Pov Maica
—Tampoco es que nos pasara gran cosa, la verdad.—Mentí—Fue un simple y aburrido trayecto hasta aquí, sin nada de por medio.
—Nosotros tampoco.—Dijo el rubio explosivo—Aunque, sabemos que ha ocurrido algo con los de la hoja.
Me moví un poco del sofá y le miré; ¿Los de konoha? ¿Sería por lo de Orochimaru y Sasori?
—Me lo contó Sasori-no-danna.—Aclaró, bufando—Cuando parasteis a esas dos mujeres, a la vieja y a la pelirrosa, ¿Le contasteis dónde se iban a reunir, no?
—Sí, ya habían perdido, y Yuki les dio la opción de huir o ser asesinadas por ella y por las miles de espadas que tenía Sasori aún escondidas.—Dije, masajeándome un poco la sien—Y para que se marcharan, pues le contamos lo de Orochimaru, que ya no tiene nada que ver con nosotros.
—En eso tienes razón...—Gruñó—Es un traidor, mejor que se hayan encargado esa gente de él, así nos quitamos un peso de encima.
Yo asentí y estiré más mis pies. Deidara tenía razón, pero Ali y yo sabíamos a la perfección que ese sujeto no estaba muerto, ni mucho menos...
Y por eso estamos haciendo el plan de ahora.
—Ay, Dei-chan...—Escuchamos decir detrás nuestro, haciendo que ambos nos girásemos—Esa serpiente es demasiado astuta como para morir por los de la hoja por un plan como ese.
—Shiro...—Habló—Puede que tengas razón, pero el plan era de Danna en un principio, no de los de konoha.
—De igual manera.—Dijo desinteresada—Sabéis que ha ocurrido algo, ¿No?—Preguntó, mientras se sentaba en el borde del sofá y Deidara asentía—Bien, pero no sabéis el qué...Quizás Orochimaru encontró la forma de saber lo que iba a ocurrir.
—Eso sería un gran problema.—Manifestó el rubio, fastidiado. Se notaba que no le hacía gracia la idea de que esa serpiente siguiera caminando por ahí después de lo que hizo.
—Un gran problema que habría que aclarar, querido Dei-chan.—Sonrió con gran maldad, colocando su mano derecha en su cadera.
Mi azabache y yo nos miramos y sonreímos mutuamente, mas la sonrisa de la ojiazul se desvaneció cuando un gran cuerpo colapsó contra el suyo, en un abrazo.
—¡Yuki-chan!—Dio voces un enmascarado, estrujándola con fuerza—El líder quiere veros, a Misaki y a mi Yuki-chan.—Dijo con voz infantil, ignorando las muecas desagradables que hacía mi amiga.
Pero...¿Ahora quién es? ¿Es Madara o es Obito? ¡Yo me hago un lío, joder!
—Sólo iré si me sueltas de una vez, Tobi.—Aclamó con fastidio, haciendo que el nombrado la soltase, más no se separaba de ella—Gracias...
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Pov Alice
Ahora Pain es el que quiere hablar con nosotras, eh...Bueno, supongo que es una buena oportunidad para seguir con nuestro plan y que salga mejor.
Miré al enmascarado que tenía al lado y suspiré; Menudo choque me ha metido, joder. Hasta me duele y todo los brazos por estrujarme tanto.
Puede ser un poco peligroso hablar de eso teniendo a Obito aquí conmigo, pero...Parece que está acatando con devoción lo de no alejarse de mí.
Pareció darse cuenta de que lo estaba observando y me miró, mostrando a través de su máscara el único ojo que se le podía ver. Me daba a mí que estaba sonriendo por dentro...
Maica tocó a la puerta y pasamos sin más.
—Veo que habéis llegado bien.—Expresó, levantándose de la silla—Me alegro.
—Imagino que querrás un pequeño informe o algo, ¿Me equivoco?—Pregunté cruzándome de brazos.
—No, no te equivocas.—Contestó, sonriendo arrogante.
Imité su acción y sonreí, de manera cínica y ladeando un tanto la cabeza, observando el lugar.
—No ha habido nada extraño mientras veníamos por aquí.—Dije con tranquilidad—Fue un trayecto normal, tú dijiste que nos diésemos prisa en venir, así que...
—Cierto, bien.—Habló colocándose delante del escritorio, de brazos cruzados—¿Algo que hayáis escuchado, visto...?
Sí, que tu maestro albino está buscándonos para matarnos y encontrarte a ti, a su alumno querido y de la infancia.
—No, nada.—Respondí—Aunque hay algo que puede que sí te interese.
Él alzó una ceja, y me observó directamente, a la espera de que hablase.
—Supongo que estabas al tanto de lo que pasó cuando tuvimos que luchar en la otra base.—Asintió él, aún serio—Pues parece que Orochimaru ha logrado escapar, sabía de la trampa de Sasori.
Sus ojos se ensancharon y al segundo, se entrecerraron un momento, pensando. Por otro lado, Obito giró su cuello y me miró, intentando averiguar a dónde quería llegar.
—¿Cómo lo sabía?—Preguntó al fin el pelirrojo.
—Según me comentó Sasori, Kabuto era uno de los antiguos subordinados por el jutsu que le implantó, pero imagino que Orochimaru logró desactivarlo.—Suspiré, encogiéndome de hombros—Por las aldeas no hacían más que decir que no muy lejos se había visto a varias personas luchando, así que, por esa regla de tres...Lo más probable es que los de la hoja hayan fracasado en eso.
—Entiendo.—Dijo—Conociendo a esa persona, seguro que logró deshacer el hechizo, es alguien muy escurridizo y lo vería venir—Espetó hostil, caminando para volver a sentarse—Bien, pensaré en algo. Ya podéis marcharos.
—Está bien.—Hablé, dándome la vuelta.
Antes de marcharme, aún así, me tuve que parar por su llamada, en la puerta, sin llegar a salir del todo.
—Yuki.
—¿Hm?—Volví a girarme, mirándolo—¿Sí, qué ocurre?
—¿Y tu enfermedad?—Preguntó severo que, por su mirada, sabía que no quería que dijera ninguna broma y le mintiera.
Hay qué ver, como si no me conociera ya; Cómo soy y lo que puedo llegar a decir, por los Dioses, si es que...
Bueno, exactamente por eso lo hace, no lo culpo.
—Como una rosa.—Dije sonriendo, mas él suspiró—Nada grave, Pain. Sigo con un poco de dolor, pero nada que no pueda aguantar o que no se vaya con lentitud.
—Perfecto, ahora sí puedes marcharte.—Inquirió aún con ese rostro, ya sentando en su silla y de brazos cruzados, con ojos cerrados.
—Vale.—Dije, sonriendo un poco por la escena.
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...
Las dos volvimos al comedor y Deidara seguía ahí, aunque junto a Kisame y Hidan. Y, como no, de vez en cuando se escuchaba alguna discusión del rubio y el albino...
Mi amiga suspiró por esos dos y sonrió, aunque Dei-chan, al verme, paró y me miró interesado.
—¿Qué te ha dicho?—Preguntó echando la cabeza hacia atrás.
—Que me vaya a la habitación castigada, por niña mala.—Expresé triste y deprimida.
—Anda, Shiro.—Dijo con cara de molestia por mi sarcasmo, pero claramente se podía ver como hacía el esfuerzo por no sonreír—Dímelo ya, que algún día realmente morirás por exceso de ironía y no quiero eso.
—Vale, vale.—Sonreí—Bueno, como te dije antes, es seguro que Orochimaru se enteró y sigue vivito y coleando.
—¿¡Qué!?—Exclamaron Hidan y Deidara a la vez, mientras que Kisame estaba sorprendido.
—Así es...—Habló Maica sentándose al lado de su albino—Los de la hoja no pudieron lograr nada con Orochimaru, y menos lograr lo que querían hacer.
—¿Y qué querían hacer?—Preguntó extrañado el jashinista, mirándola.
—Encontrar al hermanito de Itachi.—Respondió Deidara, de mal humor—Me enfada que ese traidor siga haciendo lo que le plazca.
—Y a mí, sinceramente.—Suspiré—Pero era de esperar, ese hombre es más astuto de lo que pensáis.
—Lo que le hizo a la organización y que se salga con la suya...—Dijo Kisame un tanto divertido—No ha cambiado nada.
Le guiñé un ojo a Maica y me levanté, dirigiéndome a la habitación de Sasori para hablar con él, con las preguntas y gritos de Deidara mientras me alejaba.
Bien...Ya está a la mitad; Los de la base están en desacuerdo en dejarlo vivir y que siga por ahí, por lo que probablemente digan de ir a buscarlo y caiga en oídos de Pain, que dijo que ya pensaría en algo. Así tendríamos la oportunidad de ir a buscar a Sasuke, aunque quizás los de la base también lo quieran muerto....
En el fondo no le haría gracia a Itachi si se entera, pero...Esto es por él, lo siento.
Piqué a la puerta y esperé, paseando por delante de su madera a la espera de que me abriese cuando le diese la gana.
Parecía ser que esto de dejarme esperando para después abrirme se le estaba haciendo costumbre, maldito pelirrojo.
—Tenía la extraña intuición de que eras tú.—Dijo una vez abrió la puerta, apoyado en la esquina con una sonrisa cínica.
—No, si ya me voy dando cuenta cuando crees que soy yo, porque me dejas esperando adrede.—Le reproché, pasando a su cuarto—¿No decías que no te gusta hacer esperar a los demás?
—Y no me gusta.—Sonrió arrogante, cerrando la puerta cuando una vez estaba dentro—¿Y bien? ¿Cuál es el placer de tenerte aquí, en mi habitación?
Eso me ha sonado mal y me han pasado malas imágenes hasta a mí, pero dejémoslo estar.
Me senté en su cama y me crucé de brazos y piernas, observándolo a él que lo tenía delante, también sentado en una silla.
—Te has enterado del encuentro de los de Konoha, imagino.—Hablé.
—Cuando vinimos hacia aquí oímos algo, y los gritos de Deidara y Hidan no es que fuesen muy silenciosos.—Gruñó mirando sus marionetas—Sí...ellos no han logrado su objetivo y Kabuto ya no está de mi parte, eh...
—No, esa sanguijuela está bastante de parte de Orochimaru.—Musité, observando sus pergaminos—Por eso necesito que hagas algo por mí.
—¿Y qué es?—Preguntó, con un leve brillo de interés en sus ojos.
—Tú fuiste compañero de él mientras estaba aquí, y también utiliza varios venenos...—Me levanté, caminando por la habitación—Necesito que me enseñes los antídotos, para poder utilizarlos.
—¿Por qué?—Inquirió cruzándose de brazos.
—Porque lo más probable es que Pain diga de ir en su búsqueda, ya que nadie lo quiere con vida.—Me paré, mirándolo—Y tengo la intención de ir yo a por él.
—Recuerdas que me dijiste que me lo contarías todo, ¿Cierto?—Asentí con la cabeza—Aunque supongo que no es el momento adecuado...—Le sonreí, dándole la razón. Se dio la vuelta y agarró varios frascos, acercándose a mí y colocándomelos en la mano—Pero tengo ganas de ver a esa serpiente muerta, así que aquí tienes.
—Gracias, pelirrojo.—Le sonreí.
***** ***** ***** *****
...
Mientras caminaba hacia mi habitación para guardar los antitóxicos que Sasori me había dado, y entretanto también estaba abstraída y pensativa en el plan para que saliese bien, no me di cuenta de que alguien estaba agarrando mi antebrazo.
—Hey, Yuki.—Habló alguien—Ten cuidado, que por poco no te das contra la pared.
Volví en mí y me giré para mirarlo, dándome cuenta de que era él...
—Ah...Itachi...—Murmuré, sonriendo un poco—Me alegro de verte, pero tengo que ir a dejar algo a mi cuarto.
Él me soltó y se quedó quieto, como siempre hacía. Yo seguí caminando para abrir mi puerta, cuando habló.
—¿Es cierto qué vais a ir a la guarida de Orochimaru?—Preguntó, un tanto seco.
Me paré y suspiré un poco, para después observarlo con toda la tranquilidad que pudiese.
—A los chicos no les hace gracia la idea de que siga vivo.—Esclarecí—Así que supongo que sí, es cierto...
Se quedó en silencio y no dijo más, por lo que miré y, pude apreciar que observaba el suelo con un gran vacío en sus ojos.
—Sólo se iría a por él, no a por nadie más que estuviese allí.—Hablé un tanto melancólica, refiriéndome a alguien que él también sabía.
—Me carece de importancia, Yuki.—Dijo frío.
Bufé y le miré con mala cara, haciendo que él se extrañase por esto. Me acerqué a él y, antes de decirle algo, me cogió de la mano y, sin más, me adentró en mi propia habitación.
—No te hagas el duro, Itachi.—Gruñí una vez ya estábamos dentro—Por mucho que hayan pasado cosas entre vosotros dos, sigue siendo tu hermano pequeño, y me da igual que me digas que eres un asesino y que soy demasiado ingenua como para creer que eres buena persona, pero te lo pondré en duda las mil veces que hagan falta.
Él miró hacia otro lado y suspiró, cambiando de tema, pero sin dejar de agarrarme la mano, aún sosteniéndonos las manos.
—¿Para qué quieres ir allí?—Preguntó dándome un apretón impulsivo.
—Tengo algo pendiente con ese hombre, hay algo que tengo que hacer personalmente.
—Si te encuentras a mi hermano, ten cuidado.—Dijo de manera severa—Él no es el mismo de antes, y menos en compañía de todos los sujetos que tiene Orochimaru por ahí.
—Sé lo que me hago, Itachi.—Sonreí—No te preocupes...¿O acaso te olvidas de que soy de hierro?—Sonreí con malicia.
—No podría olvidarme aunque quisiera.—Hizo una pequeña mueca en una sonrisa.
Me sonrojé un poco y guardé los antídotos en mi mochila, saliendo por la puerta con él y andando de nuevo hacia el comedor, a ver cómo estaba la situación.
Antes de que volviera a chocar contra alguien, me di la vuelta y esquivé los brazos que venían a por mí, escuchando el mohín infantil y falso que hizo Obito.
—Eres mala.—Dijo.
—Lo sé, está en mi naturaleza.—Le sonreí lo más inocente que pude.
—Pain-sama quiere verte, Yuki-chan.—Exclamó cogiéndome de la cintura y llevándome a rastras con él—Vamos, vamos.
¿¡Otra vez!?
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...
—¿Qué es lo que quiere?—Le pregunté a Obito, ya que estábamos yendo hacia Pain solos—¿Ahora por qué quiere hablar?
—Es por eso que dijiste de Orochimaru.—Me habló con su verdadera voz—Quiere que vayas en su búsqueda.
—¿Y por qué yo?—Seguí con el juego—¿No puede ir Deidara, Itachi, o...
—No te preocupes, estaré cerca de ti.—Sonrió por debajo de la máscara, hablando arrogante—O, al menos, que tú sepas...
—Ya tengo mi mote para ti, Obito.—Dije mientras lo miraba de manera inexpresiva, entretanto él había picado ya a la puerta.
—¿Cuál?—Preguntó.
—Acosador.—Sonreí con picardía, entrando a la sala de Pain bajo la atenta mirada oscura de cierto Uchiha—Buenas, aquí me tienes.
—Así es, Yuki.—Suspiró, colocando sus brazos encima del escritorio—Verás, he estado pensando en lo que dijiste de Orochimaru, que es un traidor, y...sobretodo, que ninguno lo quiere con vida.—Dijo de manera totalmente fría—Incluyéndome.
—¿Quieres qué vaya, no?—Me crucé de brazos, haciéndome la difícil. Aunque...Bien era lo que quería, ya que era nuestro plan—Vale, pero sólo pido una cosa.
—Sí, Misaki también puede ir.—Aceptó con tranquilidad y sosiego, haciendo que yo le sonriera—También sé que acabáis de llegar, pero cuanto antes, mejor.
—Bueno, pues entonces lo arreglaremos todo y nos pondremos en marcha.
—Tened cuidado.—Dijo—Orochimaru es muy peligroso y tiene a Uchiha Sasuke con él, no olvides de qué clan viene y las habilidades que posee.
—No lo haré, tranquilo.—Admití, impasible—¿Qué hago con él, con Uchiha Sasuke?
—Haz lo que quieras, lo dejo en tus manos.—Se cruzó de brazos, serio—Cuando estéis listas venid, os diré dónde se encuentra su base.
—Bien, pues me marcho.—Me despedí, mirando de reojo a Obito y saliendo por el pasillo.
Me acerqué a la cocina y cogí un vaso de agua, ya que estaba sedienta. Lo siguiente sería avisar a Maica de que nuestro plan había funcionado y darme una ducha para prepararme.
—Así que vas a seguirme sin que lo sepa, ¿eh?—Le pregunté, observando cómo me miraba, justo delante de mí.
—Puede, quien sabe.—Dijo simple.
—¿Puedo saber la razón?—Volví a interrogar, dejando el vaso en la pica y acercándome a él.
—Es un secreto.—Contestó con voz arrogante.
—Cómo no.—Ironicé, saliendo de aquella sala y viendo a mi amiga.
Sonreí y me fui hacia ella para contarle todo lo sucedido y que lo próximo, sería ir en busca del pequeño de los Uchiha. Cuando fui a cogerle del brazo para llamar su atención, hubo un gran ruido que parecía proceder del bosque, de la parte de atrás.
Todos los presentes nos sorprendimos y Mai y yo nos miramos embobadas y extrañadas. Pero, yo, sobretodo, desconfiada.
Por algún impulso o instinto tuve la necesidad de ir a ver qué era ese ruido o quién lo provocaba, era algo que tenía que saber.
Maica, Deidara e Itachi me siguieron por detrás. Mai por obvias razones, y Deidara e Itachi porque les extrañaba el ruido y querían averiguar de qué provenía, no fuesen a ser los de la hoja u otro enemigo.
Corrí todo lo que pude, dejando atrás a los demás y adentrándome a la parte del bosque, con la respiración entrecortada y, por alguna razón, muy nerviosa. Fui ralentizando mi trote y miré por todos lados, escuchando los extraños quejidos de alguien y siguiendo por el oído el camino, hasta que llegué y...Vi una extraña figura, sentada en el suelo.
Saqué la espada y le apunté, reticente; No le podía ver bien la cara, sólo que su cabello era largo y negro, y su vestimenta era similar, con una chaqueta del mismo color.
—Joder...—Musitó la persona.
Mi mente se marchó a otro lugar y me quedé un momento petrificada; Conocía esa voz, la conocía perfectamente...
—¿Quién eres?—Inquirí totalmente hostil y llena de frialdad, negándomelo a mí misma lo que pasaba por mi mente.
—¡Yuki!—Escuché gritar, con las voces de Maica y Deidara.
Obito apareció de la nada a mi lado, observándome extrañado y mirando al chico enfrente que teníamos, serio.
Por fin, los dos junto a Itachi, llegaron y se pusieron un poco detrás mío, caminando poco a poco para analizar quién era y qué ocurría, más Maica se acercó del todo, agarrándome del brazo.
—No lo quiero volver a repetir.—Espeté, de la misma manera que antes.
El chico en concreto pareció dar una sacudida a su cuerpo tras escuchar mi voz, elevando su mirada de ojos verdes hasta encontrarse con la mía de ojos idénticos.
—Ese desamor lo conocería en cualquier sitio, eh...—Dijo con cierto aire de prepotencia.
—N-No puede ser...—Tartamudeé, dejando caer la espada—No me lo creo...
—E-Ese es...—Murmuró también Maica, incrédula de que sus ojos viesen a ese chico tan parecido a mí.
—¿Por qué tienes esa cara, Al...?—Musitó el chico, sin llegar a acabar lo que quería decir.
No le dejé tiempo a terminar la palabra, mi verdadero nombre que él tanto sabía y pronunciaba...Me había abalanzado hacia él para abrazarlo, también para taparle la boca para evitar que lo dijera y me delatase. Él me correspondió, de manera protectora y fuerte.
No me lo podía creer.
—¿Qué ocurre?—Preguntó de una vez Itachi. Deidara no hablaba, estaba ocupado con la boca abierta porque no se creía que yo estaba abrazando a alguien—¿Quién es?—Habló de manera severa.
Me separé un poco y le miré entero; Ojos verdes, piel pálida, pelo negro y largo...Y, claro, no podía faltar esa sonrisita y ese rostro travieso y malicioso que siempre tenía.
—Es...Mi hermano.
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Y aquí el capítulo 37...Con todo lo que ocurre, que es mucho. ¡Espero que os guste y lo prometido es deuda! Dije que si habían suficientes comentarios publicaría otro, y aquí está.
Bueno, bueno...Primero que nada...Ya van a ir a por Orochimaru y Sasuke, a ver qué ocurre con todo este plan. Parece que ha ido bien, ya que el plan de Ali era que sus compañeros de una forma u otra, ponerlos en contra de eso y que pensasen que la serpiente no debería de estar vivo y se tendría que ir a por él, así les daría la oportunidad de ir en busca del pequeño de los Uchiha.
Y ha resultado. ¿Qué ocurrirá? ¿Qué pasará con todo esto?
Por último...Leo ha aparecido. Sí, sí..el hermanito de Alice ha aparecido(para saber cómo es, mirad la foto), extrañamente, ha aparecido, aunque no se sabe cómo ni porqué está ahí ahora...¿O sí?
¿Qué ocurrirá a partir de ahora? ¿Cómo es posible?
Y bien, comentad, comentad muuuucho. Que me encanta que dejéis comentarios sobre cómo os ha parecido el capítulo y todo eso, así que ya sabéis.
En multimedia: El aspecto idéntico de cómo es Leo, el hermano de Alice.
Hasta la próxima.