Mi primer amanecer sin él fue devastador, tanto que no pude levantarme de la cama en todo el dia y me quedé en un rincón hasta que ya no hubo más lágrimas y, mi única compañía era la ansiedad, la necesidad y el anhelo.
Tan solo pensar en que ya no lo vería dormir a mi lado o simplemente imaginarlo sentado sin hacer nada por ahí me rompía.
Lo extrañaba, pero ya había hecho de todo para que se quedara y la impotencia de no tenerlo me estaba matando.
Él ya no iba a volver... quería cerrar mis ojos y que todo hubiera sido mentira, porque ahora solo me iban a acompañar los recuerdos, por ende, no quería que el reloj avanzará.
Deseaba regresar a los viejos tiempos, de verdad quería que el primer amor durara para siempre, pero solo había dejado una historia a medias por escribir en mi corazón.
Nuestro amor se había acabado y mi corazón se había quedado en llamas.
No encontraba refugio en nadie, las palabras no eran suficientes porque lo necesitaba a él con cada poro de mi piel.
Tengo tanta necesidad de su cuerpo, de sus labios, me he convertido en una adicta y él es mi droga, al parecer ahora mismo estaba en rehabilitación sintiendo los síntomas de la abstinencia.
Lo que sentía no era sano, tal vez estaba loca a causa de la batalla que mantenían mi mente y mi corazón.
En ocasiones, lo amaba y otras veces lo odiaba con todas mis fuerzas, ese era el juego de mi cuerpo intentando luchar con la necesidad de correr hacia él.
Estaba intentando ser fuerte y recuperar mi vida, pero los ataques de ansiedad hacian el juego más trivial.
Sentí que moria un poco cada dia, mi cuerpo se sentía pesado, no quería comer, no podía dormir bien, lo soñaba y cuando despertaba él no estaba a mi lado y la punzada en el pecho me atravesaba, tan solo quedaba el miedo de nunca poder superarlo.
Por absolutamente todo mi caos empecé a dormir con mi madre por un tiempo porque no quería estar sola.
De verdad fueron dias muy difíciles en los que me aislé del mundo, tan solo me quedaba en un rincón de la habitación de mi madre llorando todo el día hasta que ella llegaba de trabajar.
No fui capaz de entrar a mi habitación porque los recuerdos me inundaban y la punzada en el pecho volvía, por lo que los ataques de ansiedad se hicieron más constantes... entonces simplemente me mude a la habitación de Jennie dónde mamá cambio absolutamente todo de lugar.
Me dolía demasiado, pero aprendí a ocultarlo de mi madre en casa porque me lastimaba verla así por mí, porque en cuanto yo lloraba ella también lo hacía, puesto que le dolía que yo sufriera, entonces solo me descargaba todo lo que podía cuando estaba sola.
No podía arruinar la vida de mamá porque ella siempre tuvo razón en absolutamente todo y me lo advirtió y yo simplemente lo ignoré, definitivamente me lo merecía por ser tan ingenua.
Tan solo paso una semana luego de romper y Haein empezó a hacer de las suyas. Ahora salia prácticamente todos los dias de fiesta, además, me habían contado que estaba saliendo con alguien, al parecer llevaban cuatro semanas juntos, lo cuál confirmaba aún más que me había estado engañando hacia mucho tiempo.
Fuí una tonta y negue las posibilidades una y otra vez, realmente confundí costumbre con amor y disfracé todos sus errores justificándolo todo.
Siempre estuve equivocada, por lo que realmente me dolía más tenerlo cerca que extrañarlo, confundí mi corazón porque él logró llenarlo de mentiras y dolor.
Aunque me Haein me dio algunas cosas siempre fueron espinas en vez de rosas, tan solo eran promesas vacías, por ende, ahora tenía razones de peso para intentar olvidarlo.
Debo despertar, pasar página y sanar mi corazón.
Lo voy a intentar.
Luego de aquella noche no volví a hablar con Wendy y eliminé todo contacto con ella.
Gracias a Tzuyu supe que los padres de Wendy finalmente se enteraron de lo mal que le iba en la Universidad y le prohibieron volver a ver a Kai, básicamente obligándola a dejar esa vida libertina que llevaba de una buena vez por todas, por lo que ahora debía trabajar más en la empresa y sacar a flote los estudios.
En cuanto a Kai, el imbécil siguió la vida de mujeriego que siempre habia llevado de manera más abierta y ya no lo negaba.
Es un complemento descarado y varias niñas caen rendidas ante él haciéndole el trabajo muy sencillo.
Lo único bueno es que paso un par de meses en la cárcel gracias a que Mike lo denunció por lesiones personales y la policía descubrió su trabajo recurrente como camello.
Día a día intentaba resolver el laberinto de sentimiento que me habia dejado Haein y no era fácil.
Terminé sufriendo ataques de ansiedad constantes en la Universidad y en la empresa, por lo que el baño se volvió mi pañuelo de lágrimas al igual que mi madre en cada ocasión que me sentía a tope y no podía controlarme, por eso terminaba llamándo a mamá.
Irene solo se quedaba escuchándome llorar y me daba aliento acompañado de mucho cariño,esos pequeños momentos se volvieron una rutina para nosotras.
Soy afortunada de tenerla porque es la única persona que me ama sinceramente, jamás me juzgaba y solo se quedaba a mi lado sin esperar nada a cambio.
Trabajar con Wendy era demasiado incómodo, el ambiente se sentía denso y muy pesado; ella intentaba hacer conversación de lo que fuera, hacia chistes, preguntaba cosas triviales y todo era a propósito solo para llamar mi atención.
Simplemente actuaba por hipocresía negando la realidad, haciendo como si nada hubiera pasado entre nosotras. Wendy no tenía vergüenza y me incomodaba bastante su cercanía, sorna e hipocresía.
T
al vez la hubiera perdonado si se hubiera disculpado, pero eso jamás paso.
Entonces me di cuenta de que jamás tuve la mínima importancia como persona en su vida y definitivamente habia sido una mentirosa desde la primera vez que la conocí.
Desde aquella vez que empecé a tomar clases con Alice como escapatoria a los problemas, me sentí más familiarizada con el concepto que buscaba Lisa en la empresa, por lo que pude contribuir en algunas decisiones importantes como aquélla vez que una de las casas de moda más importantes a nivel internacional contactó con Lili's Films y Lisa me dejo todo a mi.
A mi hermana le habían ofrecido ser la embajadora de dos marcas muy reconocidas en Paris, por lo que tuve que evaluar el estilo que buscaba la marca junto con el de ella, por consiguiente, finalmente Jennie se convirtió en la cara de Chanel, por lo cuál generamos un nuevo cliente potencial y aumentamos la satisfacción de ventas ya que tanto la casa de modas como Jennie, hicieron una especie de click gracias a que tenían la misma visión de concepto y estilo, de esa manera terminaron complementándose a la perfección. Por ende, las acciones de la empresa subieron junto con los celos de Lisa.
Ups.
──Vamos, Jichu.
──Voy, déjame tomar mi abrigo.
Jihyo y yo no habiamos vuelto mucho más cercanas porque ahora no solo nos unía la amistad si no también el dolor de un corazón roto.
Finalmente Tzuyu no habia cancelado su matrimonio, por lo que en unos dias se casaría y Jihyo estaba destrozada.
Estabamos muertas en vida mi amiga y yo, por eso sufriamos juntas y solo nos quedaba hacernos compañía en nuestro infierno.
Bebiamos a diario, básicamente nos íbamos de copas intentando olvidar "el mal querer", además de que ahora solo buscábamos personas de una noche intentando llenar aquel vacío.
Tener una botella en la mano ayudaba a calmar un poco el ardor en el pecho y, pasar la noche con alguien simplemente nos daba el calor y la pasión competente de un reemplazo.
Gracias al alcohol el dolor parecía cesar un poco.
Jihyo y yo eramos soberbias, pero ese era nuestro refugio.
La mayoría del tiempo bebiamos y llorábamos juntas, por lo que el único sonido que se oía era el de nuestros sollozos, por eso cuando sentía que ya no podía mover un musculo más llamaba a Nayeon y ella nos llevaba a su departamento a descansar.
Eramos un desastre andante, pero aquella era la única manera que encontrabamos de intentar subsistir.
El amor duele.
El amor duele mucho.
La depresión no nos iba a matar si podiamos vivir en el alcohol o en los brazos de un desconocido.
──I know I'm not the only one. ─entre cantando a casa y atravese el pasillo.
Tomé un sorbo de cerveza que traía y luego me dirigí a la sala de estar, donde impactada ví a Seulgi besando a mi madre.
Quedé petrificada y la botella se resbaló de mi mano anunciando mi presencia.
Las dos se separaron de golpe por el estruendo y mi madre se levantó de un brinco de su lugar acercándose a mi rapidamente.
──Hija, y-yo... déjame explicarte. ─decía mi madre sumamente nerviosa y con lágrimas en los ojos.
──Shh. ─le dejé un beso en la frente. ──Te amo, madre. ─afirmé y luego me agaché intentando recoger los vidrios rotos del suelo.
¿Ya estoy ebria?
──No, cariño. Te vas a cortar, ven conmigo. ─mamá tomó mi brazo y lo llevo por encima de su hombro. ──Tienes que dejar de beber de una buena vez, hija. Piensa en tu salud. Él no lo vale, no pierdas tanto... ─agregó acompañándome a la habitación de Jennie.
──No lo menciones. ─bufé. ──Ni siquiera digas su nombre. Vete, solo quiero estar sola. ─cerre la puerta con rabia en su cara.
¡Mierda!
Estas actuando como idiota.
Agg.
¡Mamá, lo siento tanto!
Me asomé a la ventana, pasé la cortina y entonces ví a mi madre agachada en el suelo intentando levantar los vidrios rotos, en eso, Seulgi la detuvo, la ayudó a levantarse, acaricio sus mejillas y luego la abrazo fuerte intentando consolarla.
Perdón, mamá.
Suspire agobiada y me tiré a la cama con ganas de olvidarme de todo, tan solo queria dormir y viajar a otro mundo donde esté sentimiento de abandono tan sólo fuera una fantasía de algún cuento.
Me sentía demasiado culpable por herirme y herir a quienes se preocupaban por mi, entonces empecé a reflexionar detenidamente en cómo estaba actuando los últimos días, en los cambios de hábitos que ahora llevaba y en lo increíblemente lamentable de mi presencia.
Su amor había sido mi apocalipsis y yo estaba hecha un desastre por ello, tanto así que incluso estaba siendo mala amiga arrastrando a Jihyo a mi abismo de dolor y despecho.
De verdad debemos parar porque no estamos cosechando nada bueno, ya estaba creando un nuevo vicio por el alcohol y sobre todo estaba siendo una pésima hija.
Mi pobre madre no se merecía mi groseria, no se merecía que me desquitara con ella por mi patética vida y por elegir sufrir por alguien que no me valoro lo suficiente y por creer en las personas equivocadas.
De verdad tengo que hacer algo al respecto.
Yo no soy así, siempre he podido sobrellevar cualquier adversidad, pero ahora me siento tan triste, humillada y sin motivos de seguir.
Incluso había descuidado un poco la Universidad, por lo que mi promedio bajo.
Ahora mismo, lo que me había sacado de mi estado de letargo era el dinero de la matricula, de verdad me había descuidado y no tenía lo suficiente ahorrado.
Otra vez era mi culpa, había priorizado las necesidades de Haein sobre las mías y también sobre mi futuro.
Soy una idiota.
Era momento de agachar la cabeza, disculparme y esforzarme por ser mejor.
¡Carajo, despierta. Eres Kim Jisoo!
Tú puedes.
Una Kim nunca se rinde, esas eran las palabras que Jennie repetía todo el tiempo.
Los extrañaba mucho, tal vez... era momento de cambiar.
──Buenos dias. ─saludé apenada y luego me senté en el comedor.
Seulgi y mi madre se miraron entre sí básicamente hablando con la mirada, se veían un poco avergonzadas.
──¿Pudiste dormir bien, hija? Ya te sirvo el desayuno. ─preguntó mamá dándome la espalda, por lo que dirigí la mirada a Seulgi e inmediatamente ella miró al suelo.
──Si, gracias... ¿podemos hablar, mamá? ─pregunté y Seulgi se levantó dispuesta a marcharse. ──¿Puedo hablar contigo también? ─ella se detuvo mirandome extrañada y avergonzada, no obstante, asintió tomando asiento de nuevo al lado de mi madre.
──Mamá, quiero disculparme contigo por mi comportamiento desde... no he sido la mejor persona últimamente, pero eso va a cambiar pronto. Te lo prometo. ─le aseguré tomando su mano.
──Hija, no tienes por qué...
──Si, mamá. Definitivamente tengo qué. Perdí el rumbo. No he sido buena amiga, no he sido buena hija y tampoco he sido una buena Kim. ─dije con la voz entre cortada. ──De verdad discúlpame por mi comportamiento infantil de anoche. Te juro que no va a volver a pasar.
Me dolió tanto ser grosera con ella.
──Jisoo, hija... no quiero que desperdicies tu vida lamentándote. Eres muy joven y esta no es la única vez que vas a salir con el corazón roto en una relación. A veces se ríe y a veces se llora y así es la vida, cariño. No lo podemos cambiar. Eres muy valiente y enfocada, tú puedes... Sabes que te amo y me duele mucho verte tan derrotada. ─mamá apretó mi mano y sus lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas aún más.
──No llores, ma. Te prometo que voy a luchar dia a dia por superar todo esto. Voy a ser la de antes... ─sonreí con ánimo. ──Seulgi. ─mencioné su nombre y ella me miro confundida. ──Gracias por cuidar tanto a mi madre cuando yo no estuve presente, te lo agradezco mucho.
Ella quedó en silencio observando a mi madre.
──Hija, noso... nosotras estamos juntas. Espero que no te moleste. ─mamá apretó mi mano y sus lágrimas se agudizaron.
──Mamá, me alegra mucho oír eso. Si tú eres feliz yo también lo soy. Por supuesto que las apoyo sinceramente. ─le sonreí a ambas. ──Pero, Seulgi... si haces que mi madre derrame tan solo una lagrima por tu culpa, considérate muerta.
──Eso no va a pasar, ella es mi vida. La amo desde que nos conocimos. ─sentenció con seguridad y mi madre le dio un codazo.
──Eso es bueno. ─reímos al unísono. ──Mamá, debo pedirte un favor.