Nos quedamos hablando acerca de todo, entre risas y caricias hasta la madrugada. Sincerándonos la una con la otra, abriendo nuestros corazones sin medida.
Flashback
Me separé de sus labios por falta de aire muy lentamente, apreciando ese rojo que los cubría a causa de nuestros movimientos, acariciando su rostro con delicadeza para luego dirigirme a su hombro izquierdo y repartir caricias para luego cubrirla con el duvet. Chaeng se escondió en el hueco de mi cuello y comenzó a acariciar mi clavícula con delicadeza, siguiendo la línea de esta con las yemas de sus dedos pausadamente mientras yo la abrazaba por la cintura.
─Te extrañé mucho... tus labios, tus caricias, el calor de tú cuerpo, absolutamente todo... sobre todo, extrañé mucho estar justo así, entre tus brazos. Cada noche imaginaba volver a vivir este momento contigo de nuevo... ahora después de tanto tiempo, parece tan solo ser un sueño.
─No es un sueño, estoy aquí contigo... con ustedes y no me volveré a ir, Chaengi. ─dije con seguridad dándole en pequeño beso en la cabeza. ─Yo también te extrañé de todas las maneras posibles.
─¿Todavía me amas tanto como antes? ─preguntó en un hilo de voz mientras me miraba a los ojos y sonreí ampliamente.
─Mucho más, nunca dejé de amarte y todo lo que hecho no ha sido solo por Haneul, también es por ti... porqué te amo con todo mi corazón. ─mencione con sinceridad y ella tomó mis mejillas para luego estampar sus labios con los míos con necesidad, no me resistí a sus movimientos y me deje llevar de nuevo, sonriendo a media que el beso avanzaba.
─Soy tan feliz... no te imaginas cuánto. ─se volvió a esconder en mi cuello y comenzó a jugar con mis dedos. ─¿Estuve en tus pensamientos cuándo no estábamos juntas?
─La mayor parte del tiempo... no me era sencillo ocupar mi mente en algo más que no fueras tú. ─dije y Chaeyoung comenzó a repartir besos en mi cuello. ─Chaeng...
─¿Sí, vida? ─inquirió mirándome a los ojos y automáticamente mi mano fue a parar a su mejilla izquierda.
─Dime sinceramente... ─su carita era de confusión total. ─¿Alguna vez llegaste a sentir algo por él? Pensabas en mi cuándo... ¿me amabas de la misma manera que yo a ti? sé que es doloroso para ti, pero... necesito saberlo.
─Desde que estoy contigo jamás he sentido nada por alguien más. Siempre has sido tú, en mi mente, en mi corazón y también en mi cuerpo... solo tú. ─confesó con seguridad acariciando mi mejilla y suspiré hondo. Al fin, porqué vivir con la duda me carcomía el alma. ─Cuando pensé que mis miedos se habían ido y al fin podía confiar de nuevo, él se aprovechó... y lo detesto, me produce asco tan solo volver a recordarlo.
─No quería volver a hacer que lo recordarás, lo siento mucho, ardillita.
─No te disculpes, amor. Ya puedo hablarte de ello sin sentir miedo, es parte de mi proceso de sanación. ─sonrió contenta y le di un pequeño beso en la frente. ─Quiero que me hables de París... quiero saber acerca de él. ─solicito y me sentí avergonzada. ─Se que me estoy adelantando un poquito a la próxima sesión de terapia, pero no podré dormir si no me lo dices.
─Está bien... ¿Qué quieres saber exactamente? ─suspire.
─Lo básico, quién es, como lo conociste, que ocurrió entre ustedes y bueno... ─titubeo y sentí un poco miedo de contárselo. ─Estaré bien... no te preocupes, pero necesito saberlo.
Eres tan valiente...
─Si quieres que me detenga en algún momento, házmelo saber. ¿de acuerdo? ─pregunté y asintió inmediatamente. ─Su nombre es Tristan Berhauthramm y es el cuñado de Eda... lo conocí en una fiesta unos días después de mi encuentro con la hermosa chica de la máscara. ─dije con sarcasmo y ella sonrió orgullosa. ─Nosotros... nuestros encuentros fueron casuales, estaba intentando reemplazar tu ausencia, solo era sexo, pero luego, las cosas cambiaron. ─sus ojitos se llenaron de lágrimas y se me apachurro el corazón. ─Un día, él se tardó demasiado en llegar y en su departamento se presentó una mujer y un pequeño niño... resultó ser la niñera y él su hijo, obviamente, yo no tenía idea, por lo que me lleve una enorme sorpresa. Ese día, conocí al pequeño Calvin y desde entonces me enamoré de él. Mi tiempo libre era dedicado a él y por consiguiente también a Tristan. Intenté no involucrarme mucho, pero al final termino siendo imposible, ellos fueron increíblemente especiales conmigo y no podía dejarlos por mucho tiempo. Con el pasar del tiempo, Tristan desarrollo sentimientos por mí y evidentemente tuve que alejarme, porque no podía corresponderle y porqué debía regresar a casa. ─varias lágrimas comenzaron a cubrir su rostro y me dispuse a consentirla con cariño. ─Desde el inició le aclaré que había alguien más en mi corazón, tú, sin embargo, él insistió en intentarlo... sé lo permití para intentar olvidarte y fue un error, porqué jamás funcionó y lo estaba lastimando en el proceso. Al final, terminamos con algo de distancia y como buenos amigos...
─¿Por qué se lo permitiste? ¿Por qué no lo cortaste definitivamente, cuando corroboraste que sentía algo por ti? ─preguntó con tristeza.
─Chaeng... ─acaricie su hombro descubierto.
─Dime, debo saberlo. ─pidió mirándome fijamente a los ojos y respiré hondo para luego responderle.
─Porque termine queriéndolo... a él y a su hijo. ─dije con sinceridad y ella se mordió el labio inferior. ─Lo siento... pero prefiero ser completamente sincera contigo. Sé que te fallé, pero... ─la abracé fuerte.
─No tienes porqué, no es tu culpa... pero es tan injusto y doloroso que hayamos tenido que pasar por todo esto. Yo no quería compartirte con nadie y ahora... ─sollozo y aumenté mi agarré, podía entenderla perfectamente.
─Lo hablaremos para que nos ayuden y no te sientas frustrada o insegura. ¿de acuerdo? ─pregunté y asintió. ─Ahora me siento un poco manchada... siento como si te hubiera sido infiel.
─No lo fuiste, no estábamos juntas en ese momento... no me fallaste, mi amor. Lo entiendo y no buscó que te sientas mal al respecto... es una sensación, nada más. ─menciono para luego darme un pequeño beso. ─Me sentía muy celosa de que les dieras esa clase de amor, sobre todo al niño y no a nuestra pequeña... simplemente no podía concebirlo... puede ser un poco tonto y egoísta, pero... ─hizo un puchero y sonreí para luego llenar su carita de besos hasta hacerla reír.
─No es tonto, se a lo que te refieres... ahora mismo tengo claro de que Haneul y tu son mi presente y mi futuro, además, me gusta que me celes... un poquitín. Te ves tan linda, cuando contraes la nariz de esa manera. ─dije riendo y mordió mi nariz. ─¡Chaeng!
─No entiendo nada de lo que dices. ─negó con algo de indignación.
─Chaengi... ─me acerqué a su boca, pero a medida que me acercaba, ella se alejaba. ─Chae... qué... ─volvió a negar con un mohín.
─Nada de eso. ─puso un dedo sobre mis labios y sonreí.
─Mi amor... ─mencione y ella asintió sonriendo, tomando mí nuca acercándome a sus labios.
─Eso es correcto, soy tú amor y tú eres el mío. ─finalizo y reí bajito para luego unir nuestros labios en un precioso beso, luego, apachurrarnos juntas y tener nuestro mejor sueño en mucho tiempo.
Fin flashback
Chaengi dormía aferrada a mi cuerpo incluso más que lo que recordaba... pero luego de estar tanto tiempo separadas ¿cómo reprochárselo? Me encanta, disfruto de su calor; era inevitable la necesidad y añoranza que sentíamos la una por la otra. Me separé de su agarré delicadamente, le di un pequeño beso sobre sus preciosos labios, para luego cubrir su cuerpo con el duvet. La miré dormir por unos segundos totalmente incrédula y al cabo de unos segundos me dispuse a bajar para prepararle un delicioso desayuno. Definitivamente, una sonrisa cubría mi rostro y la felicidad me llenaba el cuerpo, ya no estaríamos más tiempo separadas. Estábamos bien y ahora más que nunca debíamos estar juntas dedicándonos a amarnos.
El alivio.
─Te vez feliz, así que la noche debió ser... bastante productiva. ─menciono Suzy y negué riendo.
─Buenos días. ¿Pudiste descansar adecuadamente? ─pregunté mientras me acercaba a ella, quien me sirvió un vaso de café al momento.
─Buenos días. Totalmente... gracias por permitir que nos quedáramos en tu casa. Me encanta el lugar, es muy hogareño y acogedor.
─Está también es la casa de Chaeng y son bienvenidas siempre que quieran. ─mencioné y ella asintió sonriendo. ─Suzy... ─llamé y me miró fijamente. ─Gracias, por lo que hiciste por ella, ahora que lo sé, te agradezco por absolutamente todo... sobre todo por impedirle a ese hombre que la lastimara... por cuidarla... por todo, muchas gracias. ─tome su mano y ella asintió sonriendo.
─No me agradezcas, no tienes que hacerlo, Rosie es muy importante para mí... y precisamente por nuestras tontas peleas es que ese día justamente, pude ayudarla... ─nego riendo. ─Ese día iba a reclamarle por robarme a Jacob y cuando ví que salías de su camerino, me apresuré a encararla con furia... y me llevé la tremenda sorpresa de verlos así, entonces, no dude y lo abofetee fuertemente, ya luego Jacob se encargó de lo demás... No había visto a Rosie de esa manera desde la terrible ocasión en la cabaña, estaba estática, su cuerpo temblaba y no pronunciaba una sola palabra... La abracé muy fuerte y luego se escapó de mis brazos, salió corriendo como pudo y supuse que fue tras de ti... ─hizo una pausa. ─Supe que estaba mal desde que la ví así con él, porqué ella nunca te hubiera engañado... mucho menos con un hombre, porqué, aunque no ella lo niegue, sé que jamás volverá a sentirse segura con alguien del género masculino, estoy completamente segura sobre ello. ─dejo escapar un gran suspiro.
─Debía ser yo, quien le hubiera tenido que montar cara a ese imbécil. ─renegué.
─No es tu culpa, guapa. ─guiño y reí. ─Nuestras decisiones nos llevan a vivir cosas negativas en algunas ocasiones y Rosie lo tiene claro... ─hizo una pausa. ─Lo que me pareció completamente ridículo considerando los antecedentes de ese idiota, es que se haya atrevido a asegurar que iba a ser padre. ─negó riendo.
─¿Que quieres decir? ─pregunté expectante.
─El idiota de Lay Zang, es estéril... ─bufó y mi mandíbula casi cae al suelo. ─Aún, si se hubiera terminado de aprovechar de Rosie en las diferentes oportunidades que tuvo, jamás hubiera podido dejarla en embarazo, eso nunca habría podido pasar y es un alivio.
─¿¡Qué!? ─exclame casi en un grito.
─Lo que escuchas... en el pasado una de mis mánagers salió con él por un tiempo y siempre quiso quedar en embarazo. Vivía en una profunda tristeza pensando que ella era la del problema, pero en cuanto salieron los resultados y se demostró que era él quien tenía el impedimento... simplemente explotó contra ella y terminaron su relación... es el típico machito con la masculinidad herida, seguramente, reaccionó de esa manera en el hospital para que te alejaras de Park y así poder continuar con su estúpido teatro.
─¡Maldito imbécil! ─bufé golpeando la encimera.
─Es simplemente patético.... ─negó riendo. ─Todo esto que hizo contra Rosie es detestable... mmm... ¿y si mejor te calmas y preparas algo rico para desayunar? ─propuso sonriendo. ─¿Qué? No me mires así... Rosie siempre cocino para mí y ahora mismo soy tu invitada.
─Está bien, señorita Bae Suji, estoy a tus órdenes. ─mencione y reímos a la par.
Todo parecía tener un nuevo color, Chaeng y yo ya no teníamos ninguna atadura que evitara amarnos, todo estaba completamente claro entre nosotras... me sentía contenta y enteramente eufórica por estar viviendo junto a ella de nuevo y por tener a mi hija creciendo en su vientre. Al fin seríamos una familia...
En cuanto entré a la habitación mi cuerpo se llenó de euforia al verla abrazando mi almohada con posesividad, entonces dejé la bandeja con el desayuno en la pequeña mesilla y comencé a ordenar varios mechones de su cabello detrás de su oreja, despejando su cuello para luego comenzar a cubrirlo con muchos besos. Al momento, el roce de mis labios en ese punto ocasionó que su piel se erizara y que ella se removiera un poco acariciando mi mejilla izquierda con su mano libre.
─Mmm. ─suspiro y sin abrir sus ojos tomo mis mejillas acercándome a su boca, uniendo sus labios con los míos, deleitándome con su suavidad y ternura. Dios, me iba a dar un ataque cardíaco al volver a sentir su calidez... ¡así se siente la plenitud! ─Mmm... sabes delicioso. ¿Acaso es... mango? ─preguntó saboreando sus labios mientras habría sus preciosos ojos.
─Es mango, fresas... y algunas otras cosas deliciosas que sé que te van a encantar. Buenos días, mi amor. ─le di un pequeño beso en la nariz y luego otro, sobre su mejilla derecha. ─¿Dormiste bien? ─pregunté ayudándola a sentarse.
─No te llegas a imaginar lo bien que dormí anoche... hace mucho tiempo que no dormía así de cómoda y... tan en paz. ─enredo sus brazos en mi cuello. ─Adoro que seas lo primero que vea, una excelente mañana nos cobija, mi vida... ahh. ¡Haneul!. ─deshizo su agarré en mi cuello al instante para dirigir su mano izquierda a su vientre. ─Eso dolió, cariño. ─se quejó.
─Preciosa, lo mejor será que empieces a comer... seguramente ha de tener hambre, es algo tarde. ─le alcancé la bandeja, besé su mejilla y luego me acosté a su lado para comenzar a consentir su barriguita. Ver su preciosa sonrisa a causa de mis acciones, me enamoraba, sin mencionar, lo dichosa que me sentía con sus pequeñas caricias; mientras Chaeyoung comía acariciaba mi cabello y yo a Haneul. Era simplemente idílico y perfecto.
─¿Recuerdas esto? ─preguntó llevándose una fresa a la boca y continuó. ─¿Quieres? ─insinuó coqueta, mientras se relamía el jugo de la frutilla. Claro que lo recordaba, fue uno de sus primeros intentos por seducirme aquella vez que se quedó en primera instancia en mi casa.
─Claro que lo recuerdo... pero esta vez sí puedo comerte a ti. ─contesté y atrapé su labio inferior; succionándolo y jalándolo para luego unirnos en un pequeño beso. ─Está delicioso, tenías razón. ─respondí finalizando con un pequeño pico sobre sus gruesos labios rojos. ─Te ves sencillamente hermosa... ─acaricie sus mejillas color carmín y enseguida se apachurro de nuevo, apresándome con todo su cuerpo.
─¿De verdad crees que me veo hermosa? cuando en realidad estoy gorda... inflada... ─menciono con timidez pasando las yemas de sus dedos recorriendo mi mejilla.
─Muy hermosa... eres la mujer más bella que he visto, todo en ti es completamente perfecto, mi amor... absolutamente todo. Desdé la primera vez que te vi, has sido lo único que me ha cautivado... ─dije viéndola directamente a sus ojitos brillantes. ─Eres la mamá más preciosa que existe... guapa, sexy y...
─Te amo... ─se adelantó a decir para luego abrazarme aún más fuerte. ─No vayas a trabajar hoy y quédate conmigo todo el día... justo así... ─pidió haciendo un puchero.
─Lo que tú quieras, amor. ─dije bajito mientras deslizaba mis dedos por el largo de su espalda.
─Siempre has sido tan calentita... me encanta, porqué no solo procuras mantenerme caliente en el exterior, sino también en el interior.
─Y tú siempre dices cosas demasiado difíciles de procesar para mi pobre corazón. ─mencione en medio de un sonrojó y ella sonrió ampliamente. ─Me alegro mucho de que estés bien con Suzy...
─Yo también... se ha portado increíble con nosotras, además, Hyeri extrañaba demasiado que estuviéramos las tres juntas. ─dijo riendo. ─Siempre estuvo en medio y fuimos bastante desconsideradas con ella.
─Te ves tan emocionada... estoy completamente contenta por ti... mereces ser feliz en todo momento.
─Puedes estar segura de que estoy feliz... después de tantas cosas, al fin tengo todo lo que siempre quise... tengo a mis amigas de vuelta, tenemos una familia hermosa, papá se lleva bien contigo, seré madre y te tengo a ti de nuevo... no necesito nada más.
─Todo lo que desees lo tendrás... o me esforzaré porque lo tengas.
─Gracias, cariño... te recuerdo que en unos días tendremos la próxima ecografía y verás a nuestra hija. ¿estás emocionada?
─Sí, mucho. ─me escondí en su cuello sin antes olvidar besar fugazmente sus labios.
─También yo. ─susurro acariciando mi cabello.
─Estoy muy orgullosa de ti, preciosa. No lo olvides nunca. ─dije bajito y asintió gustosa.