Pov Alice
Habíamos estado caminando bastante y, según palabras de Sasori y Pain, no deberíamos de estar ahora tan lejos. Es más, creo que estamos más cerca de lo que creemos, en realidad.
Aunque, bueno...Si no sabemos por dónde tirar o algo, tendría a Obito para que me aclare, porque sé que está detrás mío.
Literalmente.
—Eh...Obito...—Me giré a mirarlo de malas formas. Noté cómo Maica estaba a su lado y se iba separando un poco, un tanto incómoda. Como dije en un principio, adoraba al Tobi bueno, pero Obito...Aunque le gustaba, le daba algo de ''respeto''—No sabía que te ibas a tomar tus palabras de forma tan literal.
—Ahora lo sabes.—Se limitó a decir.
Me entró un leve tic en el ojo y refunfuñé, mas no le quise dar gran importancia. Tampoco es que me molestase que estuviera por aquí.
Suspiré y saqué una barra de chocolate, para ir comiéndomela por el largo trayecto, ya que tenía bastante hambre.
—¿Sabéis cuánto falta?—Preguntó Maica, asombrada y curiosa por saberlo.
—No creo que tardemos mucho.—Dije sincera. Sonreí y me giré de nuevo, mirando al Uchiha de manera maliciosa—Querido Obito, sácanos de dudas con tu maravillosa sabiduría e inteligencia.
El Uchiha ladeo la cabeza y logré escuchar una pequeña risa secante, pero no estaría segura. Total, llevaba la máscara y lo único que veía, era su ojo.
—Deberías de hablarme así más a menudo, piénsatelo.
—Denegado.—Contesté rápido.
Él se acercó a mí y se posicionó justo al costado mío, aún caminando. Agachó la cabeza para mirarme—debido a la altura, ya que él es bastante alto—, y me habló.
—Tobi cree que mañana Yuki-chan y Misaki-chan llegarán a la base.—Me respondió con voz infantil, a lo que yo le sonreí de manera satírica e irónica.
—Gracias, Tobi es un buen chico.—Me mordí el labio inferior para intentar no reír, pero casi que se me escapaba la risa.
—Tobi quiere ayudar a su senpai, Tobi está para lo que sea.—Dijo, tocándome con un dedo la mejilla—Tobi es un buen chico.
—Si eres un buen chico, no me piques la mejilla.—Fruncí el ceño, pero él no me hacía caso, seguía dándome golpecitos con el dedo en mis mejillas, hasta estirándolas—¡Obito!
—¿Obito?—Preguntó inocente—No, no....¡Soy Tobi!
—¡Pues Tobi!—Exclamé—Deja de hacerme eso, que me da rabia.
—...Tobi no está, soy Obito.—Oí, pero a la perfección, el tono de voz tan malicioso y lleno de picardía en el cual me lo dijo. Lo hacía a propósito.
Conté hasta diez y respiré hondo, tranquilizándome.
—¿Quieres qué te meta yo el dedo en el ojo? ¿En el único ojo que se te puede ver?
—¿Lo harías?—Preguntó arrogante—Yo te lo estoy haciendo en la mejilla, no en el ojo.
—Pruébame.—Me crucé de brazos, mirándolo desafiante.
—No te contradigo, pequeña, pero...—Dijo, seguramente, con una sonrisa. Acercando más su máscara a mí, dejando que pudiese ver a la perfección el resquicio de ella—Inténtalo, a ver si puedes...
—¡Chicos!—Nos llamó la atención, haciendo que ambos nos girásemos a ella—Tengo hambre.
...
Es la única con toda sutileza que es capaz de romper algo y, después, decir algo tan simple y tonto como eso.
Pero supongo que es lo que la hace especial.
Noté cómo Obito me observó en cuanto sonreí, pero no le tomé gran importancia, por lo que busqué dentro de mi capa algo para picar.
—Toma.—Le entregué una bola de arroz. Ella sonrió como un perrito y se lo metió directo en la boca, como si fuera una ardilla—Joder, sí que debes de tener hambre, sí...
—Mutsha.—Habló con la boca llena, a penas.
—Tú también.—Le entregué otra al enmascarado, empero él se quedó quieto, sin cogerla—No oses negarme tal ofrenda de amabilidad, o la ira de los Dioses caerá sobre ti.
—La ira de los Dioses....—Repitió con sarcasmo mientras la cogía, apartándose la máscara naranja.
—Pero la has cogido.—Le miré con suficiencia y arrogancia—Es lo que cuenta, has aceptado la ofrenda y se te perdona.
—Ya que he hecho la ofrenda...—Siguió con mi juego, acabándose la comida y volviendo a colocarse bien la máscara. Me giré un momento para darle parte de la mía a Tomoe, escuchando aún lo que Obito decía—Adiós.
Iba a decir ''Cómo qué adiós'' en cuanto me giré a verlo, pero él ya había desaparecido, para sorpresa de las dos. Imagino que debe ser muy práctico tener el kamui y poder largarte a cualquier parte que quieras, pero me pregunto a dónde habrá ido ahora...
—Está anocheciendo, Ali.—Me avisó Mai. Miré hacia arriba y lo vi, efectivamente; sería mejor que durmiéramos un poco y, por la mañana siguiéramos sin más.
—Bien, pues vamos a quedarnos en el descampado de allí—Le señalé, a lo que ella asintió enseguida.
Apreté mis nudillos y nos dirigimos hacia allí. Me tiré al suelo, de un golpe, y después me acurruque en el árbol donde nos íbamos a acomodar. Maica ya se había tumbado hacia el otro lado y puesto como almohada la capa enrollada, mientras tenía puestos encima sus pies sobre mis piernas, al igual que Tomoe.
Metí mis manos en las mangas para que no se enfriasen y cerré los ojos, intentando dormir lo máximo posible. Mientras otros contarían ovejas, yo ideaba el plan por si algo salía mal, a parte de recrear bien el que teníamos desde un principio.
Poco a poco, mis ojos ya se iban haciendo pesados, mi cuerpo ya se estaba relajando al máximo y mi mente ya se estaba dejando ser llevada por los brazos de morfeo...
El sonido de la madera de la parte izquierda de mi costado del árbol hizo que me volivera a poner en situación y a tensar mi cuerpo, alejando la sensación de cansancio y reposo de mi ser. Sin abrir los párpados, sentía perfectamente que alguien se había sentado a mi lado de manera silenciosa.
—Hola de nuevo...—Abrí los ojos con sosiego, aún un tanto adormitada y relajada.
Es posible que ya no tuviese tanto sueño como antes, pero me sentía tranquila, incluso teniéndolo al lado me sentía segura.
—Veo que te he despertado.—Susurró, cruzándose de brazos.
—Más bien diría que me has desvelado, más que otra cosa...—Murmuré yo también, suspirando—Pero no importa.
—Vuelve a intentarlo, lo necesitarás.—Apoyó su cabeza en el árbol, sereno—Yo también he venido para sumirme y descansar un rato de todo.
Sonreí un poco, notando cómo se me caía la cabeza, somnolienta.
—Ah...—Dije, sonriente—Luego te quejas de mí, Obito...Pero ahora estás aquí.
Escuché un breve ''hm'' arrogante, pero no me rebatió ni contradijo nada, simplemente seguía callado y en la tranquilidad en la que estábamos sumergidos.
—Cállate y duérmete, que si no mañana no estarás bien.
—...Puede que tengas razón...—Caí apoyada en su hombro, sin conocimiento alguno y como drogada por el sueño—...Buenas noches...
—...Dulces sueños, Alice.
***** ***** ***** *****
...
—¡Despierta, Ali!—Reconocí la voz de Maica gritándome, pero mi cuerpo respondía muy lentamente, estaba demasiado entumecido—Arriba, dormilona.
—Voy...—Me froté los ojos, desperezándome lo máximo que mi cuerpo permitía. Me volví a tumbar por esto último, pero me levanté en seguida, si no me volvería a quedar dormida.
Miré a mi izquierda por si seguía estando como anoche, pero no vi a nadie en absoluto.
¿Me lo habría imaginado qué ayer durmió aquí, a mi lado? Capaz es de haberme inducido en otro genjutsu de los suyos, que es muy simpático él...
...Seguro que ha sido un sueño.
—¿Te pasa algo?—Preguntó la ojimiel— No me lo digas, seguro que dirás ''Qué no, Mai, qué no, estoy divina de la muerte''.—Dijo haciendo un intento horrible de imitación de mi voz.
—¿''Divina de la muerte''?—Hablé ofendida, mientras ella se reía—Jamás diría eso.
Me levanté y me arreglé bien el kimono, para después palpar una a una las armas que tenía escondidas a lo largo de mi cuerpo, colocándome bien la capa negra que portábamos para ocultar algunas. Maica imitó mi acto y también se la puso bien, poniéndonos en marcha hacia ellos.
Nos adentramos por la parte del bosque frondoso—para camuflarnos y, también, porque el capullo de Orochimaru sabe elegir bien las bases—, atravesando algunas zonas difíciles y en completo silencio. Bebí un poco de agua y observé de manera calculadora mi alrededor; Sentía que estábamos cerca, había algo en mi que me lo indicaba, que mi instinto me lo decía...
—¿Plan en marcha?—Interrogué, observándola de reojo.
—Por supuesto, mi amor.—Sonrió orgullosa—Todo está planeado y sé qué hacer, ya lo sabes.—Me guiñó un ojo, agarrándome del brazo.
—Perfecto...—Suspiré, ladeando la cabeza en una sonrisa—Porque ahí está la base.
Maica abrió los ojos sorprendida y sin poder pronunciar palabra, porque así era; Teníamos a poco de nosotras la entrada ''oculta'' hacia el interior de la guarida, la parte de atrás de ella.
—Empecemos...—Sonreí, recostándome al lado de la guarida, boca abajo.
...
...
Maica lloraba cual niña pequeña; Perdida y desorientada, abrazándose a ella misma con fuerza. Estaba desesperada, sola...Tenía miedo, sus padres no estaban y ese mundo la hacía verse todavía más independiente. Nadie podría ayudarla, nadie podría sacarla de semejante vida que le esperaba.
Yo me mantenía a su lado, en silencio y sin saber qué hacer. Sólo morderme el labio y apretarme los puños hasta sangrar por la impotencia de no poder hacer nada, de tener un fin como el de ella y de estar completamente solas, sin nadie a quien les importemos...
—No puedo más...Quiero que se acabe esto, Yuki.—Dijo, sollozando. Mi mirada se entristeció y me acerqué a ella—No quiero sentirme más así, no quiero morirme...
Pero no estaba todo perdido...Jamás hay que perder la esperanza, por poca que sea.
—No lo haremos, te lo prometo...—Le agarré de la mano, sujetándosela con fuerza.
—Está en lo cierto, pequeña...No lo haréis.
Debido a aquella singular voz, alzamos nuestras miradas para encontrarnos con él, y... allí estaba; En kimono, con una sonrisa siniestra y fuera de toda buena acción pura. A su lado, Kabuto, acercándose los dos hacia nosotras con confianza.
—Sí que lo haremos...—Musitó ella, con mala respiración—Estamos solas y no podemos hacer nada, tarde o temprano moriremos...
—Somos mucho más fuertes que eso, Misaki.—Le esclarecí, segura.
Una mano se posó en mi mejilla y me desvió la mirada, obligando que mirase a aquella persona que había realizado tal acto, sonriendo con ternura.
—¿Queréis ser fuertes, o... creéis que ya lo sois?—Preguntó sonriendo, acariciándome la mejilla. Se separó y suspiró, alejándose un poco, pero manteniéndonos aún en su mira a las dos—Si queréis sobrevivir y ser más fuertes, podéis venir conmigo.
—Estáis de suerte, niñas...—Habló ahora el albino, colocándose bien las gafas—Orochimaru-sama no hace estas ofertas a cualquiera, debéis de ser importantes.
—Seguidme si queréis seguir con vida...—Pronunció la serpiente dándonos la espalda—O quedaos aquí y sucumbid.
El Sannin y su subordinado bajaron por la entrada de la guarida, indicándonos el camino y haciéndonos de guía mientras observábamos dónde nos metíamos. Rápidamente, le seguimos los pasos, sin quedarnos atrás ni un instante.
—Estaréis bien, ya ha pasado todo lo malo.—Habló el de ojos dorados, colocándome una mano en mi hombro—Hay más gente como vosotras, pero los conoceréis más tarde.
—Ahora y únicamente os limitaréis a saber vuestros cuartos, después Orochimaru-sama querrá ver de lo que sois capaces.
Me crucé de brazos y asentí.
—Está bien, carece de importancia...—Respondí con frialdad.
—Oh...—Orochimaru rió de manera cínica, recordando algo. Alcé una ceja, curiosa.
—¿Qué...?—Pregunté, seria.
—Alguien va a tener un digno rival de personalidad.—Habló Kabuto de manera arrogante y sonriente, mirándome.
De repente y sin razón que conociéramos, la serpiente se paró. Los tres hicimos lo mismo, observándonos Maica y yo confundidas por ver qué era lo que pasaba.
—Ahora que lo pienso bien...—Manifestó el escurridizo, cerrando los ojos—Necesito ir a un sitio antes, y así, venís pronto. Después os enseñaré vuestras habitaciones.—Nos dijo girándose y sonriéndonos.
—Y...—Maica se secó las lágrimas, tragando en seco—¿Adónde vamos ahora, Orochimaru-sama?
—No te preocupes, pequeña...Simplemente seguid recto.
Y cuando yo iba a volver a hablar, los dos ya no estaban; Sólo Maica y yo nos encontrábamos allí, en ese tétrico y silencioso pasillo largo sin nadie más, aún con el objetivo y plan en marcha.
Asentimos mutuamente y seguimos recto, tal y como él nos había indicado. Nuestros pasos resonaban por todo el pasadizo, unos fuertes ecos que, gracias a lo callado que estaba, se podría escuchar por casi toda la base. A parte, nuestras respiraciones también eran reconocidas; La mía, pausada y cambiante. La de Maica, acelerada y resguardada.
Metí mi mano por debajo de la capa, rozando la empuñadura de mi espada por puro impulso y desconfianza, analizando lo que se cernía delante de mi.
Estaba a oscuras, sólo se podía ver unas débiles iluminaciones que no daban a basto para toda la sala. Notaba la respiración de Maica, la mía...Pero había una tercera, sentía una respiración casi similar a la mía; Tranquila y expectante de todo su alrededor.
Entrecerré los ojos y procuré ver bien, logrando distinguir una silueta apoyada en la pared, sin omitir ruido alguno. Mis ojos se enfriaron más de lo debido, y me quedé fija en esa silueta, espectadora de ver cómo sus ojos rojos se iban abriendo de manera lenta y hacia nuestra dirección.
Una ráfaga de aire nos azotó y Maica se movió del sitio, cubriéndose por la repentina sorpresa. Permanecí tranquila e impasible, entretanto la fría hoja de una katana me rozaba el cuello levemente, mientras unos oscuros, hostiles y vengadores ojos me miraban directamente a los míos.
No me movía del sitio, no tenía miedo alguno de que me estuviera rozando con una espada el cuello. Únicamente me limitaba a observarlo, con completa indiferencia y frialdad de la que él, al segundo de verme, se dio cuenta.
—¿Quién narices sois vosotras?—Preguntó acercando más la espalda, hostil.
—Por fin nos conocemos...Uchiha Sasuke.—Sonreí.
***** ***** ***** *****
Y aquí está el doble episodio. Como siempre digo...Espero que os guste. (Ya he arreglado el fallo, espero que esté bien y se pueda ver, que no sé qué cojones le pasó, xdd)
Se han encontrado a Sasuke, señoras y señores. Su plan era hacerse pasar por unas chicas que huían y no tenían nada, sabiendo que Orochimaru cogería esa oportunidad para llevárselas hacia adentro, como siempre hacía con los niños abandonados para utilizarlos.
Y ahora están dentro, y se han encontrado con quien querían...¿Qué pasará ahora que están delante de Sasuke? ¿Qué hará él, conociéndolo? ¿Qué pasará estando en la guarida de la serpiente y Kabuto?
Es demasiado todo, así que comentad todo lo que queráis y lo que penséis que ocurrirá....
Hasta la próxima.