─Mañana es el cumpleaños de mi hermana y aún sigue dormida. Es tan triste, desearía poder hacer algo más.─comentó Jennie sentándose en la cama en medio de un suspiró. ─Hubiese querido que nos fuéramos de viaje a celebrar su cumpleaños.
─Lo sé, mi amor. ─dijo Lisa saliendo del baño con la bata entre abierta en el pecho y con el cabello goteando. Una imágen extremadamente sexi para la ojos de gato, quien se quedó sin habla viendo a su esposa acercarse. ─Todo ha sido demasiado difícil y... diferente, fue el año nuevo más triste que hemos pasado... nunca pensé volver a llorar tanto por alguien más que no fueras tú. ─dijo Lisa suspirando. ─Cuando despierte nos iremos de vacaciones en familia, me gustaría llevar a los niños a Disneyland, a Jisoo le gustaba mucho y... ─se detuvo al ver a Jennie tan seria y sin habla. ─Nini, ¿qué tienes? ¿te sientes mal? ─puso su mano derecha sobre la frente de la ojos de gato.
─Amor, tú cabello. ─dijo Jennie tragando fuerte, mientras recorría el abdomen firme y marcado de su esposa.
─¡Ah, sí! aún no lo seco, antes quise salir a hablar contigo... pero lo haré ahora mismo, cariño. ─sonrió y se agachó a darle un besito a la castaña, sin embargo, en cuanto lo hizo, Jennie la tomo por los cordones de la bata de baño y la atrajo hacia ella, ocasionando que la más alta cayera encima de su cuerpo. ─A-Amor... ¿acaso t-tú q-quieres... h-hacer el amor? ─balbuceó Lisa ensimismada en el rostro de su Jennie, la melena de la castaña cubría el duvet, y los tirantes de su pijama se habían bajado escasamente, revelando un poco sus pechos. Lisa pasó saliva; Jennie se veía demasiado sensual y ella ya se sentía lo suficiente caliente al verla mirarla tan fijamente.
─Oh sí... mi amor... ─comenzó a quitarle la bata a la más alta a la vez que rozaba sus brazos firmes. ─Quiero que lo hagamos justo ahora... te deseo tanto, que quiero que me ames mucho ahora mismo. ─tomó los labios de la pelinegra con necesidad, introduciendo su lengua, el beso subía y subía la temperatura corporal de ambas, sin embargo, fue hasta que Jennie tomó ambas nalgas de Lisa, qué está la detuvo en contra de sus deseos más carnales.
─Mgh... Nini... mi amor. ─luchaba por separarse del agarre y de los labios de su mujer. ─Aún estás muy delicada, princesa, no creó que debamos hacer ésto justo ahora. ─se separó de sus labios hiperventilando, a causa de la falta de aire.
─¿Que dices si lo hacemos, muy... suave y delicado está vez? ¿sí? ─hizo un puchero y se apoderó de la cintura de la más alta con ambas piernas. Lisa no iba a ceder sí ella no le aseguraba de que iba a estar bien, ante cualquier impulso y deseo casto, estaba el bienestar de su contraria. ─Además... ─comenzó a besarle y a morderle el cuello a la vez que le apretujaba las nalgas, incitandola a penetrarla. Lisa gruñó. ─Sé que también me deseas justo ahora, mi amor, y eso me encanta. ─gimió la más alta cuando la ojos de gato se apoderó de su miembro con su mano derecha. ─Recuerda que no hemos tenido una oportunidad como está en algún tiempo porqué Lili siempre está durmiendo con nosotras, pero justo ahora... quiero que me ames con desenfreno, mi amor. ─siguió masturbándola con ímpetu; de arriba a abajo, un roce perfecto y placentero a causa del líquido pre seminal que comenzaba a salir del glande de la más alta, la cual apretó las sábanas con fuerza intentando controlar las sensaciones que le producían los movimientos de su esposa, en pocos segundos el miembro de Lisa se puso muy duro y erecto, la castaña lo supo porqué golpeó contra su intimidad cual bara. Los músculos de Lisa se contraían, su piel brillaba a causa del sudor o tal vez por las gotas de agua que aún no secaban en su cuerpo, Jennie no supo que más hacer, quería rendirse ante su esposa y que la amará con locura toda la noche y todo el día siguiente sí fuera posible. Lisa movió sus caderas y un gemido abandonó la boca de la más baja.
─Aghhh... ─gimió Jennie de nuevo, está vez mordiéndo su labio inferior a causa de la anticipación.
─Voy a hacerte tocar las nubes, gatita. ─los ojos de la más alta se tornaron muy oscuros, se separó un poco del cuerpo de la castaña y se quitó el resto de la bata muy lentamente. Jennie se sintió muy húmeda como en todas las ocasiones que veía a su mayor completamente desnuda; luciendo tan caliente, tonificada, sexy y delicada en sus movimientos. Esa dualidad de su esposa la consumía y la volvía loca; en ocasiones siendo tan delicada y sentimental, y en otras tan ruda y autoritaria. Lisa se llevó el pulgar derecho a la boca y lo chupó produciendo un sonido lascivo y obsceno, ocasionando que el cuerpo de Jennie se estremeciera y temblará, seguidamente, se acercó al cuerpo de su mujer y llevó el mismo dedo a la boca de está, la ojos de gato lo chupó con energía ahogando varios gemidos en su boca mientras que Lisa se deshacía de su pequeña pijama con delicadeza y le besaba los pechos, cuando la más baja estuvo completamente desnuda, Lisa quedó hipnotizaba por su belleza, sin embargo, no esperó y retiro el pulgar de la boca de su esposa para dirigirlo directamente a su punto más sensible; su clítoris, primero comenzó frotandolo suavemente, pero al cabo de unos minutos, decidió apretarlo y pellizcarlo un poco: Jennie gruñó mientras estiraba el labio inferior de su esposa con fuerza a causa del placer que la más alta le proporcionaba.
─Mgh... mi amor, deja ya... de torturarme o no podré resistirlo más. ─gruño Jennie frunciendo el ceño a causa de todas la sensaciones que abordaban su cuerpo, y contra el pedido de su esposa; Lisa se apartó, sonrió ladino y dirigío sus intenciones a la entrepierna de su esposa; lamiendo y chupando su pequeño botón cual dulce de fresa. Jennie sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo debido a la humedad proveniente del cabello de Lisa tocando sus muslos internos, pero ésto no bastó, pues ya sentía su orgasmo muy cerca a causa de los movimientos de la lengua de la pelinegra. No iba a durar mucho si Lisa continuaba así, por lo que decidió detenerla tomándola por las mejillas. Lisa gruñó y a modo de coquetería se relamio los labios con descaro bajo la atenta mirada de Jennie, la última gruñó y la haló encima de ella de nuevo. ─Estas siendo muy mala conmigo, ¿mm? ─le dio un ligero empujoncito y Lisa cayó de lado, dejando su cuerpo a total disposición de la ojos de gato. Jennie apretó su miembro con su mano izquierda y luego lo recorrió todo con su lengua, la piel de Lisa se erizo al acto y gimió alto cuando su esposa introdujo su miembro en su boca de manera lenta, Jennie lo humedeció y luego se puso a horcajadas sobre la cintura de su esposa. ─No me dejas otra salida... no me gusta que me lleves la contraria cuando quiero algo. ─la miró sería y luego se dejó caer sobre el miembro de Lisa de una sola vez.
─Oh, oh... mi amor. ─gimió Lisa, viendo su escena favorita; su mujer montandola. La lujuria y lo procaz de ver a su miembro entrar en la cavidad de su esposa la puso más caliente. Tomó los pechos de su mujer y comenzó a frotarlos mientras está movía sus caderas de una forma deliciosa y atrevida. ─Ah, Nini... mmm... mi amor, que bien te mueves. ─Jennie sonrió y Lisa se sentó, se miraron cómplices, embriagadas por el deseo y por un corazón palpitante de amor. La más alta la abrazó por la cintura con su mano derecha y con la otra comenzó a acomodarle varios mechones de cabello detrás de la oreja. ─Te amo, te amo como no tienes idea, mi Nini. ─mencionó la pelinegra y sin despegar su cuerpo del de su esposa, la acostó en la cama con delicadeza y suavidad. Su mirada ensimismada en la de su esposa, ambas viéndose fijamente, obsesionadas. ─Te amo, mi preciosa. ─el vaivén de sus caderas era suave y delicioso. Cómo ya sabía dónde tocar a su contraria, dedicó su ímpetu a alcanzar el punto más sensible de su mujer. Su penetración era muy suave, tortuosa y deliciosa, enfocada en complacer a su pareja, a la vez que la amaba y la cuidaba.
─Te amo mucho... más, mi amor... ─respondió Jennie entre jadeos, y luego la beso. ─Con todas mis fuerzas...
Entre tener sexo y hacer el amor, había un camino muy amplió y Jenlisa sabía distinguir muy bien la diferencia, se amaban y se deseaban con locura; siempre fue así desde aquella vez que Lisa iba corriendo por los pasillos de la Universidad porque iba tarde a clase de economía y chocó con Jennie; ese día el mundo de ambas cambió y no solo sus ojos conectaron, también conectaron sus almas. Lisa quedó hipnotizada con su menor, sus curvas, sus labios, toda ella la enloqueció desde el primer instante, así que no dudo en disculparse, ser amable y cortejarla, por su lado, Jennie cayó rendida ante la amabilidad, la sensualidad y el erotismo que desprendía Lisa naturalmente.
─¿Dónde estabas? ─preguntó Jihyo encendiendo la lámpara de la sala, iluminando el lugar. Tzuyu pegó un pequeño saltó por la impresión y se llevó una mano al pecho al acto. Jihyo recorrió con la mirada el cuerpo de su esposa en busca de más evidencia de sus fallas. ─¿Dónde estabas a esta hora, Tzuyu? ─repitió su pregunta, ya era pasada la media noche y su esposa apenas iba entrando a casa. Jihyo se preocupó mucho por su ausencia, no pudo conciliar el sueño y decidió esperarla antes de irse.
─B-Bueno... estuve en la empresa, y luego fui a ver a mi madre. ─se justificó rápidamente con nerviosismo. ─¿Q-Qué te pasa? ¿Qué es ésto, cariño? ¿Un interrogatorio? ─dijo Tzuyu acercándose a su esposa. Jihyo identificó sus intenciones y se puso de pie cruzada de brazos, alejándose de la más alta a propósito.
─No te me acerques. ─pusó una mano en medio de ambas. ─Tienes razón, ya no quiero más explicaciones. ─Jihyo tiró al suelo un sobre color canela y las fotos de su esposa junto a un hombre fueron reveladas. Tzuyu palideció al instante y su corazón pálpito muy rápido a causa del miedo por ser descubierta. ─Hablé con tú madre y no estabas con ella, deja ya de mentirme, no soy tu juguete. ─se dió la vuelta dispuesta a marcharse. Nunca pensó tener que pagarle a alguien para que siguiera a su esposa, pero necesitaba conocer la verdad de sus andanzas de una buena vez.
─No, no, no, mi amor, no es lo que imaginas, por favor, déjame explicarte. ─Tzuyu cayó de rodillas y la abrazó por la cintura con desesperación. Jihyo apartó la mirada y tragó fuerte, no quería llorar frente a ella. ─S-Sí, nos hemos estado viendo, pero es por un negocio que me propuso en Taiwán... hoy me invitó a cenar y se me hizo tarde, eso es todo.
─Quiero que me sueltes ahora mismo, me estás lastimando. ─la miró con el ceño fruncido y Chewy obedeció de inmediato. ─Ese hombre es tú ex novio, Tzuyu, y te has estado viendo con él varias veces, no solo está noche, ahí tienes las pruebas... dime la verdad, es lo mínimo que me merezco, ¿no crées? ─ya no pudo controlar más sus lágrimas y estás comenzaron a deslizarse sin freno por sus mejillas. ─Ya nunca estás en casa, ya no estás al pendiente de tú hijo, ya ni siquiera estás para mí... ¡es que ya nada te importa! ¡Nosotros no te importamos!
─S-Sí me importan, me importan mucho... Y-Yo lo siento, lo siento por no estar presente últimamente, las cosas van a mejorar, ¿de acuerdo? ─se apresuró a decir la más alta y Jihyo retrocedió de su tacto.
─Ya nada va a cambiar, me has mentido desde hace meses y justo ahora lo volviste a hacer en mi propia cara... tú no eras así, nos contábamos todo, y si fuera tan solo por un negocio me lo hubieras dicho como siempre lo hacías... Dime, Tzuyu ¿desde cuándo dejaste de amarme? ─los ojos de Jihyo se llenaron de lágrimas. Esa pregunta le estrujaba el alma y le rompía el corazón. Tzuyu no pudo más y rompió en llanto al igual que su esposa.
─No he dejado de amarte, mi amor. Yo te amo, te lo juro, te amo.
─¡No me mientas más! ¡Sé honesta sobre tus sentimientos! ─bufó enojada y la otra se encogió en su lugar. ─Si en verdad me amarás no estarías compartiendo tú tiempo con otra persona y mucho menor me estarías mintiendo en la cara con vil descaro. Antes eras honesta conmigo, pero ahora ni siquiera te conozco... sabés no quiero verte más, no quiero seguir con ésto. ¡No voy a permitir que me sigas engañando! ─intentó huir pero la más alta la detuvo tomándola de las manos.
─No, no harás eso... no me puedes dejar, bebé, por favor. ─la abrazo con fuerza impidiéndole el movimiento. ─Perdóname, mi amor.
─¡Sueltame! ─forcejeo con fuerza intentando soltarse, con lágrimas en los ojos pero Chewy no lo hacía.
─Nos besamos, pero no pasó nada más. Te lo juro, mi amor. ─confesó viéndola directamente a los ojos, sin embargo, Jihyo la empujó separándola de su cuerpo y lloró con brío. ─Sé que debí decírtelo, y lo siento, pero no tuve la valentía... no soy como tú.
─¿Sabés? Sí me lo hubieras dicho a tiempo podría haberlo entendido, pero ahora no es así, ya no eres la misma persona de la que me enamoré, ahora mientes y me ocultas las cosas, ya no me dedicas tiempo, no me abrazabas, no eres afectuosa... no quiero un amor así, no quiero una persona así... no me lo merezco cuando yo te di todo de mí, desde que nos conocimos. ─se acercó a la sala. Las maletas estaban hechas y su hijo dormía en el sofá.
─No te irás, está es tu casa, mi amor... no me dejen por favor, te lo suplico. Tendrás todo lo que pidas, te lo prometo. Pero no hagas esto, Jihy, por favor.
─No es lo que yo pida, es lo que tú corazón esté dispuesto a darme y él ya no me quiere de la misma manera... no sabés lo que quieres, Tzuyu, y yo no quiero estar con alguien que no priorice a su familia, porqué para ti todo es más importante que nosotros, incluso vuelve alguien que te trato mal en el pasado, y estás ahí para él antes que conmigo, que soy tu esposa.─bufó la de cabello más corto elevando los brazos al aire. ─¡Te valieron nada nuestros votos! ─comenzó a teclear su celular a mucha velocidad. ─Me voy con mi hijo lejos de ti, no quiero verte un minuto más. ─tomó en brazos a Jaesang y un guardia se acercó a ayudarla con las maletas.
─¡No te irás a ningún lado con mi hijo, Jihyo! Por favor, detente. ─Chewy se interpuso en la puerta principal.
─Tzuyu, estás actuando con inmadurez, apartate de una vez, quiero irme en paz. ─pidió Jihyo y la más alta nego cubierta de lágrimas. ─Te vendrá bien un tiempo para pensar antes de que te haga llegar el acta de divorcio.
─¿Qué? ¡NO! ¡JAMÁS TE DARÉ EL DIVORCIÓ! No digas eso, lo dices porqué estás caliente, lo sé. ─gritó con desesperación. Ya no sabía que más hacer para retenerla ahí. ─Mi amor, te lo ruego no hagas esto, voy a mejorar por ustedes, te lo prometo, pero por favor no te vayas, no me dejes... ─se arrodilló en el piso y comenzó a suplicarle. ─Te lo pido, mi amor, te lo suplico... quédate, mi vida, quédate. ─el pecho le ardía y muchas lágrimas cubrían sus mejillas.─¿Cómo puedo repararlo?
─Yo no puedo responderte eso, debes averiguarlo tu misma... Ahora, por favor, déjame ir, no quiero armar un alborotó, sabés que no me gusta. ─Jihyo cubrió con una manta a su hijo, dispuesta a abandonar el que una vez fue su hogar. En un instante, Chewy tomo su mano izquierda y le dejó un beso en ahí, Jihyo pasó por su lado, Tzuyu giró su cuerpo y luego vió marchar a su esposa junto a su pequeño hijo. El corazón se le apachurro viéndola subirse al auto, las lágrimas le quemaban y la ansiedad y los nervios por perder a su esposa la consumieron.
─¡Aaaghhh! ─gritó con toda la energía que tenía y azotó con fuerza la puerta principal. ¿Locura y desesperación? Tal vez, pues son unas de los sensaciones por las que se pasa cuando se siente que no hay solución y marcha atrás. ¿Arrepentimiento? Claro, por haber actuado mal y lastimar a las personas que más se aman. ¿Como encontrar la absolución? ¿Cómo encontrar el perdón? Jihyo ya no era la niña de antes, ahora era una mujer fuerte e independientemente, firme en sus decisiones y sobre todo una que se amaba más que a cualquiera, sabía su valor como mujer y justo por eso decidió marcharse, ya no quería sufrir la ausencia de Tzuyu en ninguna forma, tan solo quería ser feliz y criar a su hijo en paz. ─¡Maldición!... ¿por qué?
Chewy comenzó a romper todo lo que encontraba a su pasó sin importarle si se lastimaba o no, pero luego se detuvo ya que todas las piezas que ella quería acabar con irá habían sido obtenidas con esfuerzo y esmeró por su esposa, todo con el objetivo de decorar su hogar de la mejor manera posible. Volvió a culparse, se dirigió al bar y destapó una botella de Whisky escocés, bebió sin parar y sin importarle que el alcohol le quemará la garganta, lloraba y bebía en soledad, consumida por el dolor mientras veía una foto de Jihyo y su hijo.
─Ojalá estuvieras aquí para abrazarme, Jichu. ─dijo viendo por la ventana. ─Feliz cumpleaños, hermana. Te extraño demasiado. ─dijo Jihyo mientras la brisa le golpeaba el rostro. Lloró desconsolada, un corazón roto a causa de la traición y las mentiras, y también uno que sufría sin mesura la ausencia de su mejor amiga; la única que estaría recogiendo los pedazos de su corazón, la única que la consolaria, y la única que hubiese estado a su lado justo ahora, acompañándola. ─Dios, por favor haz que despierte. ─musito viendo al cielo; oscuro y nublado, característico de la madrugada.
Esa madrugada Jihyo y Jaesang llegaron a casa de Jisoo, siendo recibidos en primera instancia por la energía y la felicidad de Dalgom y Hank.
Mi casa siempre será tú casa cada vez que lo necesites.
Por primera vez en días Jihyo logró sonreír de nuevo al recordar las palabras de su mejor amiga, Jisoo siempre fue demasiado cálida y considerada con los demás, pero sobre todo lo fue con su mejor amiga; un día simplemente la menor la sorprendió entregándole una copia de las llaves de su casa a la mayor por si está lo necesitaba, acto que ocasionó que Jihyo la abrazara y la consintiera por días.
─Gracias, por cuidarme tanto y tenerme en cuenta en todas tus decisiones, Jichu. Eres la mejor amiga que siempre deseé. ─dijo Jihyo con varias lágrimas recorriendo sus mejillas mientras veía una foto de su mejor amiga. ─No te imaginas cuánto te extraño, de verdad que lo hago. Te quiero tanto que duele. ─un nudo en su garganta punzo con tanta fuerza que no pudo articular una sola palabra más y no le quedó de otra que abrazar la foto de su mejor amiga contra su pecho en busca de consuelo.