Claramente debo sufrir para tener un motivo y poder olvidar así sea de mala gana.
No había nadie más a quien pudiera encomendarle semejante hazaña ridícula e infantil más que a mi madre, ya que según habladurías de Wendy, al parecer Haein se había comprometido con una de las tantas amigas adineradas de Yuna, entonces envié a mi madre a la agencia de bodas de esa familia a que verificará.
Tengo que arrancarme esto que siento.
No soporto la ansiedad, no puedo con la depresión.
──De verdad no tienes límites, Jisoo. ¿¡Como pudiste enviar a Irene a hacer algo como eso!? ES ILEGAL. ¡POR DIOS! ─me gritaba Nayeon. ──Ya dejá esté tema de una vez.
──Callate, Nayeon. Tu no entiendes nada porque no lo sientes. ─sentenció Jihyo con enojo.
──Claro que lo entiendo. ¿Acaso piensan que son las únicas en el planeta tierra con el corazón roto? ¡Están actuando como idiotas! Ya basta, despierten de una vez. ─Nayeon nos dio tremendo regaño.
Sé que tiene razón pero igualmente quiero saberlo, tal vez estoy siendo demasiado masoquista, pero justamente esa clase de desilusión deberá bastar para que mi corazón empiece a soltar.
Caminaba de un lado para otro, esperando la llamada de mi madre.
Mis manos sudaban y mi cuerpo temblaba.
──Es mamá, silencio. ─les dije en voz alta a mis amigas.
──Ponlo en altavoz. ─chillaron a la vez.
Respire hondo y luego respondí.
──¿Mamá?
──Hija, su boda será a principios del próximo año. Lo siento, mi pequeña. ─suena afligida. ──Es lo mejor, cariño...
──No te preocupes. No se queden más ahí más tiempo. Vuelvan a casa. ─le dije a mamá para que regresará con Seulgi. ──Gracias por la ayuda.
Me petrifique y luego empecé a analizar las últimas palabras de Haein, todo tenía sentido en mi mente y Nayeon se adelantó a confirmarlo.
──Es un oportunista. Todo fue por dinero. ¡Es un imbécil! ─bufó luciendo sumamente roja del enojo.
──Ni piedi siguir con ti estili de vida. ─Jihyo repetía exaltada. ──¿Por qué todos prefieren el dinero? ¡Maldita sea!
──¡Cállate! La situación de mi prima Tzuyu es diferente. ─Nayeon se indignó.
──Claro, idiota, por eso justamente estamos juntas. ─Jihyo rodó los ojos.
Esta muy dolida.
──No voy a permitir que le faltes al respeto a Chewy. ─Nayeon la reto acercándose rápidamente.
──¡YA PAREN LAS DOS! ─les grité con ira. ──No quiero que discutan... por favor.
──Vamonos a beber de una vez, Jichu. ─Jihyo tomó mi mano. ──No puedo soportarlo más.
──¡No, Jihyo! No vamos a seguir haciendo eso. ─ella me miró confundida. ──No voy a seguir sufriendo por alguien asi. ¡Ya basta, debemos seguir adelante juntas!
──Yo... ─las lágrimas de Jihyo comenzaron a cubrir sus mejillas. ──No puedo. Está situación es diferente... la amo tanto y me arde el pecho. ─su cuerpo empezó a temblar. ──Necesito el alcohol para poder lidiar con esto. No puedo.
──No vamos a volver a caer en eso. ¡Tú no vas a volver a tomar una sola gota de alcohol por un tiempo! ─la abracé fuerte. ──No voy a permitir que vuelvas a beber.
──Jihyo, de verdad quiero mucho a Tzuyu... pero ella no ha hecho nada en todo este tiempo por cambiar su situación. Simple decidió ser infeliz por su propia mano y debes aceptarlo. ─concluyó Nayeon con tristeza y luego se unió al abrazo.
Estar en Seúl no me estaba haciendo bien, realmente me sentía estancada viviendo la misma situación, además no estaba cumpliendo mis sueños y no era la misma.
Adicionalmente las habladurías de los demás me afectaban demasiado, todas las burlas, el reproche, la codicia y sobre todo la traición.
Ya no quería seguir más allí porque ni siquiera podía trabajar cómoda; la situación con Wendy, Tzuyu, Yuna y Piero me sobrepasaba, además ver cómo Kai se regodeaba en todas partes como si nada, era simplemente asfixiante...
──Me voy a Australia. ─les informe de golpe a mis amigas y ellas se quedaron atónitas.
──¿Ahora vas a huir? ¡Lo que faltaba! ¡No seas cobarde! ─bufó Nayeon con los ojos agüados.
──Im, no estoy huyendo... Estoy realmente cansada de estar aqui. Además no quiero trabajar para tu familia el resto de mi vida, mucho menos voy a seguir inclinándome a Wendy. ─le respondí controlando mi enojo porque sé que le duele mi decisión.
──Soo... ─susurró Nayeon.
──Quiero apoyar a mi familia y pasar página de una vez por todas. Hace mucho tiempo tuve la oportunidad de hacer algo nuevo y sigo aquí estancada... ingenua.
Me reprochó mi estupidez, dejé todo de lado por una persona y no tuvo sentido alguno.
──No quiero que te vayas. ─afirmó Nayeon con la voz entrecortada y luego miró al suelo. ──Eres una de las personas más sinceras que tengo en la vida y mi mejor amiga. ─no aguantó más y Nayeon empezó a llorar.
──¡No puedes dejarme! ¡Eres mi hermana! ¡No puedo perderte también a ti! ─el llanto de Jihyo se agudizó. ──Jichu... no me hagas e-esto...
Otra vez siendo la culpable por el sufrimiento de alguien importante en mi vida, soy una persona horrible.
Nayeon tuvo que irse contra su voluntad a causa de un exámen urgente en la Universidad, por lo que me quedé abrazando por mucho tiempo a Jihyo hasta que se quedó dormida.
En ese momento aproveché y hablé con Limario acerca de mi decisión, quién claramente estaba emocionada y cortó la llamada rápidamente diciendo que hablaría con Alice para que preparara todo para mí llegada.
No podia echarme para atrás, mi decisión estaba tomada.
Claramente mi madre estaba entre feliz y triste por mi partida; no quería dejarla sola, pero saber que tenía a alguien como Seulgi a su lado despejó cualquier futura preocupación. Mamá estaría bien y claramente no le iba a faltar nada porque me iba a esforzar mucho por ello.
──Hey. ─musitó Jihyo.
──Buenos días dormilona. Pensé que ibas a dormir por siempre godjihyo. ─intenté molestarla y cambiar su estado de ánimo.
──Eres muy apapachable. ─afirmó Jihyo y carcajeamos. ──Jisoo... ─mencionó muy seria.
──¿Qué pasa? ─pregunté con preocupación.
──Siempre hemos estado la una para la otra. ─asenti. ──Yo... siento que no pudo con esto si no estás conmigo. ─sollozó con la cabeza gacha. ──No puedo... no sin ti.
Me quedé un momento en silencio pensando, debo hablarlo con Lisa y Jennie, pero tengo fé de que no habrá ningún inconveniente al respecto y claramente me haría responsable de mi amiga.
Entonces...
──Bueno, entonces solo ven conmigo... ─tomé su mano sonriendo.
──¿En serio? ─se le llenaron los ojos de lágrimas a Jihyo.
──No nos hemos separado desde que nos conocimos y claramente no podré deshacerme de ti nunca... entonces... ─solté una risita mientras me encogía de hombros.
──Jichu... ─suspiró. ──No te vas a librar de mí nunca. ─sonrió ampliamente. ──Te quiero tanto, Jichu. ─aseguró abrazándome muy fuerte.
──Me vas a asfixiar tonta. ¡Sueltame! ─me hice la ofendida y ella rió.
──¡Vamos a brindar por esta hermandad! ─chilló emocionada e inmediatamente la mire con el ceño fruncido. ──Ya, ya, perdón. Nada de alcohol. ─rodó los ojos.
──Hablare con Alice. ─le informé a Jihyo. ──Dame un segundo.
Trás ello, inmediatamente busque el número de la amiga de mi cuñada y le marqué.
──Gracias, Alice. Si yo también estoy emocionada por conocerte.
Definitivamente lo estoy, porque ha sido una persona muy agradable, seguramente nos llevaríamos bien.
──Claro, nos vemos pronto. Cuídate. Adiós, Alice. ─me despedí y luego colgué.
──¿Que dijo? ─preguntó Jihyo muy nerviosa.
──Espera... ahora está llamando Jennie. ─Jihyo asintió. ──¡Hola Jen! ─la salude contenta.
Hola, hermanita.
¿Todo listo?
──Eso creo. Mmm. ─hice una pausa. ──Jen, yo... ─tengo tanta vergüenza de hablar con ella.
Ji, nos veremos
allí pronto, iré con Leo
por unos días.
──Eso es genial, los he extrañado mucho. ─afirmé emocionada.
Hablamos luego me
están llamando.
Recuerda solo
traer lo necesario,
Alice te dará todo lo
que necesites.
──Gracias, Jen. De verdad. Adiós. ─solté todo el aire por los nervios.
──¿Cuando es el viaje? ¡Habla ya! ─Jihyo también está muy nerviosa.
──Mañana en la noche. Por ahora solo debemos despedirnos. ─respondí poniendo mi mano es su hombro. ──Vamos... tenemos cosas que hacer.
Jihyo no respondió, tan solo asintió y me siguió. En silencio.
Una vez llegamos a la empresa, nos dirigimos directamente a presidencia.
Como siempre oprimí el botón del último piso, dónde a los pocos segundos la puerta se abrió y lo primero que vimos fue a Tzuyu, a Wendy y a Lia hablando animadamente con IU.
Entonces volteé a mirar a Jihyo y apreté su mano con fuerza porque se veía muy nerviosa.
──Tranquila, estoy aquí contigo. ─le dije bajito y luego golpeé suavemente la puerta anunciando nuestra presencia.
──¡Hola, Jisoo! Pasen, por favor. ─nos pidio UI con una sonrisa.
En cuanto las demás se percataron de nuestra presencia su mirada se enfocó en nosotras con expectativa.
──Les estaba hablando a mis sobrinas de la inauguración de la nueva sede y los n-...
──Disculpe, señora IU..
─interrumpió Jihyo.
──Señora IU, se que es repentino y le ofrecemos una disculpa por ello. ─me acerqué a su escritorio lentamente y dejé el sobre marrón encima. ──Son nuestras cartas de renuncia.
Tanto UI, Tzuyu y Lia quedaron estáticas mirándonos en completo silencio, a diferencia de Wendy que tecleaba rápidamente en su celular con una sonrisa ladina.
──¿Por qué? ¿Que sucedió chicas? ¿Jisoo? ─IU se levantó sumamente anonadada y se acercó a nosotras, no obstante, Jihyo tan solo apartó su rostro. ──¿Hay algo que pueda hacer para que se queden? ¿Qué les incomodó?
──No sé trata de eso, señora. De verdad le agradezco por todo, por la oportunidad, su hospitalidad, su comprensión... ─le respondí, y luego hice una pausa. ──Mmm, está es una decisión irreversible.
──Entiendo. Gracias por todo niña, eres una excelente profesional. ─IU reposó una mano en mi hombro. ──Antes de irse pasen a ver a Momo. No quiero que se vayan con las manos vacías. ─me estrechó la mano y la tome con gusto. ──Gracias a las dos. De verdad es lamentable que te vayas, Jisoo.
Ay.
──¡Jichuuuu, no te vayas! ¡Pleaseee! ─se acercó Lia hiperventilando. ──Quedate. Quédate conmigo. Sin ti no es igual. ─sollozó.
──Ven, pequeña. Vamos afuera un momento. ─la abrace y me excuse.
──Jisoo. ─IU me llamó y me detuve. ──Siempre serás bienvenida en mi empresa. La puerta siempre estará abierta, no lo olvides. ─finalizó IU guiñandome un ojo y le asenti sonriendo.
──Hey. Voy a bajar a despedirme de los chicos, te veo allí. ─Jihyo tocó mi hombro y se marchó, seguida silenciosamente por Tzuyu como una sombra.
¡Mierda!
Ahí vamos otra vez, negué con la cabeza.
──¿Te sientes mejor, pequeña? ─le pregunté tomándola por las mejillas.
──N-No quiero que te vayas. Va a ser muy solitario sin ti, ya sabes cómo son mis primas.─sollozó Lia jugando con sus manos. ──Voy a estar muy sola aquí... te voy a extrañar mucho, eres la persona más linda que ha estado conmigo. ─hizo puchero e inmediatamente limpie algunas lágrimas de su rostro.
──Lia, esto no es un adiós ni mucho menos. Siempre puedes hablar conmigo cada vez que quieras y además puedes visitarme. ─fui sincera porque es muy importante para mí.
──¡Oh! ─Lia pegó un saltito. ──Es verdad. Iré siempre en vacaciones. ¿Crees que mis padres me permitan visitarte? ─me preguntó llena de ilusión.
──Seguro que sí. ─solté una risita. ──De ser necesario hablaré con tu tia IU y me haré responsable. ─la abracé muy fuerte.
Luego de salir de la oficina de Momo, cada una de nosotras se llevó una bonificación por parte de IU como agradecimiento por nuestros servicios estos años.
Sinceramente me sentí un poco mal por recibirlo, pero Momo fue demasiado insistente en ello, además seguramente en algún momento regresaría ese dinero o algo parecido.
──Bueno... ─afirmé en un suspiro.
Estabamos a punto de tomar el ascensor cuando alguien gritó mi nombre con furia.
──¡Kim Jisoo!
Supe perfectamente de quién se trataba y me quedé estática observándola.
──Jichuuuu, no luce muy contenta que digamos. ─Jihyo me dió un empujoncito fuera del ascensor. ──¡Suerte! Te veo abajo.
Idiota.
Giré mi cuerpo lentamente y entonces observé mejor a Yuna, quién se encontraba delante de mi con el ceño fruncido cruzada de brazos.
──No te vayas...─me dijo una vez estuvimos solas. ──Tu y yo vamos a hablar. ¡Ahora! ─demandó tomando mi mano y luego me dirigió a un cuarto vacío, cerró con pestillo y me encaro furiosa. ──¿¡Te ibas a ir solo así!? ¿¡SIN DESPEDIRTE DE MÍ!? ─sus ojos se llenaron de lágrimas. ──¿Tan poco te importo?
Por Dioooos.
Resultó ser que Yuna y yo pasamos una noche juntas cuando me encontraba en mi momento más débil.
Sinceramente estaba muy borracha y esa noche Nayeon no fue por mi a recogerme, por lo que en su lugar envío a Yuna y bueno...
No sé qué pasó luego de eso porque no recuerdo absolutamente nada, tan solo tengo algunas lagunas mentales y no he podido recordarlo bien, por lo que al otro día simplemente me arrepentí en seguida y me disculpé por cualquier cosa.
El problema vino después, cuando ella me confesó que siempre le había gustado y que por eso actuaba de esa manera conmigo, de verdad estaba frustrada conmigo misma porque nunca pude notarlo.
Luego de eso tuvimos algunos encuentros casuales enmarcados por la borrachera, básicamente por su culpa, porque no pude resistirme ya que jamás perdía el tiempo en seducirme o simplemente haciendo cosas como estás.
Es mi primera vez en esto y realmente estoy supremamente confundida.
──Ven aquí. ─simplemente la abracé. ──No soy buena para ti, desde aquella vez te lo dije. No estoy lista para estar con nadie, no puedo quererte de esa manera. No llores, por favor. ─le pedi suavemente. ──No puedo...
──Es injusto. Siempre he querido estar contigo y ahora que podemos estar juntas... ¿Tan solo te vas? ─Yuna se separó de mi abrazo y me miró a los ojos. ──Sabes que te quiero. No hagas esto. ─hizo un mohin.
Ay, Dios mio.
──Lo lamento, pero siempre he sido clara contigo, Yuna. ─acaricie su mejilla con mi mano. ──No podemos estar juntas, no estoy lista para todo lo que implica. Lo siento, Yuna.
No estaba lista para querer o simplemente entregarme a alguien más porque aún era muy pronto para mí.
Mucho menos podía gritarle al mundo que había tenido una aventura c-con u-una mujer.
Cielos... Si Nayeon o Tzuyu se enteraran de que me lié con su prima me matarían, por suerte, aún no lo saben.
──Lo mejor es que me vaya, no quiero hacerte más daño. ─respondí y luego le deje un piquito en la frente. ──Cuidate mucho y cuida de Lia por mi. ─Yuna se quedó mirando al suelo. ──Adiós.
──¡Alto ahí! ─me agarró de la mano haciéndome girar en su dirección. ──Necesito... esto...
Yuna atrapó mi cuello e inmediatamente se acercó a su cuerpo tomando mi boca con necesidad.
Sus labios son muy suaves y sus movimientos son expertos... La sensación a los hombres es muy distinta.
No lo soporte más y tomé su cintura acercándola más a mi cuerpo, entonces dirigí mi mano a su cabello evitando que se alejará un milímetro, entonces introducí mi lengua sin permiso y la estampe contra la pared.
Nos besábamos con hambre y necesidad, nuestras piernas estan cruzadas y mi rodilla se frota ligeramente en su intimidad, no supe en qué momento mis manos empezaron a apretujar sus nalgas, además mordí su labio inferior estirandolo un poco y volví a besarla con brío.
¿Qué me está pasando?
Jamás sentí igual... está sensación es...
──Mmm. ¡Ah! ─Yuna soltó un gemido e inmediatamente caí en cuenta de mi error separándome inmediatamente de su cuerpo. ──Me... encantas. De verdad. ─sonrió juguetona.
──N-No, espera... no está bien. ─aclaré nerviosa, no obstante, Yuna comenzó a atacar mi cuello, besando y lamiendo piel a su antojo. ──Para, por favor. ─la tomé por los hombros delicadamente y la detuve. ──No alargues más ésto, Yuna. Entiende... ─la miré directamente a los ojos. ──Tengo que irme y no quiero lastimarte más. ─finalice levantando la voz.
──Sigh... Esta bien, por... ahora. ─se mordió el labio inferior y luego me miró traviesa. ──Adiós, Jisoo. ─me guiño un ojo mientras se apartaba de mi cuerpo.
──Adiós, Yuna. Cuidate.
Al decirlo prácticamente huí de esa habitación con culpa y nervios.
──Tienes brillo labial aquí y aquí. ─Jihyo señalo la comisura de mis labios y mi cuello. ──Arreglate un poco la blusa también.─soltó una carcajada. ─Y también disimula un poco... ─volvió a reír. ──Algunos dirán que te aprovechaste de la inocente y pobre Yuna. ─afirmó con sorna.
¡Tan inocente! ¡Claro!
──¡Callate! Seguramente tú estás libre de pecado, ¿No? Tienes un moretón en el cuello. ─afirmé con chulería. ──No será por... ¿Chewy, verdad? ─Jihyo se puso roja como tomate. ──¡Tuche! ¿No podías omitir comerte la cereza del pastel, por una vez? ─negué con la cabeza.
──Ella me pidió tiempo otra vez. ─Jihyo se encogió de hombros.
──Ya. Lo de siempre. ─frote su espalda. ──Lo mejor es que de una buena vez dejes de esperar.
──Tienes razón.