Pov Leo
No paraban de picar a la puerta una y otra vez, con griteríos de por medio. Yo no quería levantarme, y mucho menos ver a gente ahora. Si fuese mi hermana, pues le abriría. Aunque es posible que antes la molestase y no la dejase entrar, para después abrazarla, incordiándola muchísimo más.
—¡Yukine, abre la puerta!—Se escuchó gritar a alguien por detrás—¡Sé que estás ahí, nadie te ha visto salir desde que entraste!
Me da igual si me han visto o no, estoy pensando y no me pienso mover.
Giré mi cuerpo con la almohada tapándome los oídos, para posicionarme en vista a la ventana, quedándome petrificado al momento y sin palabras.
Se encontraba ahí, como quien no quiere la cosa. Tan despreocupado.
—Hola.—Sonrió.
—....
—Como no abrías la puerta, he decidido entrar por la ventana.—Entró del todo, apoyándose en ella y cruzándose de brazos.
Me mordí el labio y chasqueé la lengua, dándole la espalda y soltando algún que otro mohín. Me incorporé y me desperecé, masajeándome la sien segundos después.
—Iba a abrirla ahora mismo.—Dije, mostrando a propósito mi sonrisa falsa.
—No es cierto, nos escuchabas desde el primer momento.—Expresó tranquilo, cruzándose de brazos.
Hice una mueca de fastidio y bufé, volviendo a encararlo. Por detrás de él, vi cómo Naruto también pasaba por la ventana a mi cuarto, tan campante y con toda la autorización del mundo que yo no le he dado en ningún momento de mi vida, muerte y proceso fantasmal.
—Como para no escuchar a ese.—Dije señalando al rubio. Él se hizo el ofendido—¡No dejabas de gritar! ¡Así no se despierta a la gente!
—¡No abrías la puerta!—Exclamó él también, intentando defenderse.
—¡Porque había una persona gritando detrás de ella! ¡Se me quitan las ganas así!
—¡Empecé a gritar cuando vi qué no respondías!
—Ya vale, ya vale.—Apaciguó Kakashi, suspirando de por medio—Naruto, estabas gritando desde el primer momento.
El nombrado arrugó la nariz y se cruzó de brazos, cual niño infantil. Me miró y le dediqué mi mejor sonrisa inocente—que no tenía y en mi vida he tenido, a ver quién creéis que soy—, viendo que había ganado en el debate.
—Y tú te podías haber levantado o haber respondido, al menos.—Se dirigió ahora a mí, el albino.
En ese momento, era Naruto quien me estaba sonriendo a lo grande porque tampoco me había librado. Gruñí alguna que otra cosa y me volví a tapar la cara con la almohada. Quizá no me veían, si tenía suerte.
No, siguen aquí.
—¿Qué queréis...?
—Te dijimos que iríamos enseñándote la aldea, y la Hokage nos puso a tu cargo.—Habló el ninja copión—Así que levántate, que después también iremos a hablar con Tsunade-sama.
—¿Para qué?—Pregunté extrañado, levantando la cara de mi cojín. Él se encogió de hombros.
—Sólo nos dijo que quería hablar contigo más tarde, Yukine...—Respondió Naruto, rascándose la nuca sin saber.
Suspiré y me incorporé en la cama, pasándome la mano por el cabello deshecho en un gesto de cansancio y calma.
—Está bien, me vestiré.
***** ***** ***** *****
...
Después de que me cambiara y ellos dos me esperasen fuera mientras tanto, nos fuimos a dar una vuelta por la aldea, para familiarizarme, según palabras de Kakashi.
Recuerdo que antes de que Ali me acompañase por la mitad del camino al traerme por aquí, me advirtió que tenía que averiguar qué clase de poder tenía, al igual que ella se dio cuenta de que podía utilizar el hielo. Y tenía toda la razón; Necesitaba aprenderlo de una vez por todas, y empezar a entrenar, por mucho que sepa artes marciales.
Tengo que reforzarme para lo que viene.
Miré mis manos y entrecerré los ojos, totalmente abstraído; ¿Qué clase de poder albergo dentro de mí? ¿Sería como el de mi hermana o, por el contrario...Sería diferente?
En todo caso, tengo que hacer buen uso de él y practicarlo como es debido. Así, de esa manera, podré ayudarlas más con todo este tema. A parte de que, realmente, espero que hayan recibido mi carta con la información de aquí y lo que seguramente pase por la mente del albino.
Estoy más que seguro que cuando Kakashi me ve, indirecta o directamente se le viene a la cabeza mi hermana.
—¿Te va agradando más la aldea, Yukine?—Salí de mis pensamientos para dedicarme a mis dos acompañantes, en especial al albino que me acababa de hablar.
Sonreí y asentí, observando a las personas pasear por los alrededores y las montañas encima, con los rostros de los antiguos Kages.
—Así es, este lugar es muy tranquilo.—Expuse, apacible— Parece que aquí os lleváis todos bien y estáis en buena armonía, ¿me equivoco?
El de un único sharingan pareció dudarlo un poco, como si estuviese recordando algunos sucesos de su pasado. Pero después, habló y sonrió de manera tranquilizadora y agradecida.
—Hemos tenido momentos difíciles, pero cuidamos los unos de los otros.
—Es nuestra aldea, así es como debería de ser, ¡dattebayo!—Exclamó Naruto, sonriendo de oreja a oreja.
Ajá... Mucho apoyo te dieron a ti, cuando tú solo eras un inocente niño y tu propia aldea te trataba fatal. Por esa misma razón ellos te denominaban como un auténtico monstruo o demonio por lo que llevabas dentro, ¿no, Naruto?
Y, después, cuando los salvas y das tu vida por ellos...Eres el mayor héroe que halla existido.
—Sí...Es bueno que cuidéis de vuestra gente... —Dije, sonriendo falsamente por ésto último. En mis ojos seguro que se veía la tirria de ello. Suspiré y cogí aire—Proteger a las personas que son importantes para ti...Es lo que se suele hacer en muchos casos.
—¡Porque es lo correcto!—Gritó el de ojos azules, pegándome un codazo en el brazo—Ese es el camino que se tiene que seguir.
—Sí, en efecto...—Susurró algo melancólico el jonin, ojeando el suelo por unos míseros segundos segundos.
—Salvar a la gente y nunca darse por vencido en lo que crees...¡Ese es mi camino ninja!
Ladeé levemente la cabeza y reí un poco por lo que acababa de decir; Siempre decía lo mismo en la serie/manga. Parece ser que se regirá por sus sueños y está decidido a cumplirlos.
Bueno...Ambos sabemos de lo que es capaz Naruto, ¿No, hermanita? Estoy al tanto de que crees en él y en sus actos.
—Es un buen camino.—Entrecerré los ojos, mirando las sonrisa y la euforia del chico de la profecía.
Él rió y adelantó un poco el paso, ya que más adelante se encontraba Sakura paseando y ojeando cosas que carecían de mi importancia e interés.
—¡Kakashi-sensei, Naruto!—Gritó en cuanto los vio, acelerando su camino para llegar a nosotros.
¿Y si me escabullo para poder entrenar? Cuanto antes empiece, antes sabré qué clase de chakra o poder tengo.
Además... Tengo interés y ganas de divertirme con él. No me haré responsable de nada.
—Agradezco vuestra compañía y que os toméis el tiempo de enseñarme la aldea...—Carraspeé para que Kakashi me prestase atención, cosa que funcionó —Pero vosotros tendréis cosas que hacer, me imagino. Por mi parte, también quiero empezar a moverme, si no me oxidaré.
El ninja copión alzó una ceja, interrogativo. Posteriormente, vi cómo de frente la pelirrosa me saludaba con la mano.
—¡Yukine-kun, la maestra quiere verte!
Fruncí el ceño, un tanto molesto por sus palabras... ¿"Kun"? ¿Desde cuándo tenemos tanta confianza?
Suspiré y me encogí de hombros; si quiero ganarme su confianza, más vale que no ponga muchos obstáculos entre la Hokage y yo. Más me vale ir.
—Parece ser que ambos tendremos que retrasar nuestras faenas, Yukine.—Manifestó Kakashi, de forma bastante sagaz.
***** ***** ***** *****
...
—Siento llamarte de nuevo, sé que puede ser algo agotador que estén tan pendientes de ti.
Ahí estaba la sannin, la gran y fascinante shinobi del ninjutsu médico, admirando la aldea a través de la ventana que tenía su despacho.
Yo me mantenía de brazos cruzados, junto a Shizune y Kakashi, en la misma sala.
—No se preocupe, entiendo las medidas que tienen que tomar con los desconocidos por la aldea. —Reconocí, con un tono de voz serio y manso—Me habéis ayudado mucho desde que he llago aquí, y es algo de lo que os estoy verdaderamente agradecido.
Tsunade se giró para hablarme cara a cara. Caminó hasta quedarse frente a su escritorio y se apoyó ahí, dejando salir un breve bufido.
—Podría decir...Que ahora podrás tener la oportunidad de agradecérnoslo, si es que estás de acuerdo.
Empecé a mover el dedo índice una y otra vez, dando pequeños golpes en mis músculos de manera repetitiva.
—¿A qué se refiere?
—Yukine-kun...—Empezó a hablar la del cerdo. Me giré a mirarla—Recuerdas las preguntas que te estuvimos haciendo cuando llegaste aquí, ¿Verdad?—Asentí, empezando a incordiarme el que no fueran al grano—Pues...
—Yukine, el otro día hablamos de que tuvimos cierto encontronazo con una organización, y que el último de ellos, fue realmente una amarga sorpresa.
Mi espalda se tensó y dejé de mover el dedo, quedándome quieto y muy impasible. No me gustaba por donde iba la conversación.
—Akatsuki.—Formulé.
Los tres, al unisono, asintieron con la cabeza.
—¿Qué estáis tratando de decirme?—Interrogué de nuevo, a ver si de una maldita vez me respondían.
—El equipo siete irá en su búsqueda.—Esclareció la rubia, cruzándose de brazos con seriedad—Se ha escuchado que se han dejado ver por algunos lugares en sus misiones, y nuestro objetivo es ir a detenerlos.
Entrecerré los ojos con frialdad, más me mantuve escuchando cada palabra que salían de sus bocas, sin hablar.
—La última vez fuimos a por dos de ellos; Deidara y Sasori. Más me temo que éstos dos pueden seguir con vida.
—¿Está segura de eso, hokage?—Extrañado y haciéndome el confundido, miré a la presente.
—Del marionetista lo sabemos con seguridad, pero...Del chico de las explosiones, no tanto. Desapareció sin más junto a otra compañera suya.—Habló. Parecía que le incordiaba este tema, y sobretodo que esa base siguiera por ahí.
Si supieran...
—Así es.—Esta vez, fue Kakashi quien hablo. Él suspiró, masajeándose la nuca con fatiga—Sin embargo, siguen quedando unos cuantos integrantes.
—Los cuales son grandes y peligrosos criminales, que van a por los bijuus de las aldeas.—Arrugó la nariz la sannin, enfadada—Y no podemos permitir que vayan a por los que quedan con vida, ya lo hemos acordado.
—¿Sabes lo que son los bijuus, Yukine-kun?—Me preguntó Shizune, algo preocupada por toda la conversación.
—Así es, y lo que son los jinchurikis también.—Expresé, con total calma—Mi padre me contaba historias de las grandes aldeas y los "monstruos" que traían en ellas.
—Bien, bien...—Tragó en seco, nerviosa—Pues lo único que sabemos de todos ellos, es que los quieren por algún motivo que. desgraciadamente, desconocemos por el momento.
—Entiendo.—Dije, cerrando los ojos del todo, en una expresión de comprensión y seriedad—Y...¿ Puedo saber por qué me estáis contando esto, expresamente a mí?
—Porque verás, Yukine...—Bufó compasiva, de cierta manera, Tsunade—Sé que acabas de llegar, y que puede que esto no tenga nada que ver contigo, pero...Cuanta más gente tengamos contra ellos, mejor.
—Entonces...—Musité, reacio por dentro por lo que me temía que ocurriría.
—Sí. Partirás con el grupo de Kakashi, en la misión de capturar a la organización criminal... Akatsuki.
***** ***** ***** *****
Y...¡Sé que he tardado milenios! Pero entre que tenía una mega exposición importantísima para el trimestre, y que me mataban a exámenes, no he tenido tiempo de nada. Aun así...Espero con todo mi palpitante y sangriento corazón que os guste este capítulo.
¿Os lo esperabais? Tsunade manda a Yukine con los de la hoja en busca de, nada más ni nada menos...Que akatsuki. Por la fama que tienen de ser tan peligrosos y despiadados, necesitan a los máximos ninjas que puedan para contraatacarlos. ¿Qué ocurrirá? ¿Y qué pasará con Ali y Mai, ahora?
También...¿Qué clase de poder creéis que tendrá Leo? ¿El mismo que su hermana, u otro?
Comentad todo lo que queráis, lo que os parezca el capítulo y lo que penséis. Ya sabéis que me gusta.
Hasta la próxima.