Pov Alice
—¿Sabes lo qué significa, no?—Le pregunté, ahora incorporándome para verla mejor. Ese rostro confundido me lo decía todo.
—Em...¿Sí?—Contestó, no muy segura de ello.
—Debemos evitar que pase como en la serie y manga.
Ella agachó la cabeza, y asintió rápido después de mirarme.
—Tienes razón, no quiero que muera ninguno...—Bufó, sobándose el pelo. El sentimiento era mutuo—¿Tienes algún plan?
—De momento, no...Ninguno—Suspiré también, mirando a otro punto fijo. Había que hacer algo grande con esto—. Tengo que pensarlo, y tú también.
—Vale, ¡Muy bien!—Dijo, entusiasta—¡Ya se me ocurrirá algo!—Exclamó, guiñándome un ojo para que no me preocupara de más— Hay que pensar también qué hacemos con Tobi.
—Ese déjamelo a mí.
—Oh, sí...Todo para ti—Sonrió ampliamente, de forma pervertida.
—Eres una mal pensada...—Manifesté con un leve sonrojo.
—¡Admítelo!—Me dio un codazo, coqueta—¡Si fuese Madara seguro!
—¡Qué te digo que no soy así!—Me defendí.
—¡Y yo te digo que te convertiré!—Me habló orgullosa, sonriente a más no poder.
Esta chica...S-Será...
—Bah, paso de discutir—Musité. Me crucé de brazos y miré a cualquier otro lugar que no fuera ella.
Se acercó un poco más a mí, hasta el punto de que nos estábamos rozando la una a la otra.
—¿Y qué hacíais Tobi y tú solos, eh? ¿Eh?
—Nada...
Nada porque tú has entrado, que si no quién sabe lo que me hubiese hecho.
—¿E Itachi y tú?—Siguió con sus incesantes preguntas. No me gusta esto, no.
—¡Nada, Mai!—Exclamé en un bufido, ya más altiva—¿Qué es esto, un interrogatorio?
—¡Pues sí!—Bramó, inflando sus mofletes— Como para ti Itachi es esencial, pues no sé...
—Cállate—Suspiré. Tras crujirme los nudillos, me levanté del colchón—. Me voy a hablar con Pain.
— ¡Vaaale...! Yo volveré al comedor.
***** ***** ***** *****
...
Mai y yo salimos del cuarto tras aquella charla tan rara y llena de preguntas. Si lo pienso mejor, espero que Zetsu no estuviese espiando, porque si no la hemos jodido...
La misma pervertida se quedó en el salón junto a Sasori y Deidara, quienes habían aparecido allí. Realmente, el de la arena se veía muy grande con la marioneta puesta, me gustaría mucho verle sin ella. Yo, al contrario y como ya dije, me fui al despacho de Pain.
Espero que no esté Tobi, quiero hablar con Nagato a solas.
Una vez traspasé el pasillo y llegué ahí, toqué varias veces para hacerme notar. Casi al momento escuché su voz.
—Adelante.
—Soy yo, Yuki—Me asomé por la puerta. Examiné el lugar, cautelosa.
Bien, parece que Tobi no esta, ni tampoco Konan. Pero ésto último sí que es raro.
—¿Qué te trae aquí?—Preguntó.
—¿No puedo venir a ver a mi pelirrojo favorito?
Él me analizó sin contestarme unos segundos, pero yo seguía con la misma expresión.
—No importa— Dijo al fin—. También quería hablar, ¿Qué quieres?—La desconfianza se palpaba en su forma de hablar, lo cual no me extrañaba.
—¿Nos vas a dejar aquí encerradas por siempre aquí?—Expuse ladeando el cuello— Ya has visto que no somos espías.
Lo contemplé directamente a los ojos, interrogativa y a la espera de una buena respuesta.
Tenía ya ganas de moverme, estar aquí tanto tiempo sin poder hacer nada útil no me gustaba en absoluto.
— Precisamente de eso quería hablarte...—Musitó, cruzándose de brazos como de manera autoritaria— Saldréis a una misión, no podéis quedaros aquí con los brazos cruzados sin hacer nada.
Bingo.
—¿Cuándo?
—Ya veré cuándo y dónde. Ya os informaré.
Poco a poco, afirmé con la cabeza.
— Bien, como quieras—Hablé serena.
Al no moverme, él lo hizo por mí; Se levantó de su asiento, y empezó a caminar hacia el centro.
—Y Yuki...—Acortando nuestra distancia, no hizo más que analizarme con el rinnegan—Será mejor que no escondáis nada.
Entorné los ojos, hostil.
¿Y esto? Mierda, si ya lo sabía yo.
—No tengo una vida tan interesante como para esconder algo—Contesté.
Se me quedó mirando en silencio por unos segundos. Siempre lo hacía...¿Será para intentar intimidarme con esos especiales ojos? Porque consigue todo lo contrario.
—Eso sólo lo sabes tú—Dijo sentándose nuevamente—. Por cierto, Misaki ya dormirá en otro sitio. Está al lado del cuarto de Hidan y Sasori—Sentenció—. Tú seguirás en el que estabais.
Al lado de Hidan...Va a ser muy peligroso eso.
—Está bien, pues me voy.
Cerré la puerta. Ahora, con más preguntas que respuestas.
Vale, por lo menos vamos a ir a alguna misión, quizás les podría convencer de ir a konoha con la escusa de ir a investigar. Nagato ya sabe que toda la verdad no la estamos diciendo, pero que tampoco mentimos. No voy a ir y decir: ''Mira oye, que somos del mundo real, de otra dimensión, donde allí vosotros sólo sois personajes de anime y manga creados por una persona, vamos, que no sois reales. O eso creíamos hasta que llegamos aquí, y por la gracia de Jashin, nos encontramos con nuestros personajes favoritos.''
¿Todo muy creíble, verdad?
Pero lo sabrá en algún momento. Y el plan de salvarlos...tendríamos que saber en qué parte de la serie estamos exactamente, y de ahí ya decidir. Aún así, tampoco hay que cogerles más cariño de lo que ya les tenemos, por si acaso...
—¡Yuki, amor!
Una persona me sacó de mis pensamientos, la misma persona ruidosa y cálida de siempre.
— Hey, Misa.
—¿Qué tal, de qué habéis hablado?—Se posicionó rápido a mi lado.
—Mmm...Pues, básicamente, de que tenemos que salir a hacer alguna misión en especial—Espeté. Cuando vi cómo sonreía por ello, le miré con picardía—. Y adivina qué...
—¿Qué, qué?—Preguntaba como si fuera una chibi.
—Ahora dormirás en el cuarto que hay al lado de tu albinito sadomasoquista—Respondí dándole una palmada en la cabeza.
Su rostro se iluminó al instante.
—¡¿Qué dices, en serio?!—Se entusiasmó. Parecía que le había tocado la lotería—¡Toma!—Sonreía a más no poder. Cuando se calmó, volvió a mirarme— ¿Y tú qué? ¿Qué pasa contigo?
—Yo me quedaré donde estábamos.
Ella se cruzó de brazos y me dedicó una taimada sonrisa.
—Mira que bien, vas a seguir teniendo en frente a tu Uchiha con coleta y, al lado, al enmascarado.
—Eh...sí—Susurré algo reticente. No sabía si eso era bueno o malo.
—Le pediré a Hidan que me enseñe por dónde es...—Musitó con una risa perversa, como si estuviera planeando algo maligno. Yo asentí.
—Yo me acostaré— Afirmé calmada.
—¿Estás bien?—Preocupada, me tocó la frente—¿Necesitas algo?
—No, no te preocupes—Hice un mísero gesto con la mano—. Sólo estoy algo cansada. Durmiendo un poco seguro que se me pasa.
—Bueno, vale...Cualquier cosa me lo dices—Me dio un beso en la mejilla.
—Vale, que tengas suerte—Sonreí.
—¡Gracias!
Nunca cambiará...Pero bueno, mejor así.
Me dirigí hacia lo que es ya mi cuarto—oficialmente, parece—, para echarme una buena siesta que necesitaba bastante. Además, tampoco hay mucho que hacer por aquí, no sé dónde está Dei-chan, así que, no hay nada que hacer.
Caminando hacia allí, logré divisar a Itachi, que parecía irse a alguna misión.
O esa era mi suposición.
—Buenos tardes— Saludé, mirando a ver qué hacía.
—Hola, Yuki.
— ¿Te vas?—Ladeé la cabeza.
—Sí, a una misión—Dándome la razón, fue colocándose bien la capa. Miró su cuarto y después a mí.
—Entiendo, entiendo—Dije.
¿A dónde irá?
—Tú vuelves a tu cuarto, imagino—Habló. Se puso bien el cabello y finalmente, acabó.
—Ajá, me voy a tumbar—Entrecerré los ojos y de la nada, bostecé.
Joder, tenía más sueño del que creía.
Me observó por unos instantes y, acto seguido, cerró su puerta con placidez y casi sin sonido.
— Me marcho.
—Bien—Le dije con la mano. Me hice a un lado, para que pudiera pasar mejor—. Ten cuidado.
Él me volvió a examinar, sin contestarme. Yo me anonadé de lo que había dicho.
Espera...
¿Te cuidado? Muy bien Ali, perfecto. Como si fuese tan fácil tocarle y que casi ni te conoce. Eres increíble cuando quieres, cerebro. ¿No puedes hacer las cosas bien? Espero que no se haya molestado por algo así...
—Mmm—Me inspeccionó con profundidad. Asintió después—Claro...Hasta luego.
¿Qué parlanchines somos, eh?
Con un suspiro, abrí la puerta. Rápidamente me tumbé en la cama, abracé a Sasuke—El peluche, obviamente—, y empecé a pensar en nuestro mundo.
¿Qué estarían haciendo nuestras familias? ¿Nos vamos a quedar aquí para siempre?
Joder, todo es tan confuso y hay tan, pero tan pocas respuestas...
***** ***** ***** *****
...
Acabé por dormirme acurrucada, y de una forma bastante rápida. Más de lo usual, cabía decir.
Comencé a despertarme poco a poco al notar algo pesado encima mío. Cada vez, notada más la presión de ésto desconocido, y de alguna manera me estaba aplastando un poco.
Como sea Maica que ha decidido ''despertarme como lo hacía antes'' la voy a matar a mordiscos.
La romperé.
—Mai, quítate de encima, no estoy de...
Pero no, no parecía Maica, pesaba demasiado. Abrí los ojos y, a quien me encontré, no fue para nada mi salmón.
—Tobi...—Susurré—¿Qué haces en mi cuarto?—Molesta por la situación en la que me encontraba, lo observé a él y a la posición que estábamos— O mejor dicho...¿Qué cojones haces encima mío?
No dijo nada. Literalmente, estaba encima de mí, mirándome a través de esa máscara naranja de espiral.
—Tobi estaba preocupado por Yuki-chan—Respondió sin más
—No necesito que se preocupen por mí— Articulé, incorporándome y apartándole de mí.
Me apoyé en la pared de la cama y Tobi seguía ahí, en mi cuarto...Y en frente mío.
La proximidad era bastante, porque la cama no era grandiosa y no nos dejaba mucho espacio.
—¿Qué esperas, quieres una galleta?
—Pero Tobi quiere estar con Yuki-chan...—Decía haciendo pucheros.
—Pero Yuki-chan quiere estar sola— Comenté, siguiéndole un poco el juego—. Además, sigo sin entender por qué estabas encima, si no te marchas utilizaré mis poderes de adivina para algo más.
El enmascarado ladeó la cabeza, sin apartar sus ojos de mi persona.
—¿Yuki-chan sabe tanto de nosotros?
—Quién sabe—Miré hacia otro lado.
Vi como apretaba el puño por el rabillo del ojo; Le tiene que irritar que no tenga idea de nosotras y sin embargo, por el contrario, ambas sí.
De alguna forma, cómo me divierte...
—Tobi quiere mucho a Yuki-chan, debería decírselo a Tobi.
Me he cansado ya de tanto Yuki-chan y Tobi, no lo aguanto más.
—Deja ya de hablar así, Madara.
Se hizo un gran silencio. Al girarme para verle, éste hizo un movimiento demasiado rápido como para que lo viese venir; Me arrinconó en la pared sujetándome con fuerza.
De nuevo me miraba fijamente, pero ahora era una mirada amenazante e intimidante y, como no, había activado su sharingan.
—Ya intuía yo que lo sabías...—Murmuró con cinismo— ¿Cómo sabes que soy Uchiha Madara?—Interrogó, haciendo presión en mis muñecas.
—¿Quién sabe?— Repetí. No aparté la mirada ni un momento.
—Responde—Ésta vez, sus manos me agarraron el cuello.
Fruncí el ceño ante la presión que ejercía, pero en momentos como éste no iba a dejar que el miedo o el nerviosismo aparecieran en mí.
Eso era lo que quería.
—No tengo por qué, simplemente lo sé.
—No juegues conmigo, mujer—Pronunció con una tétrica y fría voz—. ¿Tú amiga también lo sabe, verdad?—Inquirió—¿Desde cuándo?
—Desde el principio...—Contesté. Me estaba quedado sin aire y pretendía amontonar todo el oxígeno que pudiera.
—¿Y cómo sabéis eso?—Me apretó más fuerte.
—N-No puedo responderte...—Decía con menos aire.
—¿No puedes o no quieres?
Con debilidad y como pude, lo observé con cinismo.
—Ambas...—Sonreí.
Mierda, me va a dejar sin aire. Como siga así, yo...
—Con que esas tenemos...—Susurró.
De repente, la presión había bajado, como la fuerza que ejercitaba en los brazos. Me había soltado.
No lo entiendo...¿Por qué? Ese era el momento perfecto para matarme o dejarme inconsciente.
Con mi mano puesta en el pecho y agarrando aire, lo examiné de reojo.
Él seguía en la misma posición. Me lo quedé mirando para hacerle saber que estaba desorientada, que no sabía el por qué de aquella acción.
De verdad que no entendía por qué me había dejado libre, sabiendo su secreto.
Estaba sumida en mis pensamientos, pero cuando él empezó a llevarse su mano a la cara, le presté total atención a sus movimientos. Lentamente se quitó la máscara, dejando ver, para mi sorpresa y asombro, un largo y puntiagudo cabello.
Y su verdadero rostro.
Mis párpados se abrieron con demasía. El asombro que sentía en esos instantes, creo que no lo había presenciado nunca.
No podía ser...Era Madara de verdad. Era él, sin lugar a dudas.
Sentí cómo su cuerpo se acercaba más al mío, a lo que me sonrojé sin poder evitarlo y me puse muy tensa. Ahora estaba más que antes, hasta el instante que su cara estuvo a centímetros de la mía.
—No voy a matarte—Habló con una mueca arrogante—. Aún...
No sabía qué responder, no podía articular palabra. Estaba atónita al saber que era el real Madara. El Uchiha Madara tan legendario e histórico.
Lo que era imposible ya que tendría que ser revivido y que en su piel, tendría que estar Obito...
También debido al contacto y acercamiento por su parte. Me ponía nerviosa tenerlo tan próximo a mí.
—¿Sabes por qué?—Preguntó, con picardía y una fuerte sonrisa maligna.
—N-No...—Murmuré.
—Porque...
Si podía ser posible, acortó más nuestra distancia. Tanto, que sentí su cálida respiración en mi oreja, apunto de susurrarme.
—Porque...me interesas.
***** ***** ***** *****
Para vosotros el capítulo 7. Espero que os guste y comentéis. (Gracias también a todos los comentarios que habéis dejado, de verdad.)
Aquí tenemos al verdadero Madara Uchiha...¿Qué creéis que pasará a partir de ahora o, qué es lo que queréis que pase?
Me gustaría saber vuestros argumentos de todo esto. De que Madara esté vivo y no sea Obito, además del porqué no ha matado a nuestra azabache.
Ali si es cierto que tiene afecto-y bastante-por ellos, pero ella es así, es así de fría y distante.
En multimedia: Madara.
Hasta la próxima.