Estaba yendo contra mi voluntad. No quería hacerlo, pero me sentía comprometida al respecto, pues quería aclarar las cosas y cerrar ese horroroso capítulo de una buena vez.
─¿Siempre vas a escoltarme a todas partes? ─pregunté riendo.
Me encontraba muy nerviosa. Hoy se llevaban a Wendy y a Haein, y él último había pedido hablar conmigo insistentemente y contra la negación de absolutamente todos, incluida Chaeng pensé en hacerlo. Era una deuda que tenía conmigo misma, y debía saldarla.
─Recuérdale a Rosé que como tú mejor amiga primero te casaste conmigo, y sí, siempre voy a apoyarte en todo lo que hagas, aunque sea en algo extremadamente estúpido como lo que vas a hacer ahora. ─dijo Jihyo con sorna mientras empujaba mi silla rumbo a la habitación de Haein.
─Creó que lo sabe. ─afirmé riendo y continúe. ─Siento que debo hacerlo... y te recuerdo que fuiste tú quien se ofreció a acompañarme. ─contraataque con sorna.
─¡Obvio tonta! No te iba a dejar sola en ésto. Que conste que tú lo dijiste. Cuándo pregunten ¿quien se opone a esta unión? Diré, yo me apongo, ese pollo es mío. ─solté una carcajada.
─Eres una mamona. La más grande. ─negue riendo.
En un rato Chaeyoung, y yo firmaríamos el acta de matrimonio, y las chicas hicieron que abandonara la habitación ya que querían hacer algo lindo junto a ella. Ya era hora de que diéramos ese pasó, y también que nuestra hija llevará nuestros apellidos. Ahora sí íbamos a ser una familia y construiríamos un hogar lleno de amor para nuestra pequeña. Me sentía muy emocionada al respecto, así que aproveché, y decidí cumplir la cita que tenía pendiente. Evidentemente Jihyo tampoco se encontraba de acuerdo, pero como siempre, ni siquiera tuve que preguntarle que me acompañará cuando ella ya se encontraba ayudándome a sentar en la silla de ruedas. Es la mejor amiga. Mi familia se quedó muy preocupada cuando Eda les mencionó el escándalo que ocasionó el papá de Kai, así que pidieron bastante seguridad para nosotras, sobretodo para Haneul, pues Jen y Alice, estaban enamoradas de su sobrina, y se la pasaban la mayor parte del día con ella, por otra parte, Leo no quería despegarse del lado de su pequeña prima; tomó una postura muy sobreprotectora hacia mi hija, la consentía y le leía cuentos, estaba siendo el hombresito más hermoso del mundo. Me derretía el corazón.
─Anda Jihyo, entrá de una vez. ─demandé.
Ella se quedó parada frente a la puerta, y los oficiales comenzaban a vernos de forma extraña. Teníamos permiso para la visita, pero el vaivén de mi amiga no facilitaba las cosas. Hice el amague de levantarme, ella gruñó e ingresamos a la habitación. Habían dos oficiales, uno a cada lado de Haein, vigilandolo; estaba esposado de su mano derecha, y en cuanto me vió se incorporó como pudo. Traía el hombro izquierdo vendado, al parecer dónde lo impacto la bala.
─Jisoo, viniste. ─tomé una postura sería.
─Así es ¿qué quieres? ─pregunté cortante, y Jihyo puso sus manos en mis hombros en señal de apoyo.
─Yo... sé que no tengo perdón, pero antes de que me encierren, y pasé mis últimos instantes en prisión, me gustaría pedirte perdón. ─sus ojos se aguaron, y negué suspirando. ─Te he lastimado demasiado... desde que nos conocimos me he comportado como un canalla contigo y no lo merecías. Siempre fuiste una excelente mujer conmigo, muy dulce, y considerada. No te valoré, y lo lamento mucho porqué sé que no lo merecías. Te dañe demasiado... Quiero que sepas que en ninguno de mis planes estuvo hacerte daño a ti, sé...
─¿Por qué hiciste todo ésto? Incluso asesinaste personas... Estuve a punto de morir a manos de Kai, Chaeng estuvo a punto de morir ¡Mi hija estuvo a punto de morir!... ¡Y ahora se encuentra luchando por respirar! Eres un... todo lo que hiciste... ¡Todo por las ansías de dinero! ¡Eres un bastardo!
─No fue solo por dinero... por resentimiento tal vez... Sentí que me habían robado de muchas formas, yo nunca me olvidé de ti. Sí, se qué te lastimé cuando nos separamos, y que te dije cosas hirientes también, pero no lo hice porqué no te amará, lo hice porque quería dinero y pensé que iba a ser feliz si lo tenía. Al principio fue suficiente, pero luego ya no fue así. No era feliz al lado de Eunyeong, ni con ninguna otra. Nadie me daba lo que tú me diste, nadie se entregó a mi de la misma manera en como lo hiciste tú, y cuando me sentí desperado por la deuda que tenía, y Zang encontró a Kai, creí que podía resolverlo todo. Tan solo teníamos que entregarle a Rosé, y él resolvería todos mis problemas, sin ella en medio tendría la posibilidad de intentarlo contigo y él con ella.
─Estás más, o peor de loco que ese hombre. Ambos están mal de la cabeza. Ni en sueños volvería contigo, que te quede claro de una vez. ─negue indignada. ─Yo jamás voy a dejar de lado a Rosé, jamás hubiera parado de buscarla a ella y a mi hija ¡Jamás!
─Tal vez lo estoy, pero no te estoy mintiendo. Es lo que siento, y lo he llevado en el corazón desde hace mucho tiempo. Yo no sabía que Kai y Zang se habían confabulado para matarte... ¡Es por eso que te salve! ¡No quería que murieras! Esperaba que una vez que Rosé estuviera a kilómetros de distancia, podrías ceder. Una vez me juraste amor, éramos felices, y...
─¡Cállate! ¡Cállate de una vez! ¿Como te atreves, Haein? ¿¡Como te atreves!? Eres un descarado, no tienes moral. Yo no soy de tú propiedad. ─bufé echa una fiera señalandolo con mi dedo índice. ─El único amor que creés sentir por mí, es el que tienes por la cantidad de ceros en mis cuentas bancarias ¡Deja ya de ser hipócrita! Te vendiste al mejor postor, antes y ahora también. Has caído muy bajo. Eres un ridículo. Hablas de amor después de tantos años cuando vivías en la procrastinación y el consumismo, eso no tiene sentido alguno. Tú no me amaste, y yo tampoco lo hice.
─¡Eso no es cierto! ─se sentó de golpe en la cama, llenó de rabia. ─Te estoy hablando con la verdad ¡Joder!
─A diferencia de ti, yo no miento. Yo sí sé la clase de mujer que soy. ¿Sabés cuál es tu problema? Que no superas que es gracias a Chaeyoung, una mujer, fue que conocí el verdadero amor y que soy feliz, y que logré ser exitosa, cosa que tú no lograste aunque te hayas vendido. Caí y logré levantarme de la miseria que vivía a tu lado. Esa es la verdad. Además, lo único que aprendí contigo, es lo que son los errores, sí, un error. Tú eres un error en mi vida, que lo único que hizo fue ayudarme a madurar como mujer, a ayudarme a darme cuenta que es lo qué NO quiero en mi vida. A valorarme, y a amarme, y a hacerme saber que siempre debo ser lo más importante antes que alguien más. Chaeyoung me enseñó lo que es el amor honesto, y sincero. A diferencia de ti ¡ella se quedó! ¡Sin importar si tenía dinero o no! Sin importarle mi origen. Me amó desde que me conoció, cuando tú me repudiaste por ser humilde ¡Idiota! ¡Poco hombre! Te quedé grande. Fuiste y eres un cobarde.
─¡No! ¡No! ¡Cállate! ¡Eso no es así!
─La amo con toda mi alma, y voy a ser su esposa en unos minutos. Me voy a casar con ella por amor y nada más. ─mencioné orgullosa.
─¡No, Jisoo! ¡No lo harás! ¡Maldita sea!
─Me salvaste, sí, pero también intentaste matarme, así que quedamos a mano. Adiós, Haein. ─Jihyo giró mi silla y, me despedí con la mano.
─¡Precoz! ¡Pito corto! ─le gritó Jihyo.
─¡Jisoo, vuelve aquí! ¡Jisoo! ¡Kim Jisoo! ¡No puedes! ¡No lo harás! ─los guardias cerraron las puertas a nuestras espaldas, y suspiré aliviada.
─Eso fue... ridículo. ─dijo Jihyo.
─Anda, ya puedes reírte.
─Gracias, tuve que aguantarme tanto tiempo. ─estallo en risas, mientras nos dirigimos a la habitación de Wendy. Todo el qué iba por el pasillo nos veía raro, a causa del estallido de Jihyo. ─Ahh, definitivamente las chicas van a reír durante días cuando se enteren. ─me encogí de hombros. ─Estuviste perfecta, Jichu. Lo destrozaste.
─Se lo merecía, es un imbécil. Es por su culpa que hoy mi hija está en esa incubadora. Cabrón. Hubiera querido golpearlo, pero en la cárcel tendrá suficiente.
─Pagará por todo lo que te hizo, tenlo por seguro. ─nos detuvimos.
Los oficiales se encontraban custodiando la puerta en la habitación de Wendy. Inhale profundo mientras era ingresada por mi mejor amiga. Abrí los ojos, y entristeci. Wendy miraba fijamente hacia la ventana mientras lloraba; relucian una ojeras muy negras, y sus manos reposaban sobre su vientre. Desde que le informaron que efectivamente había perdido a su bebé, ella entró en depresión. Dejó de hablar, y de realizar cualquier acción por si misma; ya ni siquiera comía sola y debían asistirle absolutamente todo. El trauma que le ocasionó haber perdido a su bebé, el maltrato constante de Kai y los hechos que ocurrieron ese día la dejaron muy inestable y marcada. Fue evaluada por un profesional, y a diferencia de Haein, ella cumpliría su condena en un sanatorio mental. Me pareció bien; pesé a que Wendy fue una cómplice en el accidente, y en el secuestro, también fue una víctima, ya que Kai ejercía dominio, manipulación psicológica y manipulación física sobre ella indiscriminadamente; por muchos años él fue su secuestrador, y ella la pasó muy mal la mayor parte de su madurez. Fui testigo de la manipulación, y el maltrato cuando fuimos amigas, y luego, cuando nos volvimos a encontrar. Así que sí, ella debía sanar, y él tiempo y los profesionales la iban a ayudar a hacerlo.
─Hola, Wendy... soy Jisoo.─Jihyo me acercó a su cama. Ella seguía con la mirada perdida, su concentración estaba en otro lugar. ─Dark, yo... quería decirte que estoy bien, volví después de todo. ─solté una risita. ─Logré hacerlo y salvar a mi familia. Gracias por tu ayuda, de no ser por ti hoy todo hubiera sido distinto, así que muchas gracias por eso, Wendy. Lo lamento mucho, tu vida fue muy díficil por culpa de él, pero todo estará bien de ahora en adelante. Mmm, hay algo más, yo... te perdono por absolutamente todo, quiero que sepas qué lo que pasó en el pasado ya no importa. Te perdonó. Llévate eso contigo. No me debes nada, no tenemos ninguna deuda pendiente, estamos bien. Esperó poder verte sana en un futuro cercano. Vas a recibir toda la ayuda que necesites, te lo prometo. Te deseo lo mejor. Intentaré ir a visitarte junto a las chicas. Aún haces parte de nosotras, no lo olvides. Yo... me tengo que ir, hoy me voy a casar, pero antes, quiero que sepas que nadie te va a lastimar de ahora en adelante, puedes estar tranquila. Estás segura y eres libre. ─pestañeó dos veces, y supe que ella estaba en alguna parte. Estaba aceptando mis palabras. ─Vas a ser muy feliz, Wendy, ya lo verás. Hasta pronto, Dark. Cuídate.
Me dolió mucho verla así, de la Wendy que conocí alguna vez, ya no quedaba ni la más mínima sombra. Claro que estaba enojada con ella, pero después de todo, identificamos que ella pasó años en cautiverio junto a ese monstruo, lo podía reconocer; fue violentada de muchas maneras, pero teniendo fé, pronto estaría bien.
En cuanto nos acercabamos a mi habitación, Jihyo no se detuvo, y me alarme un poco, se supone que todos estarían ahí esperándonos. No dije nada y permanecí en silencio. Mi mejor amiga sonreía e incluso logré verla con los ojos aguados, quise preguntarle pero cuando me di cuenta que nos dirigiamos a la unidad de cuidados intensivos, me sentí radiante de felicidad. Nuestra pequeña también seria testigo de nuestra unión. La vida me dio las mejores amigas que pudo darme; Jihyo abrió la puerta y la habitación de mi pequeña se encontraba llena de flores, rosas rojas, girasoles y claveles, acompañadas por varias velas color rosa. Se veía muy lindo y olía delicioso. Incluso decoraron la incubadora con algunas estrellas. Se me hizo una nudo en la garganta al ver a todos reunidos; mi familia, la familia de Chaeng y todos nuestros amigos más cercanos. Todos rodeando a mi hija y a mi futura esposa. Chaeng estaba sentada en su silla de ruedas, luciendo una corona de flores rosadas, algo de maquillaje y una sonrisa preciosa. Se veía radiante. Hermosa. Cruzamos miradas y esos ojos cual diamante me atraparon, me guiñó un ojo y mi corazón dio un vuelco en mi pecho. Ella me hipnotizaba. Estiró su mano izquierda, indicándome que me acercará. Jihyo empujo mi silla, y en instantes estuve al lado de ella. Volvió a sonreír y sus mejillas regordetas se pintaron de rosa. Alice le entregó otra corona, está vez con flores blancas, y seguidamente Chaeng la puso sobre mi cabeza; me tomó por las mejillas, nuestras narices se rozaron, y susurró un te amo con la voz entrecortada. No íbamos de etiqueta para el momento, pero eso no importaba, nos bastaba el motivo y la razón; la salud, el ahora. Entrelazo su mano con la mía. Le eché un vistazo a mi pequeña y luego a mi madre, quien me veía contenta llorando a mares, luego ví a mi hermana junto a mi cuñada, muy sonrientes, después a mis amigos, todos completamente emocionados y eufóricos, y por último, vi a Alice y los señores Park; abrazados, ensimismados en nosotras. Se me hizo un nudo en la garganta a causa del sentimentalismo y la felicidad que no solo les representaba nuestra unión, sino también, el vernos como una familia.
Desde que me enamoré de Chaeyoung lo que más anhele con todo mi corazón era que ella me cuidara, que me valorada y que me amara por quién soy, no quería esconderle nada y ella se quedó; me amaba, aún cuando fui una persona muy difícil, fría y plana con ella; Chaeng se entregó a mi, tanto o más que lo que yo lo hice en un principio, me mostró todo de ella, lo bueno y lo malo, aunque para ser sincera, a mis ojos ella era el ser humano más perfecto que podía existir. Amaba cada pequeña cosa de su personalidad, de su cuerpo y de su corazón. Pertenecerle, y que me pertenezca era la mayor fortuna del mundo. La admiraba. Solo la necesitaba a ella, y a mi pequeña para sentirme completa. No necesite palabras para hacerle saber lo mucho que la amo, y ella tampoco tuvo que decir una palabra; llegar hasta aquí juntas y sortear cada pequeño bache como pareja es la muestra más grande de amor, serle incondicional a tu novia y manifestarle un amor sano y bonito no solo demuestra lo que tienes en el corazón, también te hace saber la clase de persona que eres. La abracé como siempre lo hacía y como a ella le gustaba, está vez muy suave tomándola por la cintura evitando lastimarla a causa de sus heridas, le dí un beso cortó en su mejilla, se recargo en mi hombro, y en medio de la preciosa canción de John Legend - All of Me, y bajo la atenta mirada de quienes más nos amaban, oímos el parte del juez, un amigo de la señora Park.
─Nos encontramos hoy aquí reunidos para unir en matrimonio a Roseanne Park y Kim Jisoo, quienes se comprometerán a unir sus vidas bajo un símbolo de amor incondicional. Antes de proceder con el acta matrimonial, me gustaría dirigir unas palabras a las novias y a todos los presentes... Ante todo, muchas felicidades por haber dado el gran paso que supone unir sus vidas. En este feliz momento constarán ante sus seres queridos que han encontrado en la otra, a esa persona que las completa, y con la que merece la pena pasar el resto de sus días. Ahora tienen frente a ustedes un viaje lleno de sorpresas, una vida entera. En el camino van a encontrar de todo. Eso es el matrimonio, desde momentos de gran felicidad a situaciones que pondrán a prueba sus fuerzas. Tendrán que sortear juntas todos los obstáculos, pero si son firmes en su amor, lograrán superarlos uno a uno. Tolerancia, respeto, paciencia, cariño, confianza, capacidad para perdonar las faltas de la otra y amor, son los ingredientes imprescindibles de esa fórmula mágica y secreta que les dará la felicidad. Para finalizar, quisiera darles un pequeño consejo. Encuentren el amor en los grandes acontecimientos, como el día de hoy, pero también en las cosas más pequeñas y simples, cómo en el último beso de buenas noches antes de dormirse cada noche. Sólo me queda desearles, de corazón, que la ilusión que hoy vemos en ustedes perviva para siempre. ─oí llorar a Chaeyoung, y mis ojos se aguaron. Esas palabras fueron hermosas. ─Hemos llegado a la instancia clave de este cálido momento en el que ustedes deberán tomar la palabra para confirmar lo que sienten la una por el otra. Así pues, les pregunto, Roseanne Park, ¿quieres contraer matrimonio con Kim Jisoo y efectivamente lo contraes en este acto?
─Sí quiero. ─respondió Chaeng, y sus mejillas se llenaron de lágrimas. No dudo. Fue muy firme y segura. Una punzada atravesó mi pecho, me enamora cada vez más.
─Kim Jisoo, ¿quieres contraer matrimonio con Roseanne Park y efectivamente lo contraes en este acto?
─Sí quiero. ─contesté mirándola a los ojos. Sonreí a más no poder. Tan llena de felicidad.
─Ahora pueden proceder al intercambio de los anillos.
Apenas se oyó lo mencionado. Leo pegó un saltito, y se acercó contentó a entregarnos las joyas. Nos decidimos por unos anillos de oro, sencillos, y con el grabado de éste día en ellos, junto a una frase "Soy tuya con todo mi ser". Los presentes sonreían. Es el momento más feliz de vida. Chaeng, le dió una pequeña mirada a nuestra hija, y luego dijo.
─Yo, Roseanne Park, te tomo a ti, Kim Jisoo, como esposa y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. ─comentó deslizándo la joya por mi dedo anular. Temblaba, y rozaba mi piel muy suave. Tan linda. Cuándo el anillo completo su destinó, ella acarició mi piel. Me estaba aguantando el llenarla de besos.
─Yo, Kim Jisoo, te tomo a ti, Roseanne Park, como esposa y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. ─complemementé repitiendo su acción. Se llevó una mano al pecho y sonrió entre lágrimas viendo el anillo en su mano.
Esa sonrisa.
Un funcionario nos acercó el acta de matrimonio; nos miramos cómplices, llenas de lágrimas y euforia. Chaeng tomó la pluma y firmó temblorosa, y a continuación, me entregó el documento con una amplia sonrisa, y firmé con todo el amor que procedía en mi corazón. Fue la sensación más hermosa y plena. Jamás me sentí así antes. Jihyo y Hyeri firmaron como testigos... y fue oficial. Al fin. La tomé por las mejillas, y unimos nuestras frentes a la vez que sonreíamos.
─Bajo el mandato que me confiere el Ayuntamiento de Seúl y en virtud de los poderes que me confiere la legislación del Estado, yo las declaró unidas en matrimonio. Enhorabuena, pueden sellar su unión con un beso. ─finalizó el juez.
─¡Vivan las novias! ─se oyó un festejo a unísono, y la habitación se llenó de aplausos.
─Al fin eres mi esposa, al fin logré hacerte mia para siempre. Te amo con todo mi corazón. ─mencionó Chaeyoung con los ojitos llenos de lágrimas. No esperé, y me uní a sus labios, con el anhelo y la felicidad más grande. Mi corazón palpitaba con mucha fuerza. La abracé por la cintura, y ella pasó sus brazos por mi cuello; evitando que me alejara. Mariposas volaban descontroladas por mi estómago a causa de las sensaciones que ella me producía. El amor es hermoso cuando es correspondido de la misma manera y con la misma intensidad. Nos separamos por falta de aire, sin embargo, le deje un piquito al separarnos.
─Soy tuya, y tú eres mía, mi amor. ─susurré en su oído, y luego bese su mejilla.
─¡Que vivan las ahora esposas! ─una ovación se oyó, y Chaeng me volvió a abrazar por la cabeza, y me pegó a su pecho. Oí su corazón, y esté palpitaba como loco.
Soy tan feliz. Al fin, al fin somos esposas, y todo ocurrió frente a nuestra hija. Luego de que nos llenaran de abrazos y besos por la emoción. Tomé la mano de mi ahora esposa, y juntas nos acercamos hacia nuestra pequeña. Sonreímos con complicidad e hicimos la última diligencia que nos quedaba pendiente; registrar a Haneul. Le tomaron las huellitas de los pies, luego tomaron toda la información pertinente de su nacimiento, y nuestros datos, y por último juntas firmamos el acta de registro. Se me hinchó el pecho. Ahora ya éramos una familia legalmente constituida.
─Bienvenida al mundo oficialmente, hija. Eres Haneul Kim Park, la luz que ilumina nuestras vidas. ─dije en un hilo de voz.
─Es una niña preciosa... es tan hermosa, cielo. ─mencionó Chaeng reposando su cabeza en mi hombro izquierdo. ─Soy la mujer más feliz del mundo en este momento. La más feliz teniendolas a ustedes dos. Las amo mucho, mucho.
─Y yo las amo muchísimo más. ─entrelace nuestras manos.