza
89. Certeza
90. Mortal
Especial
0. Antaño (Especial Alice)
91. Nuevo
92. Un nuevo inicio
93: Continuo.
94: Lazos
95: Fortaleza a la par
96. Riesgo
97. Fuego negro
98. Un toque frío y oscuro
99. Al borde del abismo
100. Algo más brillante
101. Ese enemigo en común
102. Palabras y un secreto
103. Ritmo veloz
104. Pisadas esclarecedoras
105. Movedizo
106. Inquietamente hipnótico
107. Tacto
108. Pigmentación
109. Infectados
110. Pasado, presente y futuro
0. Algo importante.

79. Baile entre nubes y hojas

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By YukiKuroi15

Podéis poner la música desde el punto de siempre # , pero cuando veáis el salto del final, no la pongáis. O sea, cuando veáis "fin # " significa que ahí lo música no hay que ponerla ;)

****** ****** ****** ******

...

Leo reforzó su cuerpo, con una sonrisa ladina decorando su rostro. Se acercó al cuerpo de Zetsu y se sentó encima de su espalda, negándole toda posibilidad de que se levantase.

Ahora, tenía suficiente chakra y estaba su hermana al lado.

El Akatsuki gruñó de dolor al sentir el pesado acero encima de él.

Moriréis antes de que consigáis salvar a nadie más.—Musitó, mirando con odio a Alice—Tendréis tu amiga y tú algunos de vuestro lado, pero Obito y Madara siguen conmigo.

La azabache alzó una ceja y suspiró.

Sin más, sacó un kunai de dentro de su capa y haciendo un movimiento para poner la punta hacia abajo, se lo clavó en la mano de un tirón.

¡Malnacida!—Gritó.

—Ellos estarán contigo por poco tiempo.—Dijo, insensible—Madara es autoritario, cuando sepa toda la  verdad no dejará que lo estés manipulando.

—Uh, sí...—Murmuró su hermano, juguetón. Cuando el verdoso lo iba a mirar, el chico golpeó su cabeza contra el suelo con fuerza—¿Sabes? Creo que estaremos por aquí dando problemas un poco más. Sabrás lo que es que seamos un verdadero incordio...—Sonrió—Y más ella y yo juntos.

Su hermana sonrió, pícara.

Pero Zetsu colocó a duras penas sus dos brazos en el suelo, con la intención de volver a desparecer por él. Aun así...Había un problema.

Casi no se podía mover.

—¿Qué...?—Murmuró, incrédulo.

La ojiazul se hizo la desinteresada y al fin, se levantó. Quedándose parada frente a él, colocó sus dos manos en la empuñadura de su katana, apoyándose.

Ah, sí...—Habló, impasible—Te estarás preguntando por qué no te puedes mover, ¿verdad?—Sonrió—Bueno, la respuesta es fácil; Estás envenenado.

Él subió la mirada.

¿Envenenado?

—Así es.—Afirmó ella—Y es de los más potentes que hay, déjame decirte. Así que...—Susurró, ladeando la cabeza—Será mejor que nos hagas caso.

Os juro que tarde o temprano, acabaréis muertos...—Chasqueó, hostil—No dejaré que nada ni nadie se interponga en mi plan y el de mi madre.

Ali se rió entre dientes, llevándose la mano a la cara. Pero, por otra parte, Leo se agachó más hacia él.

Te juramos que tarde o temprano, quien acabe muerto serás tú, Zetsu.—Dijo él—No dejaremos que nada ni nadie, se interponga en el nuestro. Y mucho menos en mi hermana.

Deja en paz a Madara y Obito.—Ordenó la joven, con una mirada oscura—Te aseguro que ahora lo único que tengo ganas es de partirte la cara, pero estoy aguantándome.

Esos dos tienen sus ideales inculcados, no cambiarán así como así a estas alturas.—Expresó, con una sonrisa siniestra—Ella será revivida.

La de la trenza realmente pensó en que se sentiría bien verlo muerto, pero todavía tenía que sonsacarle cosas.

Y, más valía que lo hiciera rápido porque, por mucho que Maica estuviera apaciguando al sádico de su novio junto a Kakashi, Kakuzu y Kisame estaban por ahí, y el moreno de los corazones era bastante peligroso.

Sólo hacía falta observar el panorama y la aldea, toda destruida.

—Y unos mocosos como vosotros no lograreis que sea un sueño inalcanzable.

Apartó las manos y cambió su vista al que acababa de hablar, fría y sarcástica.

Todo lo que había ocurrido, y lo que supuestamente ocurriría, era por él. Zetsu era el culpable de todo.

Del odio, del karma, de las guerras y batallas...

¿Has visto hasta dónde hemos llegado, no?—Inquirió ella, severa—Estoy segura que sabes perfectamente cuán incordio y obstinada podemos llegar a ser.—Expuso, sin reparo—Hemos llegado lejos, y lo haremos todavía más, ¿Me escuchas?

La planta iba a pronunciar algo después de ella, mas las palabras no salían de su boca; El veneno estaba haciendo efecto, y poco a poco se iba expandiendo por su cuerpo.

—No...—Tragó en seco, midiendo lo que decía—No lo lograréis...

Ella alzó una ceja.

Posteriormente, se crujió los nudillos de los dedos y elevó su espada, desincrustándola del suelo. Dio un pequeño rodeo por donde estaban ellos dos y observó el lugar, concienciándose del tiempo que tenían y lo que debían de hacer.

Si te mato ahora...Eso sería otro cantar.

Los hermanos se miraron, asintiéndose.

Los dos estaban de acuerdo en ejecutarlo de una vez por todas; Ambos estaban deseándolo.

Mas, cuando Leo iba a asestar el golpe final, detrás de Alice apareció alguien nuevo; Un ninja de la aldea.

¡Otro Akatsuki aquí!—Gruñó él, dirigiéndose hacia ella—¡Prepárate para morir, criminal!

¿Quién es, Yukine?—Preguntó ella. Él se encogió de hombros.

Ni idea, algún ninja común de por aquí.

La ojiverde suspiró y empuñando su katana, lo señaló. Esperó hasta que se acercase unos cuantos pasos más para dejarlo inconsciente.

Pero alguien fue más rápida que ella.

Repentinamente, el cuerpo de aquél hombre cayó desplomado al suelo sin respuesta aparente. En cuanto Alice observó al caer a la tierra, a una persona con una máscara de ANBU, entrecerró los ojos con desconfiada, sin dejar la posición de ataque.

Sin inmutarse, se acercó hacia ella y tocó su máscara, confundiéndola todavía más.

Pero cuando vio que la deslizaba un poco hasta poder ver parte de su rostro, abrió los ojos en señal de sorpresa.

¿Itachi?

—Recibí tu aviso, al final.—Comentó, resguardándose de nuevo en aquella máscara.

Ella se acercó a él, con cuidado.

¿De dónde has conseguido la ropa y la careta de ANBU?—Preguntó, confusa.

—De cuando era uno de ellos.—Respondió, serio. Miró a los lados, y posteriormente bajó la mirada para observar a Zetsu—La he tenido guardada todo este tiempo.

Bien, así no te descubrirán y habrán más problemas.—Asintió ella, en una pequeña sonrisa. Señaló con su arma a quien tenían en el suelo y se encogió de hombros—Esto, bueno...Estamos en ello.

Ya lo veo, ya...

Leo, quien los observaba atentamente y con una mirada seria, no se levantaba de encima del Akatsuki ni un momento.

Hasta que sintió el suelo retumbar.

Los tres se giraron en su dirección, para darse cuenta de que justamente, uno de los corazones de Kakuzu estaba detrás de su hermano.

¡Yukine!—Gritó su hermana, acercándose a él.

De un salto, se trasladó a la derecha, evitando así que el golpe de aire lo tocase.

El viento recorrió la zona entera, elevando más los polvos del suelo por el impacto y nublándoles la visión. Fue abriendo poco a poco los ojos cuando sintió que el aire apaciguaba, para levantarse segundos después alarmado en busca de su hermana.

Pero por suerte Itachi la había cogido y la tenía a su lado, a salvo de aquel bicho.

Aun así, ella saltó de los brazos del Uchiha para correr a la antigua posición que estaban, inquieta. A una prudente distancia, se fue acercando, con el azabache de cabello largo a su lado.

En cuanto Leo escuchó a su hermana maldecir y chasquear la lengua, lo supo.

En ese preciso instante, Zetsu se estaba separando en dos con todas las mínimas fuerzas que tenía. Así, dividiría el efecto del veneno y no llegaría a ser mortífero.

#

—Maldita sea.

El Ōtsutsuki  rió con arrogancia una vez sus dos contrapartes, estaban separadas; Había tenido la oportunidad de escaparse y, ahora...Intentaría coger otra brecha para volver a hacerlo.

—Como si te fueras a escapar...—Murmuró la joven con una increíble frialdad, elevando su mano libre hacia el cielo.

Su hermano se reforzó y lo acorraló por detrás, mientras su hermana hacía sellos y arriba, aparecían unos picos de hielo directos para caer en cualquier momento, en picado.

La parte blanca y negra volvieron a sonreír en cuanto se escuchó un nuevo estruendo, pero ninguno de los tres se inmutaron. Lentamente se agacharon, pero no les dio tiempo ya que Alice, supo que era momento de que fueran empalados.

Y dejó bajar los picos, incrustándose uno a uno en la tierra.

—Itachi, ves a ayudar a Misaki, por favor.—Pidió Ali, de espaldas.

Éste asintió, no muy convencido de dejarla sola.

Aun así, en un momento, desapareció.

Entretanto, Zetsu logró esquivar algunos de ellos, mas por desgracia para el blanco, uno había logrado tocarle y atravesarle la pierna.

Pero el negro estaba seguro, ya que ninguno de ellos había llegado a él. Aunque con lo que no contaba, era con que Leo sabía que lo iba a hacer.

Y por eso lo estaba esperando donde llegó a caer, para insertarle todo lo que pudo el acero de su puño en la columna y mandarlo a la otra esquina.

Y lo hizo.

—Eso por todo lo que estarás por hacer, desgraciado.—Expresó el ojiverde, al verlo empotrado contra el suelo al caer rodando varias veces.

Los pasos de Alice se acercaron más a la parte oscura, pero cesó en seco ante un grito.

—¡Hidan, no!

Instantáneamente, dirigió su mirada a su mejor amiga, preocupada.

¿Qué estaba ocurriendo?

—¡Alice!—Exclamó Leo, corriendo hacia el Zetsu blanco.

Y, de nuevo y con velocidad, su mirada se posicionó en la planta.

Estaban desapareciendo por el suelo. Ambos.

—¡Cobarde!—Dio voces ella, con enfado.

Como su hermano, corrió al que más cerca tenía; Al negro. Pero antes de poder llegar hacia él, lo último que vio fue una sonrisa satírica y, consigo, el sonido del golpe de su familiar retumbando en la tierra.

Pero también habían desaparecido.

La azabache apretó el puño, llena de rabia; Al menos, sabía le habían dado un ultimátum y que ahora, él estaba consciente de que no era un juego.

—Será cobarde...—Murmuró la chica.

El ojiverde llegó a su lado, con la misma cara de seriedad e ironía que ella. Le colocó una mano en su hombro, suspirando.

Tranquila, hermana.—Dijo, alzando una ceja—Hemos conseguido lo que queríamos. Ahora se ha dado cuenta de lo que somos capaces y que no daremos marcha atrás.

Ella cerró los ojos.

...Tienes razón.

Bufó y se masajeó la sien. Pasaron unos segundos hasta que abrió los ojos y prestó atención a la zona donde se encontraban Kakashi y su mejor amiga.

Entornó los ojos para observarlo mejor, intentando ver algo.

Hidan tenía mala cara, y la aparición de cierto enmascarado —Itachi con la de ANBU , no le hacía mucha gracia y sobretodo, le fastidiaba verse tan confundido.

Él quería sacrificar a todos los que se encontrase, menos a ella. La que se estaba interponiendo en su camino; Misaki.

Un grave problema para muchos.

En un instante, Alice miró hacia arriba, observando el pájaro que seguía volando por encima de ella. Subió la mano y la movió de un lado a otro, dando una seña.

***** ***** ***** *****

...

—Hidan, basta.

Él alzó una ceja, e hizo una mueca de disgusto.

—¿Por qué?—Preguntó, rascándose la nuca en un gesto desesperado—¡No lo entiendo! ¿¡Qué cojones haces protegiéndolos!?—Gritó—¡Sólo sirven para ser un sacrificio hacia Jashin!

—¡¿No me puede hacer caso o qué?!—Exclamó la salmón, odiando la forma en la que discutían.

Él gruñó, y apretó el mango de su guadaña. Pero Maica, no se movía de donde estaba, y mantenía su mirada decidida.

—Misaki...—Murmuró—Apártate.

Ella negó con la cabeza.

—¡No!—Dijo, cruzándose de brazos—¡Sal de aquí, ahora! ¡Lárgate a otro sitio a hacer sacrificios!

—¡El líder nos ha ordenado venir y atacar!

—¡¿Y tú desde cuándo haces caso al líder?!—Volvió a dar voces, ya exasperada.

El alboroto se hacía más notorio en todas partes; Cerca de ahí, por no decir que casi al lado, estaba el otro inmortal luchando contra los del equipo de Asuma y Gai. Intentando batallar con todas sus fuerzas.

Y ya habían muerto algunos compañeros suyos, pero por suerte no había renovado el corazón que le faltaba.

—¡Kakashi...!—Habló el de la eterna juventud—¡Amigo mío, te necesitamos aquí!

El albino se dio por aludido y analizó el panorama de sus compañeros con preocupación y severidad; Realmente, no lo estaban pasando bien.

Frunció el ceño y miró al religioso, quien éste lo observaba con ansia de sangre.

—Ves, estaré bien aquí.—Dijo la de cabello corto. Señaló al enmascarado que tenía al lado—Además, tengo ayuda.

El ninja copia lo miró receloso e interesado.

—¿Quién es, un aliado vuestro?—Preguntó, intentando fijarse en quién había detrás. Pero casi lo intuía, sobretodo...Por ciertos factores.

Sin embargo, Itachi sólo se mantenía en un silencio sepulcral.

—Sí, está con nosotros.—Musitó ella, sonriendo con tranquilidad—Es de fiar, así que ves. Estaremos bien.

Él asintió. Sin más, saltó para bajar a ayudar a sus otros compañeros a reventar cada corazón que le quedase.

No podía dejar que nadie más muriese frente a él.

—¡Joder, Misa!—Que quejó el pálido, moviendo su arma de un lado a otro—¡No me lo estás poniendo fácil! ¡Necesito hacer esto!

—Mátala, Hidan.

Silencio.

Ambos parpadearon, y observaron la voz que lo había dicho.

—¿Qué acabas de decir, Kakuzu?—Interrogó ella, desconcertada.

Todos pararon de luchar, y el moreno simplemente se quedó en posición de ataque, hablando a su otro compañero.

—Eres demasiado ingenua y sensible, Misaki.—Volvió a decir—Tú siempre quieres salvarlos a todos, y aquí no se puede.

Mai tragó en seco.

—No puede ponerse en medio y evitar una orden que nos han mandado directamente.—Expuso, hostil—Si te estorba tanto porque quiere salvar a las personas, quítala de en medio. Es lo que yo hacía.

La ojimiel posó su mirada en el albino, con el corazón roto. Él parecía igual de sorprendido y desorientado que ella, y no articulaba palabra.

—Hidan...—Murmuró ella—¿No lo estarás pensando, verdad?

El nombrado arrugó la nariz y chasqueó la lengua, estrujando el mango de su querida arma con fiereza.

—Misaki, no me hagas volver a repetírtelo...—Expuso—Apártate de ahí.

Volvió a tragar en seco.

—...No.—Susurró, conteniéndose—Lo siento...

...

...

El pájaro blanco bajó poco a poco, hasta que aterrizó en el suelo. Con una pequeña sonrisa, Alice vio cómo Sasori y Deidara bajaban de él, cada uno con una expresión diferente.

No sabéis cuánto me alegra veros, chicos.—Dijo ella, sonriendo débilmente.

El rubio hizo una mueca extraña, pero también sonrío. Sinceramente, él estaba más que confundido.

No sé por qué Danna me ha dicho que no atacásemos con los demás, pero...—Habló, mirando al chico azabache que estaba al lado de ella—Creo que ahora me hago una idea.

Te lo explicaré más tarde, Dei-chan.—Manifestó—Es...Complicado.

¿Estás bien?—Preguntó el de la arena.

Ali asintió.

—No hizo falta ni avisarte, ¿verdad?—Inquirió ella, con una sonrisa melancólica.

No...—Suspiró él—En cuanto escuchamos al líder decirlo, estuve al tanto que era lo que habíamos hablado.

—Sé que lo hablamos y planeamos, pero...—Ladeo la cabeza, incierta—No tenías por qué, en verdad. Y no quería poneros en peligro ni exponeros...Gracias, pelirrojo.

El marionetista se cruzó de brazos y con una pequeña sonrisa ladina, hizo un breve gesto.

—Antes estoy de tu lado que el de la organización, Yuki.

Sus ojos no hicieron esperar la expectación que sintió al escuchar aquello, pero se sentía conmovida y feliz. Y la sonrisa surcó en su rostro sin aviso.

Ahora mismo te podría estrujar entre mis brazos, ¿Sabes? —Dijo, llevándose la mano al pecho y sonriendo—Pelirrojo...Hasta te besaría.

Él también sonrío con picardía, pero Deidara puso los brazos en alto.

¿Y a mí no o qué?—Comentó, indignado—Te recuerdo que también he dejado mi amor por las explosiones y mi cargo de Akatsuki simplemente para ayudarte, Shiro.

—Oh, es cierto...—Murmuró ella, acercándose a ellos—¿También quieres uno? No me seas celoso de mi pelirrojo. Ven aquí, Dei-chan~.

El de ojos azules puso una mueca fingida de disgusto y giró el rostro.

No, dáselo a él.

Aquí nadie besa a nadie.—Cortó Leo, con una mirada oscura—Lo prohíbo.

Su hermana rodó los ojos, pero sabía que el león era así y nunca cambiaría. Moviendo un poco el hombro, volvió a prestar atención a sus amigos y los miró, seria.

—Iré con Misaki, vosotros haced lo que tengáis que hacer.—Dijo—No quiero que os pase nada por mi culpa.

—No te preocupes por nosotros.—Pronunció el explosivo, orgulloso y arrogante—Ninguno se ha dado cuenta de lo que hacíamos o dejábamos de hacer, hemos estado volando hasta que te hemos visto.

—Bien...—Suspiró—Os veré después, os avisa...

¡No puede ser! ¡Cuidado!

Aquél grito hizo eco en toda la aldea, ya que provenían de más de un ciudadano y ninja. Ninguno sabía, a excepción de los que lo habían visto, qué era lo que estaba ocurriendo.

Furiosos alaridos, palabrería, golpes...

Y los tres, Misaki, Yuki y Yukine...Estaban más nerviosos que los demás por saber qué era.

¡Ino, ten cuidado!

—¡Sakura, por encima!—Gritó la rubia—¡Hinata, ahora!

—No puede ser...¿Qué hace Konan aquí?—Se preguntó a si misma la salmón, observando la pelea.

La mente de la azabache se quedó dudosa durante unos pocos segundos, hasta  que volvió a la tierra.

—Eso quiere decir que...—Murmuró su amiga—¿Él también está aquí?

Alice miró inquieta a su hermano, y éste le devolvió la mirada.

—Dei-chan, Sasori...Os tengo que dejar.

Y corrió al lado de su amiga a toda prisa, sin dejarse un ápice de lo que ocurría y lo que temía.

Una vez estuvo a su lado y la ojimiel se dio cuenta, se giró hacia ella, alarmada.

Por otro lado, Kakashi primero examinó lo que ocurría, y después miró a la azabache que estaba por encima de él, en un techo caído.

Se acercó a su compañero y le susurró.

¿Cuántos corazones habéis asesinado?

—Por el momento...—Suspiró, agotado—Dos.

Él asintió, pensativo; Bien habían destrozado dos de cinco corazones, pero todavía quedaban tres.

Y con la aparición del ángel, ahora quizás se podía complicar más.

La del zorro arrugó la nariz mientras miraba en aquella dirección, abstraída y desconfiada. También dudosa, si cabía. Pero Maica, no hizo más que mirar hacia adelante y ver que, el albino que antes estaba frente a ella, había desaparecido.

Ya no estaba con ella.

Bajó la mirada, apenada; ¿Eso qué significaba?

En un movimiento que su mejor amiga iba a hacer para acercarse a observarlo más, la salmón la paró.

—¡No, es peligroso!

—Pero Mai...—Articuló.

Kakashi comenzó a atacar a Kakuzu, aprovechando que había sido despistado por el ruido de la batalla que tenía detrás. Por suerte, logró asestarle un golpe como para hacerlo tambalear.

Pero, así, podía hacer que sus compañeros fueran a por sus otros corazones e ir uno por uno.

Konan elevó la mano en dirección a la pelirrosa; la había llenado de papel, al igual que a las otras dos. Mas no las había matado, y hubiese sido fácil para ella hacerlo.

Porque no estaba en sus planes, y lo que ella hacía allí, era buscar a otras dos.

Yuki agarró de la manga a Maica y se la llevó al techo de un edificio que no había sido derrumbado, distanciadas de aquello para poder observarlo con mayor facilidad.

¿Qué hacía Konan aquí? ¿Había venido a buscarlas? ¿iba a reclamar la retirada?

Y en cuanto Konan las logró ver arriba, una voz en cada una de las cabezas de los miembros de la organización, se escuchó una voz.

Era Pain.

—Retiraos, ahora.

Por poco que fuera, aquellas palabras hicieron volver a recobrar una pequeña esperanza en el interior de la ojiverde. Un alivio, que la había embaucado entera al pensarlo y escucharlo.

¿Eso significaba que su charla con Nagato había resultado de algo? ¿Qué al fin y al cabo, él le había hecho caso y había rectificado para ayudarla, por poco que fuese?

—Nos marchamos.—Expresó la de cabello lila, con voz autoritaria y fuerte. Todos los Akatsuki, habían logrado oírla.

Pero uno, hizo caso omiso de su mensaje.

—No me iré hasta terminar lo que he empezado.—Habló el adorador del dinero, prestando nuevamente atención a sus enemigos de la hoja.

—¿Qué está pasando?—Habló Maica, desorientada.

Itachi y ella se miraron, buscando qué hacer y cómo acabar con aquello.

—No dejaré que la aldea acabe más destruida.—Pronunció el Uchiha.

—Lo sé...

La esperanza volvía a decaer, y el pensamiento de pelear y luchar por lo que uno quería volvería a estar presente en cada cerebro de la aldea.

Pero ninguno se movió en ese momento, y todos permanecieron en silencio.

Cuando de un grito, y un choque enorme y brusco en el suelo, provocó que todo el aire meciera a cada persona presente allí.

—Pues creo que vas a terminar antes de tiempo...

Todos se quedaron sin habla, vigilantes y con conmoción en todos ellos.

Había llegado, y ni una ni otra, lo tenían planeado.

—Naruto...—Musitó la de negro.

El de la profecía se reincorporó, con el modo sabio activado y con un rostro totalmente serio y decidido.

—¡No dejaré que hagas más daño, será lo último que hagas!

Alice giró el cuello para mirar a Konan, dándose cuenta de que ella también le observaba. Ésta le hizo una seña que por suerte, pudo apreciar y comprender.

Se marchaban.

Akatsuki se iba de Konoha.

—¡Malnacido!—Gritó el rubio, lleno de rabia.

—Será mejor que nos ocultemos.—Indicó el Uchiha, apareciendo a su lado. La agarró y la acercó a él, listos para saltar.

—Pero...—Susurró ella, observando a Kakashi y Naruto.

—Vamos, Yuki...No hay tiempo.

Y sin más, se distanciaron de la zona para no ser vistos. La mayoría de las veces no habían sido captados por todo el alboroto y las peleas, ya que cada uno estaba concentrado en la suya.

***** ***** ***** *****

Fin [#]

Observaron el panorama; De nuevo, los escombros, la sangre, los cuerpos sin vida...

Ya la mayoría de sus compañeros no estaban. La base se había retirado y ahora, Alice junto a Maica e Itachi, permanecían ocultos. Sólo salieron cuando todo se calmó, y ya no se escuchaba un solo ruido.

Todos habían ido a resguardar a los civiles que habían escondido en las cuevas, y a escoltar a los heridos a los hospitales.

Por lo tanto, ahora ellos vagaban por una Konoha vacía y destruida, pero al fin y al cabo...También salvada.

Gracias a ellas y sus aliados, y gracias a Naruto.

Y casi nadie, a excepción de unos cuantos, sabían que aquellas dos, estaban allí ayudándolos.

Itachi observaba con seriedad y algo de desazón su aldea tan querida quebrada, mientras las seguía y las resguardaba.

Por otro lado, Ali traspasó un trozo de acero hasta llegar a su hermano, quien la estaba esperando donde antes luchaban con Kakuzu. Mai se acercó a ella y la agarró de la mano, triste y despistada.

Maica miró hacia otro lugar, y la azabache sólo permanecía con sus ojos clavados.

El cuerpo de Kakuzu permanecía allí. Inmóvil, frío...Carente de vida.

Naruto logró destrozar los últimos corazones que le quedaban, y así matarlo de una vez por todas. Ellas no pudieron hacer nada porque, en parte...Hasta él mismo se había sentenciado.

Y ahora, todo era incertidumbre, polvo en el aire y un vago vacío en todos.

Y no se sabía hacia dónde se dirigía todo a este punto.

La ojiverde suspiró y cerró los ojos. Levantó la mirada y cuando se quiso girar, dos personas aparecieron junto a ellos.

Sin inmutarse, la chica del kimono ojeó primero al albino, Kakashi. Después, simplemente miró al segundo con seriedad.

Yuki...—Expuso uno de ellos, sin poder creérselo.

...Naruto.


***** ***** ***** *****

Y aquí el siguiente. Espero que os guste. El próximo lo publicaré dentro de poco también, porque tiene que seguir a esto y es importante.

Prestad atención a toooooooodo lo que ocurre, de verdad. Es necesario xdd Lograron torturar un poco a Zetsu, sin embargo el muy capullo se escapó...E Hidan y Misaki...Qué decir.

Pero aparece Konan, para anunciar que se retiren. ¿Pero por qué ella se presentó allí? ¿Por qué las buscaba a ellas? Y, al final, aparece Naruto para matar a Kakuzu...Y lo consigue. Aunque al final, él los encuentra allí, en la zona del "crimen" por así decirlo xddd

Pero bueno, sin más...¡Comentaaaaaaad mucho! Estoy deseando ver vuestras opiniones y todo lo que pensáis que ocurrirá, que queréis que ocurra en el siguiente...Etc. Os espero <3

Hasta la próxima.

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